El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 31 de octubre de 2023

En tierra hostil



Dirección: Kathryn Bigelow.

Guión: Mark Boal.

Música: Marco Beltrami y Buck Sanders.

Fotografía: Barry Ackroyd.

Reparto: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Christian Camargo, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly. 

Tras la muerte de un compañero, el sargento William James (Jeremy Renner) es enviado para sustituirle al frente de un equipo de artificieros encargado de desactivar bombas en Irak.

En tierra hostil (2008) es el ejemplo perfecto de las virtudes y las debilidades de cierto tipo de cine actual que lo fía todo a la eficacia de la puesta en escena pero descuida gravemente el argumento.

La película de hecho se compone de una serie de episodios en los que los artificieros han de desactivar algún explosivo. No hay una evolución en el desarrollo argumental, no vemos un hilo conductor, casi no hay ni mensaje. La simplicidad llega a tal extremo que solamente sabemos que estamos en Irak, pero no conocemos nada más acerca del conflicto, de los bandos enfrentados, el origen... Nada de eso parece preocuparle al guionista, que solamente nos muestra escenas de desarticulación de bombas unidas por momentos en el campamento norteamericano bastante intrascendentes.

Ni los personajes principales tienen mucha entidad. James es un temerario que ni él mismo sabe decir qué le impulsa a actuar como lo hace. De su compañero Sanborn (Anthony Mackie) aún sabemos menos, salvo que de repente quiere tener un hijo para darle sentido a su vida. Pero ni en los momentos de más intimidad el guión logra hilvanar un discurso profundo, con sentido. Todo son frases hechas, clichés de machotes. Sinceramente, a nivel de argumento, la película no cuenta absolutamente nada e incluso cae en ciertos tópicos de manera que algunas escenas son fácilmente predecibles.

En cambio, en donde destaca la cinta de Kathryn Bigelow es en la puesta en escena, de una veracidad absoluta, de manera que sentimos el polvo y casi podemos oler la miseria que reina en las calles. Del mismo modo, las escenas de tensión están resueltas admirablemente, en especial el tiroteo en el desierto, de manera que la directora consigue captar toda nuestra atención, llevando la tensión y el peligro al máximo. 

Jeremy Renner de nuevo nos confirma su oficio para encarnar a personajes de este estilo, tipos duros y decididos, que parecen encajar perfectamente con su fisonomía. Por este lado tenemos absoluta credibilidad.

Pero creo que ello no puede ser suficiente como para ensalzar En tierra hostil como una gran película de guerra porque es un film cojo. Cualquiera con oficio y medios puede recrear cualquier escenario y si además cuenta con un buen reparto, como es el caso aquí, el resultado está garantizado. Pero una película ha de ser algo más que unas imágenes potentes y en este caso estamos ante un mosaico de episodios sin nada interesante ni original que contar. ¿La crueldad de la guerra?, ¿lo humanitarios que son los norteamericanos? Lo hemos visto hasta la saciedad, pura propaganda demasiado cargada de tópicos. 

La película ganó seis Oscar: mejor película, mejor dirección (la primera vez que lo ganaba una mujer), mejor guión original, mejor montaje, mejor mezcla de sonido y mejor edición de sonido.

domingo, 29 de octubre de 2023

The Babysitters



Dirección: David Ross.

Guión: David Ross.

Música: Chad Fisher.

Fotografía: Michael McDonough.

Reparto: Katherine Waterston, John Leguizamo, Cynthia Nixon, Andy Comeau, Lauren Birkell, Louisa Krause, Denis O'Hare, Halley Wegryn Gross, Ethan Phillips, Alexandra Daddario, Spencer Treat Clark. 

Shirley (Katherine Waterston) es una estudiante que ocasionalmente hace de niñera para sacarse un dinero extra. Un día, inicia una relación con Michael Beltran (John Leguizamo), un cliente que le paga generosamente al sentir remordimientos. Ante la posibilidad de ganar mucho dinero, Shirley comenzará a enfocar el tema en términos más ambiciosos.

Si algo bueno podemos sacar de The Babysitters (2007) es el intento de afrontar un tema tan espinoso como la prostitución a cargo de un grupo de estudiantes menores de edad con cierto rigor. Es evidente que la intención de David Ross no es enfocar el asunto desde el morbo o la provocación. Así que el relato está más centrado en el día a día de Shirley y cómo administra su negocio una vez que se va corriendo la voz entre diversos hombres casados y la demanda del servicio de "niñeras" aumenta.

El otro eje que articula la historia es la relación entre Shirley y Michael, que pasa de una mera atracción física a derivaciones más complejas.

Sin embargo, el principal inconveniente de la película es que David Ross se queda un poco en la superficie de lo que quiere contar, sin llegar a profundizar convenientemente en las necesidades, motivaciones y miedos de los personajes. De Shirley conoceremos que es una joven fría, avariciosa y exigente que acaba por arruinar su negocio al no poder controlar a sus chicas. Pero aún así terminamos sin conocerla bien, por ejemplo en su relación con Michael. Sin embargo, creo que el tema exigía una mayor profundización, conocer mejor a Shirley para entender su transformación de simple estudiante a perversa "madame". 

Tampoco el guión es lo suficientemente incisivo al tratar los problemas relacionados con el negocio de Shirley, como la manera en que afecta a las chicas, el tema de las drogas, los clientes... Al final hay demasiados puntos que quedan en el aire, de manera que la cinta termina siendo más una fachada que un análisis serio del tema de la prostitución.

Tal vez no fuera la intención de Ross abarcar demasiado, pero la sensación que nos queda es de un relato un tanto superficial.

Tampoco el nivel de los actores es muy alto, lo que se puede comprender sabiendo que estamos ante un film modesto con un presupuesto limitado. En todo caso, considero que si ese fuera el único punto débil de la cinta se perdonaría sin grandes problemas, pues aunque los actores, especialmente las chicas, no son brillantes, tampoco desentonan en exceso.

Para finalizar, el desenlace me pareció un tanto forzado. Es como si el director tuviera que ceder a la moralidad vigente e imponer una lección rotunda sobre los peligros de la prostitución, lección un tanto arbitraria y que no me resultó la mejor manera de finalizar la historia.

The Babysitters no es definitivamente una gran película, sí sus intenciones y la elegancia con la que afronta el tema, pero el director se queda lejos de lograr un relato consistente.

sábado, 28 de octubre de 2023

The International: Dinero en la sombra



Dirección: Tom Tykwer.

Guión: Eric Warren Singer.

Música: Reinhold Heil, Johnny Klimek y Tom Tykwer.

Fotografía: Frank Griebe.

Reparto: Clive Owen, Naomi Watts, Armin Mueller-Stahl, Brian F. O'Byrne, Ulrich Thomsen, Jack McGee, Michel Voletti, Patrick Baladi, Luca Barbareschi.

El agente de la Interpol Louis Salinger (Clive Owen) y Eleanor Whitman (Naomi Watts), de la fiscalía del distrito de Manhattan, están investigando las actividades ilegales relacionadas con tráfico de armas del Banco Internacional de Luxemburgo, un gigante con tentáculos que abarcan más de lo que imaginan.

Hay dos maneras de enfocar un tema como el que nos ocupa en The International: Dinero en la sombra (2009): por el lado humano de los protagonistas o centrándose más en la investigación. Tom Tykwer elige la segunda opción y me parece la más correcta, pues al final la trama es lo suficientemente interesante como para darle el protagonismo. 

Así pues, con el enfoque que le da el director, tenemos una película donde se va de menos a más a medida que nos adentramos en los manejos del banco y el peligro que se cierne sobre los protagonistas se va haciendo más palpable. Ya el arranque, con el asesinato del compañero de Salinger, nos mete de lleno en la acción, pero a partir de la mitad del metraje es cuando nos quedemos anclados a los asientos.

Es verdad que la secuencia en el Guggenheim, con todo lo espectacular que resulta, me pareció del todo improbable, ¿cómo es posible que todos esos matones estuvieran en el museo sin una razón lógica? Es solo uno de los detalles por lo que la intriga hace aguas, pero no el único. Es evidente que si analizamos con lupa el argumento es posible encontrar algunas incongruencias, pero en general hay que admitir que la intriga resulta bastante sólida y el director consigue atraparnos en ella sin caer en confusiones o explicaciones muy farragosas.

Con todo, al final lo mejor es la escena en la que Salinger conversa con Wexler (Armin Mueller-Stahl), un antiguo oficial de la URSS al servicio del banco. Ese momento nos proporciona los mejores diálogos de la cinta, incisivos e inteligentes, y al tiempo que lo disfrutamos echamos en falta más instantes parecidos que hubieran elevado el nivel de la película.

Clive Owen me parece una correcta elección para su papel, pues tiene el aspecto perfecto para encarnar a un investigador con rasgos de tipo duro. Es verdad, sin embargo, que su personaje no se desarrolla lo suficiente y es una de las pegas de la cinta: la falta de profundidad de los protagonistas, pues del personaje de Naomi Watts tampoco llegamos a conocer nada concreto. Algunos pequeños matices no hubieran estado de más.

Pero puestos a poner un pero importante a la cinta éste sería el desenlace, que peca de falta de originalidad y se vuelve más rutinario de lo deseable. Parece que aquí el guión no supo muy bien cómo rematar la faena y se decantó por lo más sencillo, pero no lo más convincente.

En todo caso The International: Dinero en la sombra es una film entretenido. No deja de ser una propuesta bastante comercial, pero al menos mantiene el interés y no comete fallos clamorosos. 

viernes, 27 de octubre de 2023

La calle del adiós



Dirección: Peter Hyams.

Guión: Peter Hyams.

Música: John Barry.

Fotografía: David Watkin.

Reparto: Harrison Ford, Lesley-Anne Down, Christopher Plummer, Alec McCowen, Richard Masur, Michael Sacks, Max Wall, Keith Buckley, Patsy Kensit, Sherrie Hewson.  

Durante un permiso en Londres, el teniente Halloran (Harrison Ford) conoce a Margaret (Lesley-Anne Down), una hermosa mujer de la que se enamora.

La calle del adiós (1979) es un cuidado drama romántico en el marco de la Segunda Guerra Mundial y si bien Peter Hyams intenta construir una historia conmovedora, el intento no es que le salga del todo bien.

La película tiene dos partes claramente diferenciadas. En la primera presenciamos el amor que surge entre el piloto americano y la bella Margaret, una mujer casada que sin embargo no se siente del todo realizada en su matrimonio con Paul (Christopher Plummer), un buen hombre pero un tanto aburrido. En cambio, ella ve en Halloran al hombre de sus sueños y aún sabiendo lo precaria de la situación no puede evitar enamorarse locamente de él.

En esta parte, a pesar de los intentos del guión de transmitirnos la pasión que arrasa a los amantes, el tono no deja de ser un tanto frío como para hacernos sentir ese ardor. Tal vez se deba a la ausencia de unos diálogos más inspirados, por lo que ni la música preciosista y acaramelada de John Barry consigue conmovernos. Incluso algunas escenas no están del todo bien resueltas por el director, al que se le nota que le falta talento para pasar de una bonita exposición a un relato apasionante.

No ayuda tampoco mucho la presencia de Harrison Ford, que nunca se caracterizó por ser un gran actor, si bien con los años fue ganando algo de aplomo, pero aquí, en los comienzos de su carrera, no destaca especialmente como amante apasionado.

En la segunda parte la historia da un giro con la misión de Paul en territorio francés y la improbable y curiosa coincidencia que le lleva a compartir peligros con el mismísimo amante de su mujer. De nuevo, Peter Hyams muestra más voluntad que acierto y aunque esta parte no carece de acción, peligros y la incertidumbre del desenlace, otra vez comprobamos la poca pericia del director para contagiarnos la emoción que quiere reflejar. Lo que se hace muy evidente en la escena en que Margaret y Halloran se reencuentran tras la misión y que vuelve a resultar bastante fría a pesar de las lágrimas de Lesley-Anne Down.

Es una pena que el director no pudiera o no supiera darle más vida a una bonita historia que tenía todos los ingredientes para dar lugar a un film mucho más conmovedor.

A pesar de todo lo comentado La calle del adiós no es una mala película. La historia de amor perfecto que viven los protagonistas resulta siempre emocionante, hay incertidumbre sobre la suerte de la misión y la película es agradable de ver, pero falta pasión a la hora de contarla y la sensación general que tenemos es de una película escasa de medios y de talento.

jueves, 26 de octubre de 2023

Le Mans '66



Dirección: James Mangold.

Guión: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth y Jason Keller. 

Música: Marco Beltrami y Buck Sanders.

Fotografía: Phedon Papamichael.

Reparto: Matt Damon, Christian Bale, Jon Bernthal, Caitriona Balfe, Tracy Letts, Josh Lucas, Noah Jupe, Remo Girone, Ray McKinnon, J.J. Feild, Jack McMullen. 

A principio de los años sesenta, Henry Ford II (Tracy Letts) está furioso al ver como caen las ventas de sus coches. Para darle un nuevo giro a la empresa, decide participar en las 24 horas de Le Mans con la idea de ganar la carrera.

Le Mans '66 (2019) narra el camino hacia el histórico triunfo de Ford en la carrera de Le Mans del 66, logrando destronar a los todopoderosos Ferrari. Como estamos ante un hecho histórico, no hay lugar para pensar que trata de una historia "made in Hollywood", pero incluso así, está claro que el sistema no puede evitar caer en alteraciones un tanto simplistas en busca de cargar la parte dramática de la historia. Es algo tal vez necesario, pero no el caer en la torpeza de presentar a algunos personajes como auténticos idiotas perversos y maleducados, como sucede con Enzo Ferrari (Remo Girone), el vicepresidente de Ford, Leo Beebe (Josh Lucas), o el mismo Henry Ford II. 

En cambio, en lo que no se equivoca James Mangold es en el ritmo que consigue darle a un relato bastante largo que, en sus manos, discurre con una fluidez admirable. El mérito sin duda reside en haber sabido compaginar a la perfección los momentos de carreras, inevitables y que nunca se hacen demasiado largos, de manera que los vivimos con intensidad pero sin llegar al punto de saturación, y las partes en las que el discurso se centra más en los personajes. Es cierto que Ken Miles (Christian Bale) y Carroll Shelby (Matt Damon), los dos amigos que contribuyeron decisivamente al éxito de Ford en Le Mans, no me parecieron estar del todo bien desarrollados, predominando sobre todo los rasgos en bruto, pero al final sus personalidades acaban tomando el timón de la historia y con el talento de los dos actores liman un poco la tosquedad de sus personalidades.

Pero si hay un personaje que me gustó especialmente es el de Mollie (Caitriona Balfe), la mujer de Ken. Frente a los personajes masculinos, un tanto estereotipados, Mollie adquiere una personalidad única que la convierte en el personaje más especial y entrañable de la película, con su paciencia, su encanto, su sentido del humor y su amor incondicional hacia Ken. También el hijo de ambos, Peter (Noah Jupe), juega un papel fundamental en la historia, ayudando a establecer el lado más humano de Ken y facilitando ciertas explicaciones que ayudarán a vivir con más emoción la carrera de Le Mans.

Si nos centramos en los aspectos meramente técnicos, la película es una maravilla en cuanto a ambientación y fotografía. No es que sean los elementos más importantes, pero denotan un esmero en cuanto a la puesta en escena realmente importante.

Con todo lo señalado, ¿me parece Le Mans '66 una gran película? Pues no. Creo que es sobre todo un film resultón. Está bien hecho, su ritmo es perfecto, sabe alternar momentos íntimos con la emoción de las carreras, pero en su conjunto es una película vulgar, tanto por los personajes como por los conflictos planteados. No hay nada realmente original, emotivo o que parezca sincero. Es un producto que huele a facturación mecánica, un engranaje que marcha de maravilla pero al que le falta inspiración, alma y genio.

Es verdad que destaca en medio de la producción actual en muchos aspectos, pero no deja de ser un producto de consumo fácil que busca sobre todo la taquilla. Eso sí, a los amantes del mundo del motor seguro que los entretiene sin dificultad.

miércoles, 25 de octubre de 2023

El moderno Sherlock Holmes



Dirección: Buster Keaton.

Guión: Jean Havez, Joe Mitchell y Clyde Bruckman.

Fotografía: Elgin Lessley y Byron Houck (B&W).

Reparto: Buster Keaton, Kathryn McGuire, Joe Keaton, Ward Crane, Ford West. 

Un joven proyeccionista (Buster Keaton) sueña con convertirse en detective. Sin embargo, en su primer caso resulta que será él el acusado de un robo.

Si algo destaca especialmente en El moderno Sherlock Holmes (1924) es el derroche de imaginación de Buster Keaton, tan creativo como gracioso.

La historia se centra en el personaje del proyeccionista, un tipo sencillo, imaginativo y un tanto tope en el tema de las relaciones con los demás, lo que queda muy patente en la secuencia en que encuentra un dólar en la basura, que le permitiría ofrecer un buen regalo a su amada (Kathryn McGuire), y termina perdiendo los dos que tenía.

Y lo mismo le sucede con la mujer que ama, dejándose vencer por la timidez y sin saber reaccionar cuando otro hombre (Ward Crane) se entromete entre ambos.

Nuestro aspirante a detective, humillado, regresa a su profesión resignado. Estando proyectando una película, se adormece y entonces sueña que participa él también en el film que está en pantalla. Se introduce en la película y entonces los personajes de la película pasan a ser su amada y el rufián que quiso robársela. Y en la ficción, él sí que es un gran detective que no teme a nada y es un hombre seguro de sí mismo, decidido e inteligente.

Sin duda, estamos ante un ejemplo maravilloso de la desbordante imaginación de unos guionistas con libertad absoluta para plantear cualquier ocurrencia, pero con el acierto de que encaja perfectamente en el discurso y da una doble lección: el cine como modelo, de ahí que el proyeccionista aprenda de los actores de la película que está proyectando cómo ser cortés con su chica; y el cine como vehículo de evasión, lugar mágico donde todo es posible y podemos llegar a ser el héroe que la vida real nos niega.

Cuando nos maravillamos con películas como La rosa púrpura de El Cairo (Woody Allen, 1985) no imaginábamos que la idea ya se le había ocurrido a unos guionistas más de sesenta años atrás.

El humor de El moderno Sherlock Holmes es el típico del cine mudo: caídas, acrobacias, trompazos... hasta está presente la eterna monda de plátano. Y lo bueno es que son bromas que siguen funcionando, porque tocan la esencia de lo que motiva la risa; los gags del cine mudo fueron algo simple, pero perfectos en su eficacia. En el fondo, lo que nos lleva a partirnos de risa no ha cambiado, está en la naturaleza humana y Buster Keaton conocía las teclas y las ejecutaba con la eficacia de un maestro.

En tan solo 45 minutos, Keaton nos ofrece un romance tierno, una lección del poder del cine y una historia sencilla pero tremendamente simpática. La calidad no implica cantidad. 

martes, 24 de octubre de 2023

Noche loca



Dirección: Shawn Levy.

Guión: Josh Klausner.

Música: Christophe Beck.

Fotografía: Dean Semler.

Reparto: Steve Carrell, Tina Fey, Mark Wahlberg, Taraji P. Henson, Jimmi Simpson, Common, William Fichtner, Leighton Meester, J.B. Smoove, Kristen Wiig, Ray Liotta, Mark Ruffalo, James Franco, Mila Kunis. 

