viernes, 3 de abril de 2020

Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar



Dirección: Woody Allen.
Guión: Woody Allen (Libro: David Reuben).
Música: Mundell Lowe.
Fotografía: David M. Walsh.
Reparto: Woody Allen, Gene Wilder, Lynn Redgrave, Louise Lasser, John Carradine, Lou Jacobi, Tony Randall, Anthony Quayle, Burt Reynolds.

Película compuesta de siete capítulos que analizan diversos aspectos relacionados con la sexualidad: un bufón que desea a su reina; un médico que se enamora de una oveja; una mujer que solamente se excita en lugares públicos; un maduro hombre casado al que le gusta vestirse de mujer; un programa concurso de televisión sobre fetichismos; un científico de temas sexuales que termina completamente loco y el mecanismo del cuerpo humano ante una relación sexual.

Se trata del cuarto largometraje del director, de 1972, y es evidente que a Woody Allen aún le quedaba mucho que pulir en su cine e incluso en su faceta como actor, en la que aún se muestra un tanto inseguro. Tenemos a un Woody Allen humorista, creador de chistes y sketches, pero aún le falta dar el paso que lo convierta en un director de películas por completo.

Sin embargo, a nivel de temática, empezamos a encontrar todo aquello que se convertirá en una constante en las películas del director: el sexo, la muerte, la religión, la educación, la familia.

Al tratarse de siete pequeños cortometrajes, en los que Allen plasma en imágenes los capítulos del libro homónimo de David Reuben en que se basa la película, no es fácil hacer una valoración global, porque, junto a algunos episodios bastante logrados, otros se quedan por debajo de la media, con situaciones no demasiado originales y acercamientos al problema sexual planteado un tanto simples. Y lo mismo puede decirse del nivel humorístico: junto a verdaderos buenos gags y chistes inteligentes nos encontramos con otros bastante simples.

La impresión general es que se trata de un film al que le falta bastante trabajo de elaboración; parece como una acumulación de primeras ideas sin pulir, sin afinar definitivamente. Incluso, algunos cortos parecen precipitados, sin una estructura bien trabajada. El conjunto se nos queda, hoy en día, como absolutamente ingenuo.

Puestos a escoger, el sketch del concurso de televisión me parece el más irónico y donde se hace una crítica más aguda sobre el medio televisivo y su banalización de todo, convertido en mero producto de consumo de masas, además de lanzar sus dardos contra la religión, un tema recurrente en la filmografía del director. Los tres primeros capítulos son menos originales, con planteamientos y desarrollos previsibles e incluso con finales demasiado abruptos, dando la sensación de estar peor elaborados. El del científico loco me pareció bastante bueno, con la secuencia de la teta gigantesca como todo un hallazgo. Por último, del capítulo final me quedo con el miedo del espermatozoide interpretado por Allen a abandonar el cuerpo hacia un mundo desconocido y lleno de peligros.

En resumen, sin duda estamos ante una película menor dentro de la filmografía de Woody Allen. No deja de ser una simple curiosidad que nos permite ver los inicios del director, pero que está aún muy lejos de lo mejor de su cine.

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