Dirección: Emerald Fennell.
Guión: Emerald Fennell.
Música: Anthony Willis.
Fotografía: Benjamin Kraĉun.
Reparto: Carey Mulligan, Bo Burnham, Alison Brie, Clancy Brown, Jennifer Coolidge, Laverne Cox, Chris Lowell, Molly Shannon, Connie Britton.
Cassie (Carey Mulligan) trabaja como camarera día, después de abandonar su carrera de medicina, y por las noches frecuenta bares fingiendo que está borracha para castigar a posibles agresores sexuales.
Una joven prometedora (2020) es un film que te deja mal cuerpo, por todo lo que lleva dentro, por cómo lo cuenta Emerald Fennell y por su desolador desenlace. Si es lo que pretendía la directora, y también guionista, bravo por ella.
La película nos mete en la piel de Cassie, una joven traumatizada por la violación y muerte de su mejor amiga a manos de unos compañeros de universidad. Cassie no ha logrado superar ese trauma y lleva una vida triste, sin amigos, con un trabajo anodino y donde la sola vía de escape es provocar a posibles agresores sexuales para vengarse de ellos. Al final, también decide saldar cuentas con los responsables de la agresión a su amiga y los que miraron para otro lado en lugar de intentar hacer justicia.
Con un argumento así, es fácil que nos quedemos atrapados con la historia, sobre todo porque Cassie es un personaje muy triste, sin expectativas, sin esperanza, anclada en el pasado, en ese dolor que la ha cambiado como persona.
Es verdad también que la venganza de Cassie es un tanto descafeinada, lo que deja trazas de un moralismo extraño, donde Cassie, más que ejercer la justicia por su cuenta, parece contentarse con hacer reflexionar a sus víctimas sobre sus actos; lo que hace que no estemos ante la típica historia de venganza tantas veces vista. Y es lo que convierte a Una joven prometedora en un film realmente original que ha sabido darle una vuelta de tuerca a un género anclado en unos argumentos muy estereotipados.
Si toda la película resulta bastante dolorosa, esto se acrecienta con un final desolador, sorprendente, que termina por dejarnos muy mal cuerpo. Sin duda, dado el tema tratado, se puede entender, pero en el fondo hubiera deseado el típico final feliz, tal vez porque la realidad que nos muestra Una joven prometedora es demasiado dura y soñábamos con que Cassie, un personaje con el que empatizamos, pudiera al fin pasar página y ser feliz.
En todo caso, con sus debilidades, como un guión demasiado forzado en algunos momentos, me pareció una película realmente original y con un mensaje que te golpea de lleno.
Una joven prometedora se llevó el Oscar al mejor guión original.