sábado, 29 de mayo de 2010

Encuentros en la tercera fase


Una noche, Roy Neary (Richard Dreyfuss) es testigo de la presencia de ovnis. Intrigado y emocionado, corre a casa para despertar a su familia y contarles lo que le acaba de suceder. Es el comienzo de una obsesión que le irá enfrentando a su esposa, asustada por el cada vez más extraño comportamiento de Roy.

Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977) vino a demostrar, por si quedaban dudas, el gran talento de su director y que un film como Tiburón (1975) no había sido fruto de la casualidad. Spielberg se sale de lo que venía siendo habitual en los films de ciencia ficción y nos presenta unos extraterrestres civilizados y pacíficos. En este sentido, la película muestra algunos aspectos que Spielberg desarrollará en E.T., el extraterreste en 1982, lo que nos habla del gusto del director por este tema y más si tenemos en cuenta que Encuentros en la tercera fase viene a ser una nueva versión de Firelight, película amateur que Spielberg hizo siendo adolescente. Pero en esta ocasión, a diferencia de E.T., el extraterrestre, el interés del director es presentar una película con aspecto de algo serio y hasta posible, remarcando los aspectos de ciencia en detrimento de la ficción.

La película es una demostración del dominio del medio por parte de un director que sólo contaba con 28 años cuando la dirigió, lo que habla a las claras del enorme talento de Spielberg. El sentido dramático, la manera de filmar, el ritmo, la puesta en escena, Spielberg domina todos estos recursos como si fuera un veterano y saca adelante una historia no demasiado vistosa, incluso se puede achacar una excesiva duración que lastra un poco la película, pero que en sus manos cobra vida y nos seduce con algunas escenas soberbias. Entre ellas, destacar el encuentro con las naves extraterrestres en lo alto de la montaña con el hipnótico sonido a modo de saludo creado por un inspirado John Williams. 

El film cuenta con la presencia del director francés François Truffaut en la piel de un científico que investiga los contactos con los extraterrestres. Destacar dentro del reparto el magnífico trabajo de Richard Dreyfuss, un buen actor con el aire de tipo de la calle y que ya había trabajo en Tiburón con Spielberg.

La película obtuvo ocho nominaciones a los Oscars, pero solamente se llevó el de la mejor fotografía.

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