domingo, 24 de enero de 2016
Mr. Holmes
Dirección: Bill Condon.
Guión: Jeffrey Hatcher (Novela: Mitch Culln).
Música: Carter Burwell.
Fotografía: Tobias A. Schliessler.
Reparto: Ian McKellen, Milo Parker, Laura Linney, Hattie Morahan, Hiroyuki Sanada, Patrick Kennedy, Roger Allan, Frances de la Tour, Nicholas Rowe.
Con 93 años, Sherlock Holmes vive retirado en una casa en Sussex. Viendo como sus capacidades se van deteriorando, intenta rememorar su último caso, acaecido treinta años antes, del que comienza a tener importantes lagunas.
Y se cierra el ciclo. Tras haber disfrutado con los libros y las películas clásicas de Sherlock Holmes, en 1985 llegó la entrañable El secreto de la pirámide (Barry Levinson), que inventaba un posible primer caso del Holmes siendo éste aún adolescente. Ahora, Mr. Holmes (2015) nos muestra los últimos días de la vida del detective, ya mermado en sus facultades, tanto físicas como mentales. Está claro que la figura creada por Conan Doyle sigue resultando tremendamente atractiva y los diversos autores no han podido resistir la tentación de inventarle más aventuras más allá de las relatadas por su creador.
Sin embargo, Mr. Holmes, a pesar de contar el último caso de Sherlock, aborda principalmente la soledad de un hombre anciano que encara los últimos años de su vida. Inevitablemente, repasa sus errores, se lamenta de las pérdidas y, especialmente, intenta recuperar del pozo oscuro de su memoria algo que le atormenta: un error que cometió por egoísmo y que le persigue treinta años después. Lo importante de la película es, por lo tanto, esa visión de un Holmes enfermo y solo, refugiado en el campo, en compañía de sus abejas, y que lucha desesperadamente contra su pérdida de memoria.
En esa soledad, Holmes encontrará la ayuda y el estímulo que representa el joven Roger (Milo Parker), el hijo de su ama de llaves (Laura Linney), un muchacho inteligente con el que Holmes entablará una relación de gran complicidad.
Las dos tramas paralelas al retrato del detective son sin duda menos interesantes, aunque son el contrapunto necesario y la justificación de la historia. Es cierto que de haber sido más apasionantes, la película habría ganado enteros en cuanto a film policíaco. Pero me temo que no era esa la intención del director. Está claro que lo que centraba sus deseos era el retrato de un Sherlock Holmes anciano, enfrentado a sus últimos días, haciendo memoria y recapitulando lo que fue su vida. Y aquí vemos la amargura del hombre, no del personaje, una vez perdidos para siempre sus amigos, su hermano y abandonada su profesión. Ahora está solo frente al espejo, y ve a un hombre solitario y triste, sin afectos.
Está claro que el tono de la historia es bastante sentimental. Sin embargo, no llega a abusar de ello Bill Condon, lo cuál es uno de sus aciertos. Otro, una puesta en escena muy cuidada, con una ambientación exquisita y una fotografía preciosa. Visualmente, Mr. Holmes es un regalo para los sentidos.
Pero lo mejor de todo sin duda es el trío protagonista: Ian McKellen, que da vida a Holmes en diversos momentos de su vida, con lo que sus registro cambia de la madurez a la vejez, realiza un trabajo muy convincente, sin duda brillante a veces. Su Holmes es totalmente creíble y absolutamente humano. Laura Linney está también perfecta, con una expresividad maravillosa. Pero la grata sorpresa fue el magnífico trabajo del joven Milo Parker, si sigue así le auguro un brillante porvenir.
Como curiosidad, mencionar la breve aparición de Nicholas Rowe dando vida a un Sherlock Holmes cinematográfico, pequeño homenaje a su papel del detective en la citada El secreto de la pirámide.
Mr. Holmes es pues un film honesto, serio, con grandes momentos y una cuidada puesta en escena que nos ofrece una visión muy enternecedora y conmovedora del detective más famoso de la literatura, pero centrándose más en su lado humano, en lo que queda cuando todo lo demás parece perderse, cuando ya no hay tiempo para nada más que para poner las cosas en orden y hacer balance. Un film meritorio.
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