Phil (Steve Carrell) y Claire Foster (Tina Fey) son un matrimonio bien avenido pero que ha caído en la rutina y cierto aburrimiento. Por eso Phil, al conocer que unos amigos suyos van a separarse, decide llevar a su esposa a cenar a un buen restaurante. Pero lo que se preveía como una noche romántica, se volverá una locura a causa de un malentendido.

Sigo pensando que la comedia es el género más difícil de todos y, viendo el nivel en el que se encuentra en la actualidad, tengo mis dudas de si algún día logrará recuperar la gloria pasada. Es verdad que de vez en cuando surgen algunos títulos con cierto nivel, pero en general la mediocridad es la norma. 

Noche loca (2010) viene a ser un ejemplo de lo señalado. Comparada con las comedias clásicas es una absoluta tontería, pero dentro del nivel actual del género podemos decir que al menos se deja ver sin provocar vergüenza ajena.

La premisa inicial de un matrimonio en peligro por la rutina y el cansancio parece prometer una historia interesante sobre las relaciones humanas, el amor, el deseo y el demoledor efecto del tiempo sobre cualquier pareja. Sin embargo, de repente el argumento da un giro inesperado y nos mete en una película de acción donde los protagonistas tendrán que buscarse la vida para salir de una confusión que les puede costar muy cara.

Sinceramente, quizá a algunos les pueda gustar el bandazo argumental, pues te deja descolocado y no se puede negar su originalidad. Pero el problema es que el argumento es tan enrevesado, lleva la situación a límites tan absurdos que a partir de ahí es todo un sinsentido que tampoco resulta especialmente divertido. Incluso en algunos momentos se cae en la broma fácil, siempre relativa al tema del sexo, con lo que la historia cae en una vulgaridad peligrosa, rozando el ridículo. 

Una prueba más, por tanto, de la escasa inventiva de muchos guionistas actuales, incapaces de crear situaciones divertidas a base de imaginación, por lo que acaban cayendo en la vulgaridad.

Además, se desperdicia completamente el tema de la relación del matrimonio, que hubiera podido dar mucho más juego, poniéndolos en situaciones que les llevaran a apreciarse y valorar lo que tienen como pareja. En lugar de eso, muchas escenas de acción, el chiste fácil y un final sin sorpresa ni gracia.

Noche loca sirve para pasar el rato si nos contentamos con una comedia ágil y no exigimos mucho. Pero está claro que por este camino, el género está abocado a una larga y triste travesía por el desierto.

lunes, 23 de octubre de 2023

El fantasma de la ópera



Dirección: Rupert Julian.

Guión: Elliot J. Clawson y Raymond L. Schrock (Novela: Gastón Leroux).

Música: Gustav Hinrichs.

Fotografía: Milton Bridenbecker, Virgil Miller y Charles Van Enger (B&W).

Reparto: Lon Chaney, Mary Philbin, Norman Kerry, Arthur Edmund Carewe, Gibson Gowland, John Sainpolis, Snitz Edwards, Mary Fabian, Virginia Pearson. 

Un misterioso fantasma (Lon Chaney) habita en el subsuelo de la ópera de París. Se ha enamorado de la joven Christine Daaé (Mary Philbin), a la que desea ayudar a triunfar como cantante a cambio de su amor.

El cine de terror es seguramente el género que refleja peor el paso del tiempo. Lo que podía atemorizar a los espectadores de hace cien años, ahora produce casi risa. Y El fantasma de la ópera (1925) es un buen ejemplo.

Sin embargo, imaginemos la impresión que debieron sentir los espectadores en el estreno cuando contemplaron por primera vez el rostro deforme de Lon Chaney cuando Christine le quita la máscara. Incluso en la actualidad es una imagen que impone.

Es cierto que el guión resulta un tanto simple y con algunos momentos extraños, arbitrarios. Incluso los personajes secundarios resultan realmente rocambolescos, artificiales y algo superficiales. En cambio la figura del fantasma, Erik, está perfectamente definida, con esa mezcla de pasión amorosa destructiva y la locura provocada por su deformidad y el aislamiento al que le ha llevado. Christine representa la ambición desmedida, hasta el punto de someterse voluntariamente a su maestro, hasta que descubre su fealdad y lo traiciona. Esta relación entre el fantasma y la bella encierra no poca morbosidad (ella promete ser su esclava) y ofrece los momentos más genuinos de la historia.

Pero hay que reconocer también que mientras Lon Chaney está deslumbrante y aterrador, dentro de la aparatosidad del estilo interpretativo del cine mudo, Mary Philbin y los secundarios no resultan especialmente convincentes, lo que estropea un tanto la eficacia de algunas secuencias importantes.

Dentro de una concepción visual que debe mucho al expresionismo alemán de principios del XX, destaca y llama la atención la secuencia del baile de disfraces en Technicolor, con el fabuloso disfraz de la Muerte Roja de Edgar Allan Poe que luce el fantasma, y la recreación de la ópera. Pero los decorados más espectaculares se encuentran en el subsuelo de la ópera, donde vive Erik, y donde se alternan pasadizos oscuros, un lago y suntuosos dormitorios en un despliegue de imaginación notable.

Con todos sus defectos y a pesar del daño que le ha causado el paso del tiempo, El fantasma de ópera aún conserva el poder de sorprender y asustar al espectador que disfruta de un espectáculo entre ingenuo y desmedido con la esencia del cine primitivo: directo, sencillo y rotundo.

domingo, 22 de octubre de 2023

Operación U.N.C.L.E.



Dirección: Guy Ritchie.

Guión: Guy Ritchie y Lionel Wigram.

Música: Daniel Pemberton.

Fotografía: John Mathieson.

Reparto: Armie Hammer, Henry Cavill, Alicia Vikander, Elizabeth Debicki, Hugh Grant, Sylvester Groth, Christian Berkel, Luca Calvani, Misha Kuznetsov, Jared Harris.

Cuando un antiguo científico nazi, ahora trabajando para los Estados Unidos, desaparece misteriosamente, las agencias de inteligencia de la URSS y de Estados Unidos deberán unir esfuerzos para localizarlo, pues posee los conocimientos necesarios para fabricar una bomba atómica.

Guy Ritchie es de esos directores que han sabido conectar con el público y la crítica merced a un estilo muy personal. Puede gustar más o menos, pero no se le puede negar originalidad.

Y en Operación U.N.C.L.E. (2015) nos demuestra cómo tomar una historia de espías y darle un enfoque más que curioso. Por ejemplo, desde el arranque identificamos al agente Napoleón Solo (Henry Cavill) fácilmente como una versión de James Bond y su aire suficiente, su atractivo y su elegancia parecen llevarnos a una parodia de esa saga. Pero pronto vemos que no es una parodia en el sentido más habitual y que la historia va por otros caminos.

Sin embargo, lo que es evidente es que el guión no sale de los tópicos, pues al personaje de Solo se le une el del agente soviético Illya Kuryakin (Armin Hammer), planteándose el típico conflicto entre los dos protagonistas que sabemos de antemano cómo va a resolverse. En realidad, en el guión no hay nada realmente original y el personaje de Gaby (Alicia Vikander) vuelve a confirmar que la historia va a moverse por sendas más que trilladas. Ella aporta el glamour necesario a la historia y dará pie a un amago de flirteo con Illya, más juego que romance auténtico.

De hecho, toda la primera mitad de la historia no es especialmente interesante. El tono ligero, cercano a la comedia, con que transcurre esta primera parte la convierte en un cúmulo de tópicos amenos, pero insustanciales. Afortunadamente, la segunda mitad se vuelve al fin interesante, con la explosión de acción, peligros y un desenlace que, sin ser de nuevo demasiado original, al menos nos mantiene con cierto grado de intriga y emoción.

Me queda la duda de qué hubiera sido de la historia con un planteamiento más serio, pero la elección del director iba por otros derroteros, con lo que nos deja un film muy bien presentado y ameno, pero sin profundidad. Un mero divertimiento realizado con estilo, un film superficial de consumo fácil. 

sábado, 21 de octubre de 2023

El maquinista de La General



Dirección: Buster Keaton y Clyde Bruckman.

Guión: Buster Keaton y Clyde Bruckman.

Música: Carl Davis.

Fotografía: Bert Haines y J.D. Jennings (B&W).

Reparto: Buster Keaton, Marion Mack, Glen Cavender, Jim Farley, Frederick Vroom, Charles Henry Smith, Frank Barnes, Joe Keaton, Mike Donlin, Tom Nawn. 

Johnnie Gray (Buster Keaton) es maquinista en la Western & Atlantic Railroad. Cuando estalla la Guerra Civil intenta alistarse, pero las autoridades consideran que es más útil en su puesto de trabajo. Sin embargo, su novia Annabelle (Marion Mack) piensa que no se alistó por miedo.

Si algo caracteriza al cine mudo norteamericano es el magníficorepertorio de una gran cantidad de películas cómicas que aún a día de hoy siguen siendo un ejemplo de perfección y agudeza. Si para la mayoría de críticos y público el número uno del género entonces fue Charles Chaplin, creo que en el segundo lugar podríamos situar sin duda a Buster Keaton, poseedor de un talento único para el gag visual.

Dentro de su extensa filmografía, El maquinista de La General (1926) es su obra cumbre y uno de los títulos imprescindibles del género, no solamente de la época muda, sino de la historia del cine.

El origen del argumento tiene como base un hecho real: un grupo de soldados de la Unión roban un tren para huir al norte. En la cinta, se llevan la locomotora La General, el gran amor de Johnnie Gray junto a su querida Annabelle. Del hecho histórico a la película, el protagonismo pasa al héroe solitario sudista: Johnnie Gray.

Johnnie había sido rechazado en la oficina de alistamiento y todos pensaban que en realidad era un cobarde que eludía la guerra. El robo del tren, incluyendo a Annabelle, propicia que Johnnie emprenda una temeraria persecución para rescatar a su preciada locomotora (entonces desconoce aún que su amada va en ese tren también). Es el acto de un hombre enamorado de la máquina, un irresponsable en el fondo, pero que acabará por convertirlo en un héroe ante sus compatriotas y, sobre todo, ante Annabelle, que piensa que su chico arriesgó su vida por ella. Y Gray dejará que viva con esa ilusión.

A nivel cinematográfico, El maquinista de La General confirma la madurez del cine de la época, que había llegado en muy poco tiempo a un grado de perfección y eficacia evidentes. Una prueba es ver cómo la cinta está rodada mayoritariamente en exteriores, con una cámara dinámica que se sitúa siempre en el mejor lugar para meternos de lleno en la acción. Con un despliegue de medios importante, solamente la gran cantidad de extras ejemplifica la ambición del proyecto, el mérito de Buster Keaton es lograr que todos los gags encajen perfectamente dentro del argumento, sin que ninguno resulte forzado. Pero además de este detalle, hay que reconocer que esos gags tienen una calidad tremenda. El detalle del cañón, el tren despeñándose por el puente, Gray escondido bajo la mesa donde los oficiales del Norte planean el ataque, Annabelle "ayudando" con la leña en el tren... es imposible resumir los mejores momentos, pues son casi constantes. Uno se maravilla al ver cómo Keaton es capaz de sacar tanta magia de un simple viaje en tren, consiguiendo siempre el ritmo adecuado y que la acción y los gags no decaigan en ningún momento.

Y naturalmente, está Buster Keaton, siempre impertérrito, componiendo un héroe atípico, pues es torpe, patoso y un tanto insensato, pero entrañable. Su pequeña figura al lado de las tropas confederadas da la mejor imagen del héroe por accidente que pueda verse.

Curiosamente, El maquinista de La General no fue bien recibida en su estreno, en parte por hacer comedia de un tema tan serio como la Guerra Civil y supuso el principio del ocaso de Buster Keaton. Solo el paso de los años ha logrado poner a esta película en el lugar de la historia del cine que le corresponde.

viernes, 20 de octubre de 2023

Amores en tiempos de guerra



Dirección: David Leland.

Guión: Keith Dewhurst y David Leland (Novela: Angela Huth).

Música: Brian Lock.

Fotografía: Henry Braham.

Reparto: Catherine McCormack, Rachel Weisz, Anna Friel, Steven Mackintosh, Tom Georgeson, Maureen O'Brien, Lucy Akhurst, Gerald Down, Paul Bettany.

En Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres acudieron a los campos para reemplazar a los hombres que habían partido al frente. En 1941, Stella (Catherine McCormack), Ag (Rachel Weisz) y Prue (Anna Friel) son contratadas por el señor Lawrence (Tom Georgeson) para trabajar en sus tierras.

El drama Amores en tiempos de guerra (1998) es de esas cintas que huelen a ambición por los cuatro costados. David Leland busca la grandeza por todos los medios a su alcance, pero tristemente se queda sin conseguirla.

La película estéticamente es casi perfecta, con una cuidada fotografía y unos paisajes elegidos con esmero. Incluso algunas escenas parecen buscar un efecto pictórico y el resultado es sin duda hermoso. Pero para que una película esté completa no es suficiente con un bonito envoltorio. Hace falta talento para que el contenido esté a la altura y en este caso, la historia de Amores en tiempos de guerra resulta cuando menos extraña pero, sobre todo, sin alma.

El guión se dedica a contar pequeños episodios, todos relacionados con historias de amor y de sexo, que resultan arbitrarios y aún más cuando el argumento no se esfuerza en profundizar en los personajes, de manera que acabamos la película sin llegar a conocer realmente a ninguno de los protagonistas. La verdad, el guión se limita a unos rasgos bastante superficiales que no terminan de resultar convincentes, pues parecen más bien tópicos encaminados a justificar determinados episodios de la historia. 

Así, Prue resulta excesivamente descarada para la época, Ag por el contrario está representada de manera demasiado recatada, pero sin matices. Y a Stella sencillamente no terminamos de conocerla. Es la más sensata, pero el guión no se molesta en ahondar en ella, de manera que no sabemos porqué no es feliz con su prometido (Paul Bettany) ni porqué se enamora de Joe Lawrence (Steven Mackintosh), un actor que tampoco resulta el idóneo para el papel que le encomiendan, pues no resulta especialmente atractivo para justificar el flechazo que parece sufrir Stella al conocerlo.

Y con ello llegamos a otro detalle más que perjudica el relato: todo lo que sucede es demasiado previsible, se adivina con tanta antelación y certidumbre que la historia no ofrece ninguna sorpresa, no hay nada que escape de un plan demasiado tópico. No hay nada genuino, original, es todo tan rutinario que le quita cualquier posibilidad de emoción. Porque además, entre que no conocemos en profundidad a los personajes y que sus comportamientos a veces resultan absurdos, especialmente en el caso de Joe, cuando la historia toca los momentos más dramáticos asistimos a ellos con total frialdad. David Leland se muestra incapaz de sacudirnos en nuestros asientos, ni siquiera cuando hay una muerte trágica o una ruptura amorosa. 

Amores en tiempos de guerra no es un film malo, pero sí que entristece ver cómo se desperdicia una historia que podía resultar muy emotiva al resultar demasiado frívola en muchos momentos, al no saber darle sentido a las escenas, contenido a los personajes, sincera emoción al relato. Es un película hermosa pero vacía. 

jueves, 19 de octubre de 2023

Cuando el destino nos alcance



Dirección: Richard Fleischer.

Guión: Stanley R. Greenberg (Novela: Harry Harrison).

Música: Fred Myrow.

Fotografía: Richard H. Kline.

Reparto: Charlton Heston, Leigh Taylor-Young, Edward G. Robinson, Chuck Connors, Joseph Cotten, Brock Peters, Paula Kelly.

En el año 2022, Nueva York ha entrado en una crisis total de recursos, con una super población que malvive sin futuro ni esperanzas. En ese ambiente, el agente Thorn (Charlton Heston) intenta hacer su trabajo lo mejor que sabe, incluso cuando sus superiores le ordenan cerrar un caso de asesinato aún no resuelto.

Lo primero que llama la atención sin duda es la fecha en que transcurre la acción en Cuando el destino nos alcance (1973); parece evidente que el pesimismo sobre el futuro resultó erróneo en cuanto a las fechas. Sin embargo, hay que admitir que el problema de super población, escasez de recursos y destrucción de la vida animal y vegetal en el planeta no es tan descabellada como se podría pensar.

Sin embargo, a pesar de su inquietante mensaje, que queda cruelmente expuesto en algunas escenas sobrecogedoras, Cuando el destino nos alcance destila un aire de serie B que afecta negativamente al resultado. La ambientación me pareció demasiado cutre, con unos decorados que proclamaban su falsedad a voz en grito. Es el problema que suelen tener algunas películas de ciencia-ficción con un presupuesto ajustado y una dirección artística no muy inspirada.

Pero el principal problema que le encuentro a la cinta es que se esmera más en mostrar la situación de la población en 2022, con la escasez de alimentos, la gente malviviendo hacinada en las calles y los edificios ruinosos o el placer de disfrutar de  productos raros, mientras toda la parte de la intriga se desaprovecha con un enfoque demasiado básico y un desarrollo sin nervio e interés. A Thorn no le cuesta mucho descubrir la trama que se esconde detrás del asesinato de Simonson (Joseph Cotten) y a nosotros mucho menos adivinar cómo se fabrica la comida artificial Soylent Green. La excursión de Thorn por la fábrica resulta tan simple que le quita cualquier emoción a uno de los momentos cumbres de la cinta.

Para colmo, las secuencias de acción resultan patéticas en su simplicidad y torpe ejecución, llegándose al colmo en la secuencia en que la policía reduce a los manifestantes con los camiones, cargándolos como si fueran basura. No dudo de que el concepto es poderoso y terrible, pero la manera de representarlo no es muy afortunada.

Nos queda, eso sí, ver la última actuación de Edward G. Robinson, que moriría antes del estreno de la película. Es triste contemplarlo tan envejecido, pero aún así su trabajo resulta el mejor de todos. Charlton Heston, sin embargo, sigue fiel a sus patrones inmutables de actuación, que nunca me llegaron a resultar demasiado naturales.

En definitiva, un film menor que resulta penalizado por el escaso talento del director y la escasez de medios. Aunque las ideas planteadas son válidas e inquietantes, el resultado final es algo pobre.

miércoles, 18 de octubre de 2023

El escándalo



Dirección: Jay Roach.

Guión: Charles Randolph.

Música: Theodore Shapiro.

Fotografía: Barry Ackroyd.

Reparto: Charlize Theron, Nicole Kidman, John Lithgow, Margot Robbie, Kate McKinnon, Connie Britton, Allison Janney, Malcolm McDowell, Alice Eve.

Cuando la presentadora de la cadena Fox Gretchen Carlson (Nicole Kidman) es rebajada a un puesto inferior, decide reunirse con sus abogados con la idea de demandar al CEO de la cadena, Roger Ailes (John Lithgow) por acoso sexual.

El escándalo (2019) intenta reflejar los escandalosos hechos que terminaron con el mandamás de la Fox, Roger Ailes, quien durante años ejerció su tiranía y su poder abusando verbal o físicamente de muchas de sus empleadas. El caso tuvo una gran repercusión en los Estados Unidos y originó el conocido movimiento #MeToo.

