sábado, 2 de enero de 2016

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio



Dirección: Steven Spielberg.
Guión: Steven Moffat, Edgar Wright, Joe Cornish (Cómic: Hergé).
Música: John Williams.
Fotografía: Animación.
Reparto: Jamie Bell, Andy Serkis, Daniel Craig, Simon Pegg, Nick Frost, Daniel Mays, Toby Jones, Enn Reitel, Joe Starr, Mackenzie Crook.

El joven periodista Tintín (Jamie Bell) compra en un mercadillo una hermosa maqueta de un barco, El Unicornio. Nada más adquirirla, dos desconocidos le hacen generosas ofertas por el barco, que Tintín rechaza. Poco después, alguien entra en su apartamento y roba la maqueta.

Vaya por delante una pequeña aclaración: Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio (2011) no se basa exclusivamente en el álbum homónimo de Hergé, que quizá no daría para un largometraje completo. De ahí que los guionistas de la película realicen una mezcla de los cómics El cangrejo de las pinzas de oro, El secreto del Unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo, con algunos añadidos de su propia cosecha, para montar una historia nueva. Puede que para algunos puristas ésto sea algo así como una herejía. Sin embargo, si nos atenemos al resultado final, no cabe duda de que la historia funciona y es apasionante.

La película de Spielberg es su primera incursión en el mundo de la animación, pues la película está rodada con la técnica de captura del movimiento de los actores, y en 3D. Y la verdad es que el director de la saga de Indiana Jones nos demuestra una vez más, por si quedaba alguna duda, que sigue siendo un maestro a la hora de dirigir films de aventuras, sean éstos reales o animados.

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio es un espectáculo maravilloso y fantástico que no sólo recoge el espíritu aventurero de los cómics de Hergé, sino que les da una nueva dimensión al convertimos en un espectáculo en movimiento. Nunca es fácil adaptar un cómic a la pantalla, pues son lenguajes diferentes y requieren tratamientos diferentes, algo que a veces se olvida a los que se muestran demasiado apegados al original. Spielberg consigue, siendo fiel al espíritu de los personajes de Hergé, crear una verdadera película de aventuras con vida y personalidad propias, con ritmo, magia, emoción, humor y grandiosidad. Sublime.

La primera parte de la película es más fiel a los cómics en que se basa, y también es más pausada. Conforme avanza la historia, la intensidad y la libertad creativa se van desbocando hasta una explosión de acción que nos deja asombrados y casi sin aliento. Es verdad que algunas escenas son demasiado exageradas, pero recordemos tres detalles: se trata de una adaptación de un cómic, de una película de aventuras y de un film de animación. Spielberg deja de lado la verosimilitud y nos brinda un espectáculo visual único, lleno de fuerza y desbordante de acción y energía. Quizá algunos lo consideren excesivo, pero creo que es todo un acierto.

A pesar de ser un film de animación, la mano de Steven Spielberg está más que presente con ese ritmo endiablado y ese sentido tan suyo y único del espectáculo. Dudo que en manos de otros director hubiéramos disfrutado de un film tan maravilloso.

Así que solo me queda recomendar encarecidamente esta película, tanto a los más leales seguidores de Hergé (su cameo al comienzo de la película es un detalle maravilloso) como a todo aquel amante de las viejas películas de aventuras clásicas. A ninguno de ellos debería decepcionar. Porque es cine en estado puro y es Hergé en movimiento.

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