El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 4 de agosto de 2025

El año en que empecé a masturbarme



Dirección: Erika Wasserman.

Guión: Christin Magdu y Erika Wasserman.

Música: Matti Bye y Anders af Klintberg.

Fotografía: Niels Buchholzer.

Reparto: Katia Winter, Jesper Zuschlag, Henrik Dorsin, Nour El-Refai, Vera Carlbom, Pablo Leiva Wenger, Hannes Fohlin, Sara Shirpey, Bahar Pars, Albin Grenholm. 

Hanna (Katia Winter) decide hacer caso a su novio Morten (Jesper Zuschlag) y renuncia a su trabajo para dedicarle más tiempo a él y a su hijo; pero justo en ese momento, Morten rompe con ella.

Uno de los problemas de muchas comedias es que parecen que no se toman en serio lo que nos cuentan, al menos es lo que me pareció esta película sueca con un título, El año en que empecé a masturbarme (2022), que parece un reclamo para atraer a cierto tipo de espectadores.

La cinta no deja de ser la típica comedia romántica, pero con el tema de la masturbación, un recurso que finalmente libera a la protagonista y la reconcilia consigo misma, intenta ofrecer un enfoque novedoso y, en teoría, algo transgresor. Es evidente que el tema del sexo sigue rodeado de muchos prejuicios, pero no creo que a estas alturas, y para el público al que va dirigida la película y la superficialidad con que trata el tema, un enfoque así pueda aportar nada más que un toque ligeramente picante.

En cuanto al desarrollo, la verdad es qua la cinta no tiene mucho que ofrecernos: un desarrollo bastante típico donde en la primera parte todo empieza a torcerse en la vida de Hanna para, en la parte central, tocar fondo para llegar a un final donde las cosas, casi milagrosamente, terminan por reconducirse para ofrecernos un final feliz en el que la protagonista se reencuentra con sus amigos, organiza su vida y se hace plenamente consciente de lo que quiere de la vida.

En teoría, un argumento así no tendría porqué resultar un inconveniente, pero la clave está en que nada en el desarrollo de la historia es interesante. La supuesta comicidad apenas aparece y siempre vinculada al tema del sexo, algo demasiado básico si encima no se aporta mucha originalidad. Tampoco la parte dramática, que es necesaria siempre, tiene demasiada profundidad. En realidad, todo en la película resulta demasiado superficial como para que nos llegue a importar y tanto el planteamiento inicial como la resolución final son casi infantiles, lo mismo que la mayoría de personajes secundarios que caen en lo absurdo o ridículo mayoritariamente.

En verdad, solamente es reseñable la frescura y el encanto de Katia Winter, lo único realmente salvable de la película.