jueves, 8 de marzo de 2018
Moby Dick
Dirección: John Huston.
Guión: Ray Bradbury y John Huston (Novela: Herman Melville).
Música: Philip Sainton.
Fotografía: Oswald Morris.
Reparto: Gregory Peck, Richard Basehart, Leo Genn, James Robertson Justice, Harry Andrews, Friedrich von Ledebur, Bernard Miles, Edric Connor, Orson Welles.
Ishmael (Richard Basehart), fascinado por el mar, decide embarcarse en un barco ballenero para aprender el oficio. El azar le lleva a hacerlo en el bergantín Pequod, capitaneado por el misterioso capitán Ahab.
Nueva adaptación de la novela homónima de Herman Melville que es, por méritos propios, todo un clásico del cine de aventuras.
Esta versión de John Huston de Moby Dick (1956) se beneficia sin duda de la calidad de la novela, algo patente especialmente en la riqueza y profundidad de los diálogos, uno de los rasgos más desetacables del film.
Pero como buena película de aventuras, no podían faltan las escenas de tormenta y las de la caza de ballenas, que aún a día de hoy resultan espectaculares y, en muchos aspectos, hacen palidecer a películas más recientes, incluida la prodigiosa Tiburón de Steven Spielberg. Es verdad que Huston utiliza escenas reales de la caza de cachalotes, pero para el año en que se rodó esta película la verdad es que los resultados de esas secuencias siguen siendo admirables.
Pero por encima de la belleza y espectacularidad de la aventura, Moby Dick es, por encima de todo, el relato de una obsesión: la locura del capitán Ahab en su deseo de vengarse de la ballena que le comió una pierna y dejó su cuerpo lleno de cicatrices. Ahab es consciente de que su deseo de venganza es irracional, de que lo domina más allá de toda lógica. Y sin embargo no es capaz de vencer ese demonio que lo corroe por dentro.
Puede que en esta descripción de la locura de Ahab la película quizá muestre las limitaciones del cine frente a los recursos de la novela, a pesar del buen trabajo de Gregory Peck, en una de sus caracterizaciones más impactantes. Aunque pudiera parecer que Orson Welles, con un pequeño pero bien aprovechado papel, pudiera ser en teoría un capitán Ahab más convincente , la verdad es que Gregory Peck creo que cumple con nota. Y lo mismo hay que decir del resto del reparto, salvo la extrañeza que produce que el papel de Ishmael, presentado como un mozalbete en la película, lo interprete Richard Basehart, a todas luces todo un señor de mediana edad.
Lo que también me gustó, y mucho, es el estilo de Huston en la dirección. Cada plano tiene sentido e intenta expresar algo con la composición, la posición de la cámara, el enfoque o el desenfoque. Me pareció un estilo que aporta bastante al relato, sin llegar a acaparar el protagonismo de un modo absoluto.
En definitiva, una película de aventuras ejemplar, con un buen tratamiento en el plano del espectáculo pero acompañado de una calidad en los diálogos, la dirección y el trasfondo que la mantienen aún a día de hoy como un clásico con plena vigencia, capaz de sorprendernos y entretenernos a partes iguales.
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