viernes, 9 de diciembre de 2016
Una cuestión de tiempo
Dirección: Richard Curtis.
Guión: Richard Curtis.
Música: Nick Laird-Clowes.
Fotografía: John Guleserian.
Reparto: Domhnail Gleeson, Rachel McAdams, Bill Nighy, Tom Hollander, Margot Robbie, Rowena Diamond, Vanessa Kirby, Lindsay Duncan, Matt Butcher.
Con 21 años, Tim Lake (Domhnail Gleeson) descubre que, como todos los miembros varones de su familia, puede viajar en el tiempo; y la primera utilidad que le encuentra a ese poder extraordinario es intentar encontrar novia.
El principal problema que le veía, de antemano, a Una cuestión de tiempo (2013) era el asunto del don de viajar al pasado. Ese tema de los viajes en el tiempo nunca me ha resultado especialmente atractivo, sino más bien un truco barato que ha dado lugar a películas donde ese recurso permite cualquier barbaridad argumental, con alguna honrosa excepción. Sin embargo, en este caso concreto, al menos en la primera parte de la historia, hasta más o menos la boda de los protagonistas, el truco de los viajes está bastante bien llevado como un elemento más de la comedia que aporta, más que algo sobrenatural, una especie de guiño simpático sobre qué pasaría si pudiéramos tener una segunda oportunidad para enderezar un momento o solucionar airosamente una metedura de pata. Tomándolo a broma es la única manera de aceptar las incongruencias que genera ese don viajero.
Y mientras la historia se mantiene en ese tono simpático, la verdad es que funciona bastante bien como comedia romántica, ayudada sin duda por el encanto que desprenden tanto Gleeson como Rachel McAdams, dos actores muy naturales, cercanos y que caen simpáticos desde el primer momento.
Es durante esa primera parte donde el guión encuentra sus mejores momentos, sin ser especialmente gracioso, pero manteniendo un tono ligero, ameno y agradable, de manera que pasan los minutos sin que apenas nos demos cuenta. El problema viene con la segunda parte de la película, cuando Richard Curtis decide ponerse dramático y trascendente. De haber optado por poner el punto y final en la boda de Tim y Mary, a Curtis le habría quedado un film redondo y entretenido, con un punto de originalidad y personajes entrañables. Pero al estirar la trama, creo que erróneamente, y empezar a ponerse demasiado serias las cosas, con absurdas precisiones a las limitaciones de los viajes en el tiempo, que dejan de ser un recurso cómico aceptable para convertirse en un problema sin credibilidad alguna, la magia y el encanto de la primera parte se derrumban y caemos de lleno en una historia melodramática de accidentes, cáncer y muerte que me pareció un tanto excesiva, amén de convertir a la película en interminable, con una sucesión de momentos que parecen anunciar el final y que no hacen más que añadir otro momento dramático sin que parezca que vayan a tener fin. Una pena, sin duda, pues no nos deja un buen sabor de boca, a parte de romper un poco la unidad de la película, que se mueve bruscamente de un tono a otro sin que se encuentre una armonía a tal cambio.
Aún así, Una cuestión de tiempo es un film bien realizado, con unos protagonistas muy acertados y carismáticos, una hermosa fotografía y algunos momentos, sobre todo en la primera parte, bastante logrados. Se deja ver con agrado en general.
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