martes, 1 de junio de 2010

Erin Brockovich


Basada en hechos reales, Erin Brockovich (Steven Soderbergh, 2000) nos cuenta la vida de una madre divorciada y sin trabajo que tiene que hacer frente a la dura tarea de sacar adelante a sus hijos. A base de determinación, y a pesar de no tener estudios, consigue trabajo con un abogado. Al principio, las cosas no son sencillas y su fuerte carácter la hará enfrentarse a sus compañeras de despacho y a su jefe. Hasta que un día comienza a investigar el caso de unos residentes en un determinado lugar afectados todos de graves enfermedades por lo que cree es la culpa de una gran compañía que está contaminando el agua de la zona.

Película de corte social creada para el lucimiento de Julia Roberts. Ella es la auténtica estrella de la cinta y la verdad es que su trabajo es notable y obtuvo un Oscar por él. Pero no sería justo olvidarnos de Albert Finney, en el papel de jefe de Erin, que está realmente espléndido, a la altura y quizá algo más de Julia Roberts, y que llena la pantalla cada vez que aparece.

Sobre el film en sí, pues no es que sea una gran película. Incluso en algunos momentos puede resultar algo floja de ritmo, tal vez por el deseo de ser lo más exacta en cuanto a la reconstrucción de los hechos. También cae en algunos tópicos, sobre todo a la hora de retratar a los "malos" de la historia. Pero en general resulta una historia edificante y amena, muy del estilo del "hazte a ti mismo" de los americanos.

Quizá yo me quedaría con la extraña y entrañable historia de amor que nace entre Erin y el motorista (Aaron Eckhart), que no deja de ser algo anexo a la trama principal, pero que me resulta más emotiva y más sorprendente que la lucha contra la compañía contaminadora, que no deja de ser bastante predecible.

Como detalle simpático, decir que la verdadera Erin Brockovich hace una breve aparición como la camarera que atiende a Julia y sus hijos.

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