lunes, 7 de marzo de 2016
El amigo de mi hermana
Dirección: Lynn Shelton.
Guión: Lynn Shelton.
Música: Vince Smith.
Fotografía: Benjamin Kasulke.
Reparto: Emily Blunt, Rosemarie DeWitt, Mark Duplass, Mike Birbiglia, Kate Bayley, Mel Eslyn, Jeanette Maus.
Ya ha pasado un año de la muerte de Tom, pero su hermano Jack (Mark Duplass) sigue terriblemente abatido, por lo que su mejor amiga, Iris (Emily Blunt), le invita a que pase unos días de reflexión en una casa que tienen sus padres en una isla. Sin embargo, cuando llega a la casa, Jack se encuentra con la hermana de Iris, Hannah (Rosemarie DeWitt), que se ha refugiado allí tras un fracaso amoroso.
Siempre es de agradecer un film diferente, que rompa con las modas de la gran industria y tenga el atrevimiento de nadar contra corriente. Este es sin duda uno de los rasgos más meritorios de Lynn Shelton y su El amigo de mi hermana (2011), un film de escaso presupuesto que nos adentra en los problemas emocionales de tres personas en un momento crucial de sus vidas.
El amigo de mi hermana gira en torno a Jack, quién aún no ha sido capaz de superar la pérdida de su hermano Tom, aunque ya haya transcurrido un año. La expareja de Tom, Iris, es la mejor amiga de Jack, pero está enamorada de él, aunque tenga miedo a confesárselo y hasta a confesárselo a ella misma. Y por último está la hermana de Iris, Hannah, lesbiana, y que acaba de romper con su pareja tras siete años de relación. Y estas tres personas se juntan en una casa, aislados del mundo, con el fin de poner en orden sus vidas, aunque al final terminan por complicarlo todo un poquito más.
Como decía, me parece muy interesante el que películas intimistas e independientes puedan seguir abriéndose paso en medio de producciones millonarias. Es saludable para la industria y reconfortante para el espectador. Sin embargo, no por el mero hecho de ser una propuesta diferente hemos de darle nuestra aprobación sin reservas. Y en el caso de El amigo de mi hermana, aún reconociendo sus méritos, he de confesar que me dejó un tanto frío.
Los enredos entre los tres protagonistas me parecieron un tanto forzados. Es verdad que todos los acontecimientos parecen necesarios para desarrollar la historia y plantear los conflictos que se proponen, pero no deja de parecerme todo un tanto precipitado. Tampoco el final es del todo satisfactorio, con una reconciliación modélica, sin aristas, sin conflictos, tan idílica como los paisajes de la isla.
Pero quizá el principal problema de la película sea que no llega a profundizar realmente en los personajes. Hay un intento en el guión por adentrarse en los personajes, en sus problemas. Pero el enfoque huye de la dramatización y adopta un punto de vista muy actual, con diálogos en cascada que buscan un aire de normalidad. La idea puede que sea acertada, pero el resultado es que el guión se queda en la superficie de las cosas, los personajes permanecen distantes, incluso resultan extraños, no llegamos a conocerlos en profundidad. Y el resultado es que asistimos a sus problemas con cierto distanciamiento, no consiguen conmovernos; es todo un tanto liviano, como si la directora no supiera o no quisiera afrontar los problemas de los protagonistas de un modo más serio, quedándose en una exposición cool que agrade a todos.
Incluso la repetitiva sucesión de planos paradisíacos de la isla resulta un tanto forzada, sin llegar a casar del todo bien con el tono más intimista y prosaico de la historia.
Lo mejor, sin ninguna duda, es el gran trabajo de los tres protagonistas, con una naturalidad en sus interpretaciones maravillosa. Un ejemplo de actuación natural y sincera que nos aporta lo más fresco y auténtico de la cinta.
El amigo de mi hermana podría haber calado más hondo, porque los mimbres estaban ahí. Sin embargo, al final se queda en una historia agradable, pero un tanto insustancial. Y aún así, es una propuesta recomendable.
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