sábado, 26 de octubre de 2013
Definitivamente, quizás
Dirección: Adam Brooks.
Guión: Adam Brooks.
Música: Clint Mansell.
Fotografía: Florian Ballhaus.
Reparto: Ryan Reynolds, Rachel Weisz, Abigail Breslin, Derek Luke, Isla Fisher, Elizabeth Banks, Kevin Kline, Kevin Corrigan, Jamie Lee Kirchner.
Will Hayes (Ryan Reynolds) está en pleno proceso de divorcio. Mientras cuida de su hija Maya (Abigail Breslin), ésta le pide que le cuente cómo era su vida antes de casarse y cómo conoció a la que es su madre.
Lo bueno de films románticos como este es la sensación que le dejan a uno al final. Es como si la vida pudiera brindarnos mil oportunidades y hubiera esperanza y un final feliz al alcance de la mano y para todos. No creo que ello sea malo en sí mismo. Si me dan a elegir, prefiero terminar de ver una película con una sonrisa en los labios que enfadado o deprimido. Así que, en este sentido, Definitivamente, quizás (2008), y perdón por empezar por el final, cumple con las máximas del género y después de no pocas peripecias del protagonista, acabamos con esa sonrisa en los labios al ver como triunfa el amor verdadero.
Y lo bueno, además, es que aunque se adivina desde el comienzo del film que el desenlace será positivo, éste tiene las suficientes dosis de originalidad y sensatez para permitirnos terminar la película con la sensación de haber asistido a un ejercicio digno y sensato. Y ello es un punto muy interesante que hace que Definitivamente, quizás esté un peldaño por encima de otras comedias románticas de parecido corte pero muy inferior ejecución.
Es evidente que el guión de este tipo de comedias románticas ha de llevarnos a lugares comunes, pues las historias de chico encuentra chica no dejan demasiado espacio a la innovación, al menos a grandes rasgos. Así que Adam Brooks, el director y guionista de la película, intenta añadir unas dosis de intriga a la típica historia de amor que está en la base de toda comedia romántica. Así, tendremos que averiguar, a la vez que la pequeña Maya, quién es la esposa y madre de entre las tres mujeres que se cruzan por la vida de Will. La propuesta resulta interesante y añade un plus de interés al romance en sí.
Pero lo que de verdad destaca en Definitivamente, quizás es que los personajes principales (Will, su hija y sus novias) están tratados con absoluto sentido común, son coherentes, creíbles y sus vidas no están en el aire, sino que el guión se toma la molestia de crear un universo en el que se mueven con absoluta normalidad y credibilidad. El trasfondo político por el trabajo de Will en la campaña de Bill Clinton está perfectamente hilvanado con las historias amorosas del protagonista y además brinda la oportunidad de mostrar una pequeña reflexión sobre el mundo de la política y sus engaños.
La película cuenta además con unos diálogos bastante buenos, alejados de los estereotipos y la pedantería, que mantienen el interés por la historia, que gracias a ellos resulta cercana y nos va seduciendo a medida que pasan los minutos. Y este es otro de los méritos de Adam Brooks, el conseguir que la historia no pierda interés en ningún instante, sino todo lo contrario, además de sortear con elegancia los peligros de un final que, en este tipo de películas, a veces puede resultar empalagoso. No es el caso aquí; Brooks mantiene el buen criterio y la sensatez en todo momento y la película nos emociona sin sonrojarnos y nos deja, como decía, con una sonrisa en los labios.
Quizá la parte más floja resida en contar con Ryan Reynolds en el papel principal. Está claro que su elección se debe a su atractivo, sin duda perfecto para este tipo de papeles, pero el problema viene por su falta de expresividad. Es un actor que termina resultando soso. Por el contrario, las actrices de la película me resultaron mucho más convincentes, en especial la pequeña Abigail Breslin, que ya me había conquistado en Pequeña Miss Sunshine (Jonathan Dayton, Valerie Faris, 2006) y que vuelve a demostrar que su gran trabajo en aquella película no era casualidad. Y tanto Rachel Weisz como Isla Fisher hacen también un gran trabajo.
Definitivamente , quizás es, en resumen, una buena comedia romántica. La historia resulta convincente, está filmada con buen ritmo, posee personajes muy bien definidos y coherentes y nos proporciona un muy buen entretenimiento. Para los tiempos que corren, creo que es suficiente para darle una buena nota.
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