Dirección: John Glen.
Guión: Richard Maibaum y Michael G. Wilson (Personaje: Ian Fleming).
Música: Bill Conti.
Fotografía: Alan Hume.
Reparto: Roger Moore, Carole Bouquet, Topol, Lynn-Holly Johnson, Julian Glover, Cassandra Harris, Jill Bennett, Michael Gothard, Jack Hedley, Walter Gotell.
Como consecuencia de una explosión accidental, un barco de vigilancia británico se hunde en el Mediterráneo. El barco estaba equipado con un sistema (ATAC) que controlaba los submarinos nucleares de Gran Bretaña. Para evitar que dicho dispositivo caiga en manos enemigas, Bond es enviado para recuperarlo.
Quinta película de Roger Moore interpretando a 007 y una de las peores de la serie desde mi punto de vista y no solamente porque Moore no está a la altura de su predecesor, Sean Connery, que sería un detalle importante pero no crucial, sino porque la cinta parece más un producto de serie B que otra cosa.
Para empezar, Roger Moore ya pasaba de los cincuenta cuando rodó Solo para sus ojos (1981) y el aspecto que ofrece en la película resulta un tanto envejecido para su papel, un detalle demasiado evidente para resultar un James Bond convincente.
Además, Carole Bouquet puede que fuera una mujer muy hermosa, pero su talento como actriz dejaba mucho que desear y su actuación es realmente lamentable, con una mirada muy bonita pero totalmente inexpresiva.
En cuanto a la trama, es verdad que no podemos esperar nada especialmente original, pues más o menos todas las de la serie siguen un patrón muy parecido, pero en esta ocasión el malvado de turno (Julian Glover) no tiene el peso necesario como para resultar un villano potente y con ello la trama se resiente. Si le sumamos un reparto poco afortunado, con actores secundarios muy mediocres, el resultado es un film en el que cuesta meterse, pues parece, en muchos momentos, una pantomima, una mala copia de las mejores películas de la serie.
Es verdad que algunas escenas de acción están bastante bien ejecutadas, salvando el hecho de que el paso del tiempo las ha envejecido considerablemente, pero ello no es suficiente para mantener en pie una historia que transcurre de manera bastante plana, sin momentos de verdadera tensión y con una dirección bastante rutinaria.
El hecho de que incluso los típicos inventos que ayudan a Bond en cada una de las misiones estén en esta ocasión ausentes por completo es un detalle más que denota el escaso esfuerzo creativo puesto en esta entrega.
He visto muchas películas de esta serie y, reconociendo sus limitaciones, muchas de ellas eran productos bastante cuidados y que ofrecían lo que prometían: un entretenimiento sencillo pero resultón en base a unos principios fijos. Sin embargo, Solo para sus ojos no llega ni a un mínimo deseable, hasta el punto de que estaba deseando que se terminara de una vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario