miércoles, 22 de marzo de 2017
Enamorarse
Dirección: Ulu Grosbard.
Guión: Michael Cristofer.
Música: David Grusin.
Fotografía: Peter Suschitzky.
Reparto: Robert De Niro, Meryl Streep, Harvey Keitel, Jane Kaczmarek, Dianne Wiest, David Clennon, George Martin, Victor Argo.
Molly (Meryl Streep) y Frank (Robert De Niro) no se conocen, aunque cogen el mismo tren para ir a la ciudad. Haciendo las compras de Navidad, la casualidad hace que se tropiecen y, por error, intercambien dos libros, lo que será el comienzo de una serie de encuentros en los que, casi sin darse cuenta, ambos comenzarán a sentirse atraídos mútuamente.
Con el reclamo de dos de los mejores actores de las últimas décadas, Ulu Grosbard , director de origen belga no muy prolífico, nos presenta una sencilla historia de amor entre dos personas casadas, adultas, que, sin embargo, se sienten irremediablemente atraídas por un amor sincero y profundo, lo que les lleva a plantearse seriamente su futuro. No se trata de una película escabrosa. En realidad, no es un film sobre infidelidades, sino más bien sobre el amor, como fuerza redentora, como un sentimiento que, cuando te llega, eres incapaz de domesticar. Ni Molly ni Frank desean hacer daño a sus respectivas parejas, tampoco se sienten a gusto con el sentimiento que ha surgido entre ambos, que les llena de remordimientos, pero no pueden hacer nada por remediarlo. Solo les queda aceptarlo y tomar la decisión que crean más justa, pero que, en todo caso, acarreará dolor, tanto a sus familias como a ellos mismos.
Sin embargo, a pesar de lo interesante del tema y de contar con dos actores excepcionales, Enamorarse (1984) es una película mediocre. Es verdad que Meryl Streep y Robert De Niro hacen un trabajo remarcable, en especial por la naturalidad y autenticidad de sus interpretaciones. Pero su sola presencia no es suficiente para enmendar un film que hace aguas casi por todas partes.
Por un lado, el director no consigue darle a la historia un ritmo interesante. Así, el comienzo de la película se hace un tanto lento, con algunas escenas que parecen no aportar demasiado y hasta da la impresión que algunas son casi de mero relleno. Si a eso le añadimos unos diálogos bastante planos, tenemos una película demasiado fría, inexpresiva.
Y ni siquiera en los momentos más intensos, cuando la pasión de los enamorados debería llenar la pantalla, Grosbard es capaz de trasmitir emoción, tensión, drama. Puede que sea una elección consciente, de querer presentar una historia de amor del modo más natural posible, desprovista de artificios o sentimientos desbordados. No lo sé. En todo caso, el resultado es un film sin demasiado nervio, sin alma, algo que lastra en exceso la intensidad con la que debería vivirse una historia semejante.
Estéticamente, tampoco Grosbard consigue dar en el clavo, con una fotografía del montón, una puesta en escena sin grandes aciertos y una música un tanto machacona, muy deudora de los gustos del momento y que denota lo mal que ha envejecido la cinta en este apartado.
Pienso en Breve encuentro (David Lean, 1945), pues Enamorarse recuerda inevitablemente a esa película, tanto por la situación de sus protagonistas como por los encuentros en la estación de tren, y es evidente la distancia que separa ambas películas, tratándose además de propuestas bastante similares en cuanto a planteamiento y sencillez de la historia. Es la diferencia entre un guión y una dirección geniales y un film mediocre que no logra captar ni trasmitir la esencia de lo que pretende contarnos.
En definitiva, una película cuya bonita historia merecía una puesta en escena mucho mejor. Al final me quedo con el reparto, lo mejor sin duda de un film que no consigue emocionarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario