jueves, 22 de abril de 2010
El sargento York
Rodada poco antes que los japoneses atacasen Pearl Harbor, El sargento York (Howard Hawks, 1941) alcanzó una tremenda popularidad en un momento en que el país se preparaba para la guerra, a lo que no eran ajenas las intenciones de esta película.
El film intenta recrear la vida de Alvin York, uno de los héroes norteamericanos de la I Guerra Mundial, que se transforma de campesino pendenciero y bebedor en gran creyente y pacifista convencido pero que, al ser reclutado, se verá en el dilema de ser fiel a sus creencias o a su patria.
La película posee un tono amable, bondadoso y algo ingenuo, con la típica exaltación de los valores del pueblo llano, sencillo pero honesto y de firmes convicciones. El resultado podría haber sido un film pretencioso e insufrible, pero Howard Hawks lo evita con un relato sencillo y un personaje al que se comprende en sus dudas y con el que es inevitable simpatizar. El hecho de tratarse de hechos reales, si bien con un claro tratamiento cinematográfico, aporta la credibilidad necesaria para tal historia. Y en ello tiene mucho que decir la buena interpretación de Gary Cooper, que se verá recompensado con un Oscar al mejor actor. También hay que destacar la siempre eficaz presencia de Walter Brennan.
Es cierto que el paso del tiempo se deja notar en algunas escenas y la bondad de las gentes sencillas parece demasiado bucólica, pero se trata de una bonita historia muy bien contada y eso es, finalmente, con lo que nos quedamos.
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