El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 23 de febrero de 2015

La pareja del año



Dirección: Joe Roth.

Guión: Billy Crystal y Peter Tolan.

Música: James Newton Howard.

Fotografía: Phedon Papamichael.

Reparto: Julia Roberts, Billy Crystal, Catherine Zeta-Jones, John Cusack, Hank Azaria, Stanley Tucci, Christopher Walken, Seth Green.

Gwen (Catherine Zeta-Jones) y Eddie (John Cusack) eran unas estrellas del cine tocadas por la fortuna; sus películas eran un éxito de taquilla y su matrimonio era la envidia de todos. Pero en cuanto su relación se terminó, sus carreras se vinieron abajo. Ante el próximo estreno de su último trabajo juntos, el estudio intenta reunirlos de nuevo para salvar la película de un presumible nuevo fracaso.

Billy Cristal parece haber buscado con este guión, co-escrito con Peter Tolan, volver a reverdecer viejos éxitos en un terreno que conoce muy bien. Sin embargo, resulta complicado definir La pareja del año (2001). Uno se espera una comedia romántica más o menos al uso y se encuentra con una historia que por momentos roza lo absurdo y no es fácil dirimir si todo es una gran broma o un tremendo patinazo.

La historia de La pareja del año, en un principio, no parece nada mala: usar el fracaso matrimonial de una pareja de actores para analizar el mundillo del cine, con sus egoismos y miserias, puede dar mucho juego. Sin embargo, el guión decide tomar un camino un tanto complicado y deriva enseguida en una parodia cargada y cargante que cuesta tomarse en serio. Y no nos engañemos, la comedia es un género muy serio. Así que el guión, a base de diálogos mareantes, se va metiendo en una espiral de situaciones forzadas, chistes un tanto infantiles y una caricaturización para mí excesiva de los protagonistas que hace que todo nos parezca una especie de gran bufonada, una tomadura de pelo que no hace demasiada gracia.

Para que no falte nada en el combinado, el guión plantea una historia de mayor imposible, platónico, un cuento de Cenicienta o del Patito feo, siempre en un segundo plano que, a pesar de los desaires de su propia hermana y de que su amor platónico parece ignorarla, no pierde la fe en el amor ni la sonrisa ni la paciencia. Pero esta trama, lo mismo que la sátira del mundo del cine, tampoco termina de funcionar. Es todo tan... artificioso, tan ingenuo, tan predecible.... que no convence, hasta el punto que no se percibe ni un átomo de química entre la cenicienta Julia Roberts y el bueno de John Cusack. Sabemos cómo va a terminar su desencuentro inicial, su quiero y no puedo, pero nunca llegamos a sentir que tal atracción es auténtica, que el cuento es real. Para nosotros, sigue siendo un cuento.

Y es que incluso en la comedia, por lo general, la historia tiene que tener sentido, los personajes deben ser coherentes y las situaciones convincentes. Y todo ello está aquí ausente.

Solo un reparto de lujo logra mantener a flote el tinglado. Y la verdad es que el mérito y el acierto de los actores está fuera de toda duda. Es tal su buen hacer que en muchas escenas logran el milagro de que nos olvidemos de lo ridículo del argumento y disfrutemos sencillamente de su talento. John Cusack es un actor excepcional, en cualquier registro o género que se le ofrezca. Y Billy Cristal nos vuelve a demostrar que en la comedia se mueve como pez en el agua. Catherine Zeta-Jones, además de estar preciosa, tiene mucho talento. Y Julia Roberts.... no lo hace nada mal, que no se me mal interprete, pero es que su encasillamiento comienza a resultar cargante. Estamos ya más que cansados de ver su cara de buena persona, su gesto de resignación, su sonrisa bobalicona... y no digo que sea mala actriz, que no lo es, pero la repetición cansa.

La pareja del año hubiera podido ser mucho más de lo que finalmente ofrece. Parece que sus guionistas han elegido el camino más sencillo, el del chiste fácil, el humor bruto y un buen reparto para conseguir el éxito. Al final uno tiene la impresión de que se ha tirado una posible buena idea a la basura.

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