Ciñéndonos estrictamente a los méritos de la película, he de reconocer que me esperaba bastante más de un tema tan importante, pero ya con el inicio (Charlize Theron presentando la cadena y a su mandamás en tono simpático) nos damos cuenta de que el guión va a priorizar cierta forma de espectáculo antes que afrontar con profundidad los hechos.

De verdad que no entiendo como un tema así puede ser tratado con tanta frialdad. Da la impresión de que el guionista desea huir a toda costa de un enfoque sensible y convierte su historia en algo confuso a propósito. Para los que no estuviéramos al corriente de todos los implicados, en muchos momentos nos sentimos perdidos en medio de conversaciones atropelladas, nombres de personas que no sabemos qué papel desempeñan, cambios repentinos de situación... Es un laberinto que intenta dar apariencia de espontaneidad o incluso con un toque de documental. El resultado es un film que mata la emoción, no sentimos la angustia de las mujeres acosadas porque Charles Randolph lo esquiva como si tuviera miedo.

Solamente con el personaje de Margot Robbie, que curiosamente de los personajes principales es el único ficticio, encontramos algo de emoción, porque aquí sí que el guión se permite mostrarnos sus miedos y su vergüenza. El momento en que está telefoneando en la calle y rompe a llorar es el único con cierto aire de autenticidad de toda la película.

No se muy bien de qué sirve tener un reparto tan bueno si el resultado es vulgar. Incluso Charlize Theron y Nicole Kidman parecen diferentes a ellas mismas. No solo físicamente, incluso su trabajo resulta extraño.

Puede ser que el afán de ceñirse a los hechos motivara una exposición tan fría, pero el resultado es del todo inapropiado para un tema tan íntimo y tan doloroso. Parece que se ha perdido el arte de contar buenas historias y en cambio tenemos una puesta en escena artificiosa, pretenciosa y vacía.

Se deja ver, puesto que el tema es lo suficientemente importante como para sobreponerse al enfoque dado, pero no deja de ser un film desaprovechado.

martes, 17 de octubre de 2023

Phenomenon



Dirección: Jon Turteltaub. 

Guión: Gerald Di Pego.

Música: Thomas Newman.

Fotografía: Phedon Papamichael Jr.

Reparto: John Travolta, Kyra Sedgwick, Forest Whitaker, Robert Duvall, Jeffrey DeMunn, Bruce A. Young, Richard Kiley, David Gallagher, Ashley Buccille.

El día de su cumpleaños, George Malley (John Travolta) ve unas luces extrañas en el cielo y cae al suelo como si algo lo hubiera golpeado. A partir de ese instante, empieza a desarrollar una inteligencia extraordinaria. 

Phenomenon (1996) propone diversas lecturas sobre la condición humana, la sociedad y el amor. El problema que le encuentro es que con todas sus buenas intenciones al final no logra profundizar demasiado en ninguno de los caminos y se queda más en un cuento lacrimógeno.

La idea inicial es la transformación de un hombre corriente, no muy listo pero sí una buena persona, a raíz de unas luces que observa de noche en el cielo. Tras ese episodio, en el que llega a ser golpeado perdiendo la conciencia brevemente, George va adquiriendo una inteligencia superior que le permite aprender un idioma en veinte minutos, leer cuatro libros al día y memorizar cualquier dato sin esfuerzo. Sin embargo, lo que podría parecer un regalo fabuloso poco a poco se va convirtiendo en una pesada carga que convierte a George en una especie de fenómeno para sus vecinos, que se van alejando de él por miedo y desconfianza, y una posible amenaza para las autoridades debido a su inteligencia superior.

Pero George solo desea ayudar a la gente compartiendo sus conocimientos y, sobre todo, poder conseguir que Lace (Kyra Sedgwick), la mujer de la que se ha enamorado, le de una oportunidad.

Al final, el guión desvela que George tiene un tumor cerebral que es el causante de que haya desarrollado esa inteligencia excepcional. No se aclara si las luces que dice haber visto fueron reales o fruto de su imaginación, con lo que cada espectador puede interpretar la historia según sus preferencias. En todo caso, yo me decanto sencillamente por el tumor, que le da un enfoque mucho más real a la historia, dejando de lado posibles referencias a seres de otras galaxias.

Los problemas que sufre George a causa de su "don" sirven para plantear interesantes cuestiones, como la soledad que se cierne sobre las personas diferentes al resto, sea por su raza, condición sexual o enfermedades, como es este caso, y cómo una comunidad puede terminar apartando, por miedo o ignorancia, a uno de los suyos por ser diferente.

Así, George siente la discriminación y el recelo de sus vecinos y sufre al no poder ser comprendido y aceptado, salvo por unos pocos buenos amigos que nunca lo dejan de lado.

Sin embargo, el carácter más bien blando del relato, que no termina de afrontar los temas insinuados con cierto rigor, quedándose más en lo anecdótico, penaliza el contenido de la historia. Solamente la parte romántica está convenientemente tratada, destacando la naturalidad y la sensibilidad con la que el guión afronta la relación entre Lace y George y cómo los miedos de ella van cediendo al comprobar la bondad y la pureza de sentimientos de George. Lástima que solamente en las secuencias en que se afronta este tema Jon Turteltaub sea capaz de conmovernos sinceramente.

En todo caso, he de reconocer que Phenomenon es un film que se disfruta de principio a fin merced a que resulta siempre ameno, nunca se encalla en una historia y avanza con buen pulso. Es cierto que al final algunas escenas pueden parecer algo cargadas emotivamente, con cierto abuso de la música para enfatizar el momento narrado, pero son detalles que se perdonan fácilmente. 

lunes, 16 de octubre de 2023

En el nombre del padre



Dirección: Jim Sheridan.

Guión: Terry George y Jim Sheridan (Novela: Gerry Conlon).

Música: Trevor Jones.

Fotografía: Peter Biziou.

Reparto: Daniel Day-Lewis, Pete Postlethwaite, Emma Thompson, John Lynch, Corin Redgrave, Beatie Edney, John Benfield, Paterson Joseph, Marie Jones, Gerard McSorley, Frank Harper, Mark Sheppard, Don Baker. 

Tras un atentado del IRA en Londres, Gerry Condon (Daniel Day-Lewis) y tres amigos son detenidos y acusados de ser los autores del mismo.

Se dice con frecuencia que la realidad supera a la ficción. En el nombre del padre (1993) sin duda tenemos un buen ejemplo, pues de no contar hechos reales uno tendería a pensar en una historia manipulada. Cuesta creer que unos policías puedan ocultar pruebas condenando a cuatro inocentes y sus familiares sabiendo que todos ellos eran inocentes. 

La razón podría ser el odio hacia ellos por ser irlandeses motivado por la guerra que se libraba entre el IRA y el Reino Unido. O podría pensarse simplemente que buscaban unos culpables para salir airosos ante la opinión pública por la rápida resolución de un caso extremadamente doloroso. Queda sin embargo una cuestión importante por resolver: la condena de esos inocentes dejaba en libertad a los verdaderos terroristas. Con una injusticia se comenten dos errores gravísimos.

Pero el enfoque de Sheridan no busca dramatizar en exceso unos hechos ya de por sí terribles. Su exposición es dura, pero libre de interpretaciones. No quiere adoctrinar, sino exponer una situación terrible, las consecuencias de la lucha en Irlanda del Norte, el odio, las víctimas inocentes, la pérdida de la justicia y de la ética. 

Solamente con esto, En el nombre del padre estaría ya más que justificada como película de denuncia. Pero Jim Sheridan nos ofrece mucho más. Es como un tronco del que brotan muchas ramas, todas importantes, conmovedoras.

Por un lado, tenemos la evolución personal de Gerry, un atolondrado e irresponsable muchacho enfrentado a su padre que sacaba su rabia con pequeños robos. La dolorosa experiencia que vivirá lo irá transformando poco a poco hasta convertirlo en un hombre. Y en esa evolución tiene mucho que ver la estrecha convivencia forzada en la cárcel con su padre (Pete Postlethwaite). Es otra de las ramas del árbol donde se van sacando a la luz los traumas de una difícil relación entre ambos desde la infancia de Gerry, que siempre echó de menos tener más apoyo por parte de su padre, un buen hombre que sin embargo no supo educar a su hijo. 

Pero si el relato es directo y sincero, mucho tenemos que agradecer su eficacia al ejemplar trabajo de Daniel Day-Lewis, un actor con un talento natural impresionante, y de Pete Postlethwaite. Una pareja de actores que llenan la pantalla con un trabajo sin adornos pero lleno de convicción, naturalidad y precisión. Lástima que la presencia de Emma Thompson, otra actriz excepcional, se limite a muchos menos minutos de los deseables, pues con ella completamos un reparto protagonista de lujo.

En el nombre del padre posee la profundidad necesaria para transcender el mero relato de unos hechos históricos y nos mete de lleno en una tela de araña sobre las relaciones familiares, las consecuencias de vivir en un estado de guerra constante, el importancia de la verdad, la necesidad de no perder los valores fundamentales, la compasión, la traición, la desesperación, la fe... En definitiva, una película sobre el hombre y todo lo que ello implica.

domingo, 15 de octubre de 2023

El ladrón de Bagdad



Dirección: Raoul Walsh.

Guión: Douglas Fairbanks y Lotta Woods.

Música: Mortimer Wilson.

Fotografía: Arthur Edeson (B&W).

Reparto: Douglas Fairbanks, Julanne Johnston, Snitz Edwards, Charles Belcher, Anna May Wong, Sojin, Brandon Hurst, Tote Du Crow, Noble Johnson. 

Ahmed (Douglas Fairbanks) es un ladrón que se gana la vida con pequeños robos en las calles de Bagdad. Un día, sin embargo, decide entrar a robar en el palacio del califa y allí descubrirá a la princesa (Julanne Johnston) y se enamorará de ella.

A menudo pensamos en la época del cine mudo y nos vienen a la mente las comedias breves de Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd. Pero hay otra vertiente con obras tan curiosas como ambiciosas que forjaron la reputación de Hollywood como una fábrica de sueños. Y El ladrón de Bagdad (1924) sin duda es un ejemplo perfecto de este cine grandioso.

Lo primero que llama la atención es cuánto había progresado el cine en menos de veinte años. Es verdad que el concepto aún es bastante rudimentario y los conflictos muy básicos, lo cuál también se entiende por tratarse de cine mudo y por la necesidad de exponer con la máxima claridad los argumentos a unos espectadores que también estaban aprendiendo a conocer e interpretar el nuevo arte. De ahí las actuaciones teatrales, de gestos ampulosos y sentimientos expresados con toda la pompa y artificiosidad del mundo. 

Pero por encima de estas limitaciones, chocantes hoy en día pero seguramente completamente normales entonces, vemos progresos innegables a la hora de ofrecer una aventura densa, llena de sorprendentes efectos especiales y desbordante de imaginación. Los animales terroríficos, los tesoros que buscan los príncipes, el complot del príncipe mongol (Sojin), el romance de la bella princesa (Julanne Johnston) y el héroe demuestran que el cine ya era capaz de enfrentarse a tramas complejas sin rubor. Si bien las escenas de los enfrentamientos de Ahmed con las bestias que le salen al paso resultan hoy en día muy elementales, algunos momentos de su encuentro con la princesa rebosan sensibilidad y romanticismo y tienen una fuerza innegable.

Además, el trabajo de Raoul Walsh es realmente soberbio. La base, es verdad, siguen siendo unas escenas planificadas casi como cuadros vivientes, con un planteamiento muy rígido, pero el director es capaz de ofrecer algunos planos mucho más elaborados, como la llegada del príncipe mongol a la isla de Wak, por ejemplo, que sorprenden por su originalidad, sin duda avanzada para su época.

Otro detalle impresionante son los maravillosos decorados, obra de William C. Menzies, el director artístico, que construyó toda una ciudad de Bagdad con sus imponentes murallas y estilizados minaretes. Es cierto que algunas veces la escena se presenta como saturada, con escenario y extras comprimidos en un espacio reducido y la credibilidad de algunos decorados es dudosa hoy en día, pero si nos ponemos en la piel de un espectador de 1924 el espectáculo debía ser mayúsculo.

Pero no podemos olvidarnos del papel crucial de Douglas Fairbanks en la obra. El ladrón de Bagdad es en gran medida una obra suya: elaboró el guión, la produjo y fue la estrella absoluta de la historia, exhibiendo su cuerpo atlético (gran parte de la película lude el torso desnudo) y sus dotes de acróbata. Fairbanks, al que la llegada del sonoro apartó del cine, estaba entonces en su mejor momento y sin duda esta cinta es la prueba absoluta de ello.

El ladrón de Bagdad es un regalo sorprendente, una aventura repleta de peligros, conspiraciones, fantasía desbordante y uno de esos héroes tan perfectos como inimitables. Cuesta creer que una película de 1924 siga resultando, en muchos aspectos, inigualable.

sábado, 14 de octubre de 2023

Géminis



Dirección: Ang Lee.

Guión: David Benioff, Billy Ray y Darren Lemke (Historia: Darren Lemke y David Benioff).

Música: Lorne Balfe. 

Fotografía: Dion Beebe.

Reparto: Will Smith, Mary Elizabeth Winstead, Clive Owen, Benedict Wong, Ralph Brown, Linda Emond, Douglas Hodge, Victor Hugo. 

Henry Brogan (Will Smith) es un asesino a sueldo que trabaja para una agencia norteamericana. Sin embargo, todo el tiempo dedicado a ese trabajo le ha pasado factura y tras su última misión, Brogan decide dejarlo.

Desgraciadamente, las buenas sensaciones que provoca al principio Génesis (2019) terminan por ir diluyéndose poco a poco por culpa de un guión más enfocado a lo rocambolesco que a construir un relato mínimamente coherente.

Es verdad que la historia de un profesional que quiere pasar página sin éxito no es precisamente un comienzo demasiado original, pero sí que lo es el tono más humano que se le quiere dar, mostrando a Brogan no como una persona llena de dudas, reflexiones y sentimientos como para darle cierto calado humano.

Además, el hecho de añadir una trama con cierto interés (Brogan fue engañado en su última misión sobre la verdadera identidad de su objetivo) parece encaminarnos hacia un film de acción con cierto recorrido argumental.

Pero todo eso se demuestra, tristemente, que no es más que un breve decorado que no va a tener en realidad continuidad en cuanto el argumento desvela sus cartas, que no son otras que una historia absurda y retorcida sobre un exmilitar, Varris (Clive Owen), que dirige una compañía de mercenarios llamada Géminis y que ha clonado a Brogan en un intento de crear el soldado perfecto. Tamaño disparate arruina de golpe nuestras ilusiones de ver un film con cierto sentido y nos mete de lleno en una historia absurda donde el clon (un Will Smith más joven creado por ordenador) intentará liquidar a Henry Brogan.

Pasamos de una posible trama de engaños y conspiraciones a un enfrentamiento de carácter meramente "familiar" con el desenlace más previsible posible y donde lo único que puede salvarse son las espectaculares escenas de luchs, filmadas con tanto acierto que en algunos momentos nos dejan con la boca abierta, lo cuál tiene mérito en un cine de acción y super héroes que ya nos ha mostrado de qué es capaz en cuanto a efectos especiales.

Génesis acaba reducida, argumentalmente, a la mínima expresión, a una historia bochornosa y sin sentido que nos enfrenta al dilema de qué podemos esperar del cine en la actualidad. Si es esto todo lo que va a ofrecernos, mejor desconectar de tanta tontería. 

viernes, 13 de octubre de 2023

Jerry Maguire



Dirección: Cameron Crowe.

Guión: Cameron Crowe.

Música: Nancy Wilson.

Fotografía: Janusz Kaminski.

Reparto: Tom Cruise, Cuba Gooding Jr., Renée Zellweger, Kelly Preston, Jerry O'Connell, Jay Mohr, Bonnie Hunt, Regina King, Jonathan Lipnicki, Todd Louiso, Mark Pellington, Jeremy Suarez.

Jerry Maguire (Tom Cruise) es un exitoso representante de deportistas que, sin embargo, un día se da cuenta de lo deshumanizado que está su trabajo y se plantea sino sería mejor atender a menos clientes pero hacerlo mejor. Esas reflexiones sin embargo provocan que sea despedido de la agencia en que trabaja.

Jerry Maguire (1996) es de esas películas manipuladoras y estereotipadas que acaban por enfadarte un poco más a cada minuto que pasa. Es un cine tan falso que es imposible tomarla en serio, a pesar de que es lo que busca Cameron Crowe con su discurso.

La historia es tan simple como increíble: un agente agresivo y de éxito un día tiene un ataque de conciencia y se replantea cómo está llevando su trabajo y su vida. Y como solución escribe un texto en el que expone la importancia de no olvidarse de ciertos valores para evitar caer en la deshumanización; texto que difunde entre sus colegas, a modo de profeta predicando entre los pecadores. ¿Consecuencia? es despedido, lo cuál hasta resulta lógico, pues en el fondo está planteando trabajar menos, algo que cualquier empresario rechazaría. 

Pero Crowe nos vende este despido como una injusticia y desarrolla el drama de Maguire castigado por su honestidad y enfrentado al fracaso profesional. Es más, hasta rompe con su novia (Kelly Preston) en medio de ese estado de revelaciones éticas, que lo insulta con el peor de los calificativos posibles: perdedor.

Sin embargo, es evidente que todo este planteamiento está destinado a ofrecernos la resurrección de Jerry, desde el abismo hasta la cima, con el encuentro también del amor perfecto en el mismo paquete.

No tengo nada en contra de las películas optimistas que nos ofrecen una visión de un mundo más justo, feliz y gratificante. Creo en los cuentos, son necesarios y hermosos. Pero este no lo es. Porque suena a engaño constantemente, porque los personajes resultan falsos y las situaciones incomprensiblemente idiotas.

Por ejemplo, cuando Jerry es despedido y su comportamiento resulta tan absurdo que nos desmonta al personaje. Si Crowe quería hacer cercano y hasta simpático a Jerry Maguire el resultado es el contrario. De hecho, Jerry termina por caernos mal, nunca conseguí verlo como alguien bueno, entrañable, sino como un idiota que no sabe ni expresarse. Porque aquí es donde encontramos otros de los graves defectos de la cinta: unos diálogos sin consistencia, rozando la estupidez, como en la escena de la reconciliación de Jerry con su mujer Dorothy (Renée Zellweger), donde la falta de calidad en los diálogos es alarmante y estropea cualquier momento en que la emotividad debía adueñarse de la pantalla, quedando secuencias torpes y sin sustancia.

Pero es que este problema de profundidad o más bien de sinceridad a la hora de exponer la historia es algo que percibimos desde el mismo comienzo. No sé cómo interpretarlo, parece que Crowe tuviera miedo de mostrarse emotivo y recubre los momentos clave con una capa de efectismo, vulgaridad e histrionismo que perjudican notablemente la calidad del mensaje que se quiere trasmitir.

La película recibió nada menos que cinco nominaciones a los Oscar, ganando finalmente Cuba Gooding Jr. el premio a mejor secundario.

A pesar de todo, o precisamente por su factura y su mensaje positivo más allá de las contradicciones, la película fue un éxito de público.

jueves, 12 de octubre de 2023

La última gran estafa



Dirección: George Gallo.

Guión: George Gallo y Josh Posner.

Música: Aldo Shllaku.

Fotografía: Lucas Bielan.

Reparto: Robert De Niro, Tommy Lee Jones, Morgan Freeman, Zach Braff, Emile Hirsch, Kate Katzman, Blerim Destani, Sheryl Lee Ralph, Leslie Stratton, Nick Vallelonga, Vito Di Donato.

Max Barber (Robert De Niro), un productor de poca monta, le debe una buena cantidad de dinero a un mafioso (Morgan Freeman) que amenaza con liquidarlo. Por eso, para saldar sus deudas, Max planea una estafa a un seguro en su próxima película.

Remake de la desconocida The Comeback Trail (Harry Hurwitz, 1982), La última gran estafa (2020) brilla especialmente por su reparto, pues la historia y los personajes no son nada realmente memorables.

Lo cierto es que viendo el reparto el gran peligro que tiene la película en cuestión es incitarnos a pensar que es más de lo que realmente propone. La última gran estafa es una comedia menor solamente que con una presentación lujo. Por ejemplo, el trabajo de Robert De Niro es sencillamente excelente y le da una fuerza y un carisma a su personaje impresionantes. No debemos confundir la profundidad o entidad de su Max Barber, que no tiene mucha, la verdad, con la fuerza que desprende el trabajo de De Niro que es cierto que sus últimos años los ha pasado en producciones poco relevantes, pero su talento y su presencia siguen siendo únicos.

Aunque con Tommy Lee Jones y Morgan Freeman, haciendo también un trabajo sin tacha, he de reconocer que me entristeció bastante verlos tan envejecidos. Es de respetar cualquier decisión personal de unos artistas de su talla, pero desde mi punto de vista a veces es preferible saber retirarse a tiempo. 

En cuanto a la historia, la verdad es que es relativamente sencilla y bastante previsible, pero también he de confesar que pasé un rato muy entretenido con algunos detalles que me sacaron alguna que otra risa. Eso sí, me ha dado la sensación de que esta película en manos de un director diferente habría podido resultar mucho más redonda. Creo que George Gallo realiza una puesta en escena sencilla y sin defectos importantes, pero le falta fluidez y sobre todo terminas con la impresión de que no ha podido exprimir al cien por cien el potencial de la historia. Potencial también limitado por un guión demasiado básico, que no se toma la molestia de perfilar con cierta profundidad a los personajes y que tira por el camino más previsible, con lo que la historia en sí carece de demasiada fuerza.

Dudo que con otros actores la película funcionara tan bien a como lo hace gracias al trío principal. Pero De Niro, Tommy Lee Jones y Morgan Freeman están ahí y se nota para bien. En todo caso, no hay que esperar una gran comedia, solamente un pequeño pasatiempo tan ligero como previsible.

miércoles, 11 de octubre de 2023

Promesas del este



Dirección: David Cronenberg.

Guión: Steven Knight.

Música: Howard Shore.

Fotografia: Peter Suschitzky.

Reparto: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl, Sinéad Cusack, Olegar Fedoro, Jerzy Skolimowski, Donald Sumpter, Josef Altin.

Anna (Naomi Watts), una comadrona, asiste al parto de un bebé en el que la madre muere, pero deja un diario en el cuenta cómo fue violada por un jefe de la mafia rusa.

David Cronenberg ya nos había adentrado en un universo de violencia parecido al de Promesas del este (2007) con su anterior largometraje, Una historia de violencia (2005), también con Viggo Mortensen de protagonista. Es un estilo que domina con facilidad, si bien aquí el guión toma un giro final que no me terminó de convencer.

La película gira en torno a la relación que se establece entre Anna y Nikolai Luzhin (Viggo Mortensen), el chofer de un importante jefe de la mafia rusa de Londres, Semyon (Armin Mueller-Stahl), que bajo su apariencia amable es un frío y despiadado asesino.

La parte sin duda más interesante del relato tiene lugar al comienzo, cuando vemos como una inocente Anna, ajena al mundo criminal y despiadado de la mafia rusa, confía sin sospechar nada en Semyon para que le traduzca el diario de la adolescente muerte con el fin de encontrar a la familia de su bebé. Es realmente escalofriante ver cómo se mete en la boca del lobo y, cuando al fin comprende la situación, es ya demasiado tarde.

Sin embargo, echo de menos un enfoque más sincero de su relación con Nikolai. Parece que la búsqueda de un estilo seco por parte de Cronenberg le lleva a enfocar ciertos momentos importantes con un distanciamiento que casa con el estilo buscado, pero resta sin duda cercanía y emoción al relato. Relato que bajo ese prisma destila estilo, pero a costa de resultar demasiado teatral, con un desarrollo que no termina de parecer natural. Es el peaje que paga el director por potenciar el estilo al resultado.

Y fruto de ese enfoque tenemos personajes extraños, con comportamientos que no terminamos de entender del todo, como el tío de Anna, Stefan (Jerzy Skolimowski) y sobre todo Kirill (Vincent Cassel), el hijo de Semyon, que resulta tan teatral que cuesta tomarlo en serio y además provoca un trabajo algo excesivo por parte de Vincent Cassel, un actor capaz de mejores interpretaciones pero al que lastra su personaje.

En lo que sí que repara Cronenberg, como desgraciadamente es habitual en el cine contemporáneo, que ha perdido la sutileza sin remedio, es cuando ha de afrontar las escenas más violentas, con un despliegue de detalles y sangre repugnantes. Es cierto que la pelea en la sauna resulta espectacular, demostrando el talento como coreógrafo del director, pero le sobran ciertos detalles demasiado duros.

Sin embargo, lo peor de todo es el giro del argumento en relación con el personaje de Nikolai, no solamente porque no viene al caso ni aporta nada interesante a la historia, sino porque es tan sorprendente que queda como una concesión idiota para redimir o explicar un personaje que tenía mucho más sentido tal y como lo describía al principio.

La sensación final es que la película tiene indudables puntos de interés pero que, sometida a ese ejercicio de frialdad por parte del director, se queda en un relato cojo de sentimientos y que no termina de sacar todo el potencial que encierran los personajes. 

martes, 10 de octubre de 2023

Dos hombres y un destino



Dirección: George Roy Hill.

Guión: William Goldman.

Música: Burt Bacharach.

Fotografía: Conrad Hall.

Reparto: Paul Newman, Robert Redford, Katharine Ross, Strother Martin, Henry Jones, Jeff Corey, George Furth, Cloris Leachman, Ted Cassidy.

1899, Butch Cassidy (Paul Newman) lidera La banda del desfiladero en Wyoming, dedicándose a atracar bancos y asaltar trenes. 

Dos hombres y un destino (1969) es uno de esos westerns que han pasado a la historia del género a pesar de estar muy por debajo de lo que su fama sugiere. Tal vez tenga mucho que ver la pareja protagonista, el tono irónico que recorre la cinta y, cómo no, la bellísima canción "Raindrops Keep Fallin' on my Head".

Sin embargo, si nos centramos exclusivamente en la historia, la película resulta un tanto endeble, con un argumento excesivamente simple donde no se profundiza en los personajes ni en su relación, más allá de las poses y los rasgos esquemáticos.

Donde se busca la originalidad es en el aspecto visual, con los experimentos que utiliza George Roy Hill, mezclando blanco y negro y color, utilizando fotografías en tonos sepia o congelando la acción en la famosa secuencia final. El resultado es vistoso, pero algo inconexo, tal vez novedoso en el año de la realización, pero no muy eficaz a nivel narrativo, con una banda sonora demasiado apegada a las modas de esos años y que no ha envejecido demasiado bien.

Sin embargo, lo peor de todo son algunos momentos en que el ritmo falla, como en la excesivamente larga persecución de las fuerzas del orden que se salva gracias al encanto que desprenden Paul Newman y el joven Robert Redford, al que la cinta consolidaría como una estrella incuestionable. Parece evidente que ante la falta de un guión profundo, el director alarga algunos momentos artificialmente.

Como trasfondo del relato, vemos cómo el mundo en el que se movían los protagonistas está cambiando,  ya no son capaces de sobrevivir como antes. Tampoco la vida honrada les seduce, en parte por el esfuerzo que requeriría. De ahí su huída, primero a Bolivia y luego planeando ir a Australia, pero en el fondo es un camino sin mucho futuro y basado más en los sueños idealizados de Butch que algo concreto. Son dos inadaptados a los que el progreso acabará devorando. Representan el fin de una época menos civilizada que se ha terminado.

En todo caso, a pesar de sus problemas, la película fue todo un éxito en su momento y se llevó cuatro Oscar: Banda sonora, canción, guión original y fotografía y aún pervive a día de hoy como un enfoque original del western y sobre todo por la fuerza de la pareja protagonista, que repetiría después en la mucho más redonda El golpe (1973) a las órdenes otra vez de Roy Hill.

lunes, 9 de octubre de 2023

Gangster Squad: Brigada de élite



Dirección: Ruben Fleischer.

Guión: Will Beall (Libro: Paul Lieberman).

Música: Steve Jablonsky.

Fotografía: Dion Beebe.

Reparto: Josh Brolin, Ryan Gosling, Sean Penn, Emma Stone, Robert Patrick, Michael Peña, Giovanni Ribisi, Anthony Mackie, Nick Nolte, Mireille Enos, Holt McCallany, Wade Williams. 

Mickey Cohen (Sean Penn), un ambicioso gánster, está asentando su dominio sobre la ciudad de Los Ángeles de manera imparable. Como los cauces legales no darían muchos frutos, el jefe de policía Bill Parker (Nick Nolte) encarga al sargento John O'Mara (Josh Brolin) que organice un grupo de agentes que opere al margen de la ley para poner freno a las actividades de Cohen.

