jueves, 7 de diciembre de 2017

Big



Dirección: Penny Marshall.
Guión: Gary Ross y Anne Spielberg.
Música: Howard Shore.
Fotografía: Barry Sonnenfeld.
Reparto: Tom Hanks, Elizabeth Perkins, Robert Loggia, John Heard, Jared Rushton, Mercedes Ruehl,  Jon Lovitz, David Moscow.

Josh Baskin (David Moscow) tiene trece años y se siente atraído por una chica del colegio que, sin embargo, prefiere salir con chicos más mayores. Así que, cuando Josh encuentra en una feria una extraña máquina que concede deseos, no duda en pedirle que lo haga mayor.

Big (1988) es una curiosa película fantástica. Aunque quizá sería más correcto decir que es un sencillo cuento fantástico, optimista, sentimental y... gracioso, sobre todo gracioso. Y es que la historia, a pesar de contar con algunas reflexiones y momentos muy tiernos es, ante todo, una alocada comedia donde se fantasea con qué le pasaría a un niño si de repente se viera metido en un cuerpo de un hombre de treinta años y tuviera que vivir en el mundo adulto.

La base de la película es contraponer la mentalidad del chico de trece años a la de los adultos, en concreto en el competitivo mundo laboral de una empresa de juguetes. La mentalidad de Josh, su inocencia y, sobre todo, su cercanía al mundo del juego, algo que no tienen los otros compañeros de trabajo, hacen que progrese rápidamente en la empresa, ante el asombro de todos. Lo que da lugar a las envidias y los celos de algunos compañeros, poniéndose de manifiesto la diferencia entre la inocencia de Josh y la hipocresía del mundo adulto. Pero, por encima de cualquier reflexión, Big es sobre todo una comedia bastante bien construida, gracias a un guión no demasiado novedoso pero que sabe jugar sus cartas con acierto. Algunas bromas, no por obvias, dejan de estar muy bien traídas y algunas escenas, como la del piano de pie, han dejado huella y forman parte ya del la historia del cine reciente.

El humor del guión Big sabe sacar partido de la anómala situación del niño Josh, con una inteligente explotación de las situaciones de confrontación de su inocencia y miedos en el cuerpo de todo un hombre, pero sin caer nunca en la caricatura, la broma fácil o la parodia. Lo que consigue así el guión es un film simpático, ligero, pero no exento de cierta reflexión interesante, al tiempo que aporta una dosis de ternura que convierten a Josh en alguien muy entrañable.

Pero la película también se beneficia con la presencia de Tom Hanks, realmente el alma de Big. Su trabajo es excelente, lo que le valió una de las dos nominaciones de la cinta, junto con el guión co-escrito por la hermana de Steven Spileberg. Hanks derrocha frescura y naturalidad, consolidándose gracias a este film como uno de los jóvenes cómicos más prometedores. Más tarde demostraría su gran talento también en registros dramáticos.

Big nos hará pasar un rato sumamente entretenido, demostrando cómo un film sencillo, sin demasiadas pretensiones, pero hecho con inteligencia, puede resultar un pasatiempo muy gratificante.


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