miércoles, 5 de mayo de 2010
Un mundo perfecto
Butch Haynes (Kevin Costner), un asesino, escapa de la cárcel en compañía de otro preso. En su huida toman a un niño de seis años, Philip (T. J. Lowther) como rehén. En seguida, los rangers de Texas, con Red Garrett (Clint Estwood) al frente salen en su búsqueda.
Un mundo perfecto (1993) no es de las películas más reconocidas del director. Puede que no le haya quedado un film tan redondo como otros suyos, pero se trata en todo caso de una bonita y original historia con una muy buena interpretación por parte tanto de Costner como del pequeño Lowther, bastante convincente y muy entrañable.
El mundo perfecto es la relación tan íntima y respetuosa que se establece entre el preso y el rehén, en este caso un pequeño que vivirá gran parte de la huida como una emocionante aventura donde podrá hacer cosas que le estaban prohibidas en su casa. Incluso llegará a robar en una tienda. El niño empezará a descubrir todo un mundo de libertad al lado de este extraño delincuente, marcado por una infancia desgraciada.
La película no está exenta de algunos estereotipos, como las relaciones tensas entre diversos cuerpos de policía o de éstos con los políticos de turno y algunas escenas podrían estar de más, pero son pequeñas manchas que no afectan al conjunto de la película.
Se trata, por encima de todo, de una bonita amistad que va naciendo entre los protagonistas que, a su manera, aprenden el uno del otro. Es un intento de volver al pasado por parte de Butch o de hacer algo bueno en su vida. Es un sueño de una vida que no tendrá nunca. Y si el film lo dirige Clint Eastwood tenemos la garantía de que la historia estará muy bien contada, con buen gusto, con sensibilidad, con bonitos diálogos, una hermosa fotografía y algunos momentos intensos y cargados de dramatismo, como cuando el muchacho dispara a Butch o el final, predecible, es cierto, pero realmente emotivo y desgarrador.
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