sábado, 8 de septiembre de 2018
Antes de que te vayas
Dirección: Chris Evans.
Guión: Ronald Bass, Chris Shafer, Jen Smolka y Paul Vicknair.
Música: Chris Westlake.
Fotografía: John Guleserian.
Reparto: Chris Evans, Alice Eve, Emma Fitzpatrick, Beth Katehis, Daniel Spink, Mark Kassen.
Mientras está tocando su trompeta en la Estación Central, en Nueva York, Nick Vaughan (Chris Evans) ve como una mujer (Alice Eve) pierde el tren en el último momento. Al comprender que está en apuros, decide intentar ayudarla.
Debut en la dirección de Chris Evans, actor más conocido por sus papeles como Capitán América o Antorcha Humana, que cambia aquí radicalmente de registro para ofrecernos una comedia romántica bastante intimista y original.
En los films románticos parece que ya está todo dicho. La base se este tipo de historias es que el chico y la chica se encuentran, se enamoran, se separan y, al final, suelen reconciliarse para satisfacción general. Es un esquema bastante común.
Lo novedoso de Antes de que te vayas (2014) es que en este caso no es así. Nick no pretende ligar con la joven desconocida de la estación, Brooke (Alice Eve), solo ve que está en problemas e intenta ayudarla. Él está aún enamorado de su antigua novia, a pesar de que hace seis años que no se ven. Pero no pierde la esperanza y, precisamente, esa noche puede volver a verla. Por su parte, Brooke es una mujer casada que, de entrada, desconfía de las intenciones de Nick, por quién no se siente atraída ni interesada. Si finalmente acepta su ayuda es, principalmente, porque no le queda otra alternativa, además de comprobar lo peligroso que puede ser para ella pasearse sola de noche por Nueva York.
Por lo tanto, Antes de que te vayas no plantea la esperada historia de amor entre los protagonistas. Es más, ambos intentan ayudarse a solucionar sus problemas sentimentales. Así, Brooke ayuda a Nick a enfrentarse a su ex novia y no dejar escapar la que puede ser su última oportunidad de intentar volver con ella. Al final, la cosa sale mal, pero al menos no se lo reprochará el resto de sus días. Y Nick, que al principio solo quiere proteger y ayudar a una joven sin dinero y sola en la gran ciudad, acaba por conocer los problemas matrimoniales de Brooke y se esforzará por ayudar a salvar su relación, porque ella, a pesar de las infidelidades de su esposo, aún lo ama y desea pelear por su matrimonio.
Por lo tanto, durante gran parte de la película no asistimos al flirteo de los protagonistas, sino a sus confesiones íntimas, en busca de apoyo o simplemente como desahogo. En medio de sus paseos nocturnos, de sus peripecias para conseguir dinero, vamos conociéndolos mejor, al tiempo que ellos también se van conociendo mútuamente, pasando de cierta frialdad a un sincero acercamiento.
Hay pequeños momentos muy hermosos en esas horas juntos, como cuando se hacen pasar por los miembros de una orquesta o cuando visitan al vidente. A decir verdad, toda la historia está repleta de pequeños momentos muy buenos, apoyados en unos diálogos inteligentes, profundos y llenos de sentimientos, que dejan de lado las obviedades para intentar profundizar en las vidas de los protagonistas, en sus deseos, sus fracasos y sus miedos.
Y es reconfortante y hermoso comprobar cómo se ayudan mútuamente, como se comprenden y se apoyan. No hay enfrentamientos absurdos ni manipulación de los sentimientos o situaciones. La noche de los dos es sincera, cercana y muy reconocible para cualquiera que haya pasado por situaciones similares. Es el punto fuerte de la película: su sinceridad, su claridad y su naturalidad. Sabemos que es cine, pero lo percibimos como una reflexión honesta sobre los sentimientos de las parejas.
Al final, tras muchas horas juntos, escuchándose, ayudándose y consolándose mútuamente, parece surgir al fin algo parecido al amor entre Nick y Brooke. Y de nuevo aquí el guión nos vuelve a dar una muestra de inteligencia y delicadeza. Lo esperado hubiera sido el final con la pareja amándose y emprendiendo una nueva vida juntos. Pero quizá lo esperado no hubiera sido lo lógico. Y, a pesar de que nos duela la separación de los dos, lo comprendemos. Eso sí, queda abierta una puerta a la esperanza, para aquellos que deseen otro desenlace, ilógico, sí, pero mucho más gratificante. Pero el guión se cuida mucho de mostrarse obvio. En otro alarde de buen gusto, deja en el aire un posible reencuentro. Pero será el espectador el que elija qué posibilidad le gustaría más como continuación de la historia.
Chris Evans se muestra muy seguro en su faceta de director. Con muy pocos elementos mantiene el interés, con una historia que avanza siempre con paso firme. En realidad, la clave está en ser natural con la cámara, que se esfuerza en no ser protagonista, sino servir a la historia con naturalidad, apoyándose en primeros planos que saben recoger los estados de ánimo de Nick y Brooke por medio de sus miradas, sus gestos, sus parrafadas y sus silencios. En su papel de actor, Evans también muestra sencillez y naturalidad, como corresponde a su personaje y a su historia. Y Alice Eve, una mujer muy hermosa, no abusa de su físico, cosa que sería hasta comprensible, sino que demuestra que sabe ponerse en la piel de Brooke y mostrarse frágil, sensible, y fuerte cuando hace falta, con naturalidad y convicción.
En resumen, una película que me sorprendió muy gratamente, por su originalidad, en primer lugar, y por la franqueza con la que afronta temas tan delicados como el amor, la pérdida, el desengaño o la lucha; sin dramatismos, sin efectismos. Una muestra de que aún se puede sorprender al espectador si se parte de un trabajo honesto y cuidado.
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