Gangster Squad: Brigada de élite (2013) recordará a los más cinéfilos aquella cuidada película de Brian de Palma Los intocables de Eliot Ness (1987), bastante parecida a esta no solamente por un argumento con muchas similitudes, sino también porque en ambas las formas importaban mucho más que el contenido.

Y aquí reside la principal debilidad del film de Ruben Flischer, inspirado en una historia real, donde el argumento se deja en tan poca cosa que resulta casi superfluo; o al menos así lo parece, pues Will Beall hace un trabajo tan esquemático en cuanto a historia y personajes que nunca llegamos a sentirnos implicados en la lucha del grupo liderado por John O'Mara.

Da la sensación de que el guionista se limitó a construir un entramado básico organizado con todos los tópicos del género, incluidos unos diálogos tan pomposos como artificiales e incluso rozando lo absurdo en algunos momentos, para que sirviera de soporte al despliegue de fuegos artificiales en que convierte Ruben Fleischer las escenas de acción. Un espectáculo de disparos, muertes, peleas y explosiones que al final es lo único en lo que parece que el director ha puesto algo de interés. 

Porque si el argumento es muy poca cosa, lo mismo sucede con los personajes y sus relaciones, siempre siguiendo unas líneas estereotipadas, sin llegar a profundizar en nada lo suficiente como para que adquiera cierto relieve, con relaciones carentes de originalidad, frases acartonadas. El resultado es un film frío, pues al no haber nada detrás de las imágenes, estas se suceden sin que podamos sentir nada por lo que describen. Todo es un mero ejercicio visual que busca impactar a nivel estético, pero sin alma, sin sentimiento. Algo meramente mecánico y artificial.

Resulta realmente decepcionante ver como se desperdicia a tantos buenos actores en un film tan pobre. Y es que incluso dentro de un producto comercial es necesario darle algo de sentido y este no es el caso. 

domingo, 8 de octubre de 2023

Día de lluvia en Nueva York



Dirección: Woody Allen.

Guión: Woody Allen.

Fotografía: Vittorio Storaro. 

Reparto: Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Live Schreiber, Annaleigh Ashford, Kelly Rohrbach, Rebecca Hall, Cherry Jones, Will Rogers.

Cuando su novia Ashleigh (Elle Fanning) le cuenta a Gatsby (Timothée Chalamet) que tiene que ir a Nueva York para entrevistar a un director de cine, el joven planea un fin de semana especial para disfrutar con ella. Sin embargo, nada saldrá como Gatsby había planeado.

Cada nueva película de Woody Allen es para mí como un día de fiesta. Es verdad que no todas me gustan por igual y también hay que reconocer que el director está lejos en la actualidad del genio de su primera etapa. Sin embargo, el mérito es que ha sabido asentar su estilo, esa manera tan personal de contar historias, a veces más agudas, otras más graciosas. Lo genuino es que siempre nos deja una sonrisa, una secuencia que sorprende, un actor que destaca.

En Día de lluvia en Nueva York (2019) Allen nos ofrece una historia de desamor llena de encanto donde una vez más la ciudad de Nueva York es protagonista, en esta ocasión separando a los novios en una serie de sucesos imprevistos que arruinan los planes de Gatsby pero que, por otro lado, contribuyen a poner en orden su vida: la relación con su madre (Cherry Jones) da un giro radical en una secuencia realmente sorprendente y muy original; Gatsby comprende que Ashleigh y él no tienen futuro juntos e incluso toma la decisión de dejar la universidad e intentar averiguar qué quiere hacer de su vida. Y todo por un fin de semana en Nueva York.

Woody Allen nuevamente demuestra su facilidad como narrador y nos lleva de la mano por las experiencias de esta pareja de novios. Ashleigh se verá engullida por el mundo del cine, con sus personajes paranoicos, egoístas, mentirosos y tremendamente atractivos. Ella a su vez es un soplo de aire fresco para ellos, que la convierten por unas horas en su diosa o en su musa. Y para la joven provinciana será imposible resistir la tentación y no duda en renunciar a su novio mientras se deja llevar, entre soñadora e inocente. Y sinceramente, Elle Fanning resulta realmente maravillosa dando vida a la joven y ambiciosa periodista que vende su alma por un reportaje, pero con tal encanto que es casi imposible reprocharle nada.

Pero si he de quedarme con un personaje ese sería el de Shannon, la hermana pequeña de una antigua novia de Gatsby que éste se encuentra en la ciudad. Interpretada por una bellísima Selena Gomez, Shanon es un derroche de inteligencia, frescura y mala leche, con las mejores frases de la película. Cada vez que aparece en pantalla la historia gana en agilidad y réplicas ingeniosas.

En cambio Timothée Chalamet me dejó bastante más indiferente, con ese aire apático, casi como si actuara con cierta desgana. La verdad es que me hizo añorar esas películas en las que Woody Allen encarnaba el personaje principal. Lógicamente en este caso ya no tendría sentido, pero Chamalet no logró ni de lejos hacerme olvidar al Woody Allen actor.

Día de lluvia en Nueva York peca quizá de cierta falta de profundidad en las historias que aborda y tampoco toca los temas habituales del director, como el judaísmo o la muerte. Es otro tipo de historia, más cotidiana, sin pretensiones de trascendencia o instrucción. Es algo mucho más natural y cercano. Es una sencilla historia sobre el amor, un relato de búsqueda, de tropiezos, de decisiones, confidencias, de perder y de ganar. No tiene más valor que el que le queramos dar, más belleza de la que le encontremos nosotros mismos. Para mí, es un nuevo regalo de este director.

sábado, 7 de octubre de 2023

Tras el corazón verde



Dirección: Robert Zemeckis.

Guión: Diane Thomas.

Música: Alan Silvestri.

Fotografía: Dean Cundey.

Reparto: Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito, Zack Norman, Alfonso Arau, Manuel Ojeda, Holland Taylor, Mary Ellen Trainor, Eve Smith. 

Joan Wilder (Kathleen Turner), una escritora de novelas románticas, recibe una carta de su cuñado muerto con un misterioso mapa que deberá llevar hasta Colombia y entregarlo a los secuestradores de su hermana Elaine (Mary Ellen Trainor).

En la década de los ochenta del siglo XX, al rebufo del éxito de En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981), el género de aventuras tuvo un renacimiento y Tras el corazón verde (1984) se inscribe en esta corriente que mezclaba aventuras con comedia para deleite del público más receptivo.

La película tiene un argumento bastante endeble que gira en torno a un mapa de un tesoro que persiguen diversos personajes. En realidad, tampoco es que el argumento de mucho de sí y parece solamente un pretexto para dar pie a múltiples persecuciones a que se verán sometidos la inocente Joan y su aventurero guía, Jack Colton, al que da vida Michael Douglas, productor de la cinta concebida para afianzar su carrera cinematográfica. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, Jack Colton es un personaje que no acaba de funcionar del todo bien, en parte por lo estereotipado del personaje, su falta de profundidad y también porque Michael Douglas no tiene el encanto suficiente para convertirlo en una referencia del género.

Más meritorio es el trabajo de Danny DeVito, que supo explotar muy bien su aspecto físico y su innegable gracia para este tipo de papeles. En cambio Manuel Ojeda, que interpretaba al malvado militar Zolo, que también perseguía el mapa del tesoro, parece ridículo intentando aparentar ser un tipo realmente duro. Y es que quitando a Michael Douglas, Danny DeVito y la encantadora Kathleen Turner, el reparto no es el punto fuerte de la cinta.

Pero tampoco el guión, como decíamos antes, que es tan básico que no se puede tomar en serio ni queriendo. Robert Zemeckis intenta al menos darle cierto ritmo a la historia y es verdad que las persecuciones están bien escenificadas y al menos en ese aspecto la película resulta entretenida, además de lograr una muy aceptable ambientación que nos hace sentir la humedad y los peligros de la selva colombiana con bastante eficacia.

Sin embargo, el conjunto no da par muchas alegrías, al menos viendo la película en la actualidad, porque en su época funcionó bastante bien, dando pie a una secuela, La joya del Nilo (Lewis Teague, 1985), donde repiten Michael Douglas, Kathleen Turner y Danny DeVito, que con estas dos cintas verían asentarse su futuro en Hollywood.

viernes, 6 de octubre de 2023

Un romance muy peligroso



Dirección: Steven Soderbergh.

Guión: Scott Frank (Novela: Elmore Leonard). 

Música: David Holmes.

Fotografía: Elliot Davis.

Reparto: George Clooney, Jennifer López, Ving Rhames, Don Cheadle, Dennis Farina, Steve Zahn, Albert Brooks, Isaiah Washington, Michael Keaton, Catherine Keener, Luis Guzmán, Samuel L. Jackson. 

Durante su fuga de la cárcel, a dónde le ha llevado su enésimo atraco a un banco, Jack Foley (George Clooney) se topa de bruces con Karen Sisco (Jennifer López), una agente judicial a la que se lleva como rehén. Curiosamente, ambos se sentirán atraídos el uno por el otro.

Un romance muy peligroso (1998) propone una mezcla entre thriller y comedia, lo que no siempre me parece la decisión más acertada. En esta ocasión, la parte ligera resta demasiada fuerza y dramatismo a todo lo concerniente al robo de los diamantes, de manera que ni en los momentos en que debería haber máxima tensión llegamos a dudar de la integridad física de Jack Foley. Y eso se debe a que por el tono elegido sabemos desde el primer minuto que Foley acabará saliendo airoso de todas las situaciones en que se pueda ver implicado.

Es cierto que al final lo detienen, pero la última escena deja la puerta abierta a un futuro feliz del ladrón con la agente judicial. Y es en este punto donde no me resisto a criticar la moralidad que encierra el argumento. El protagonista es un ladrón, es decir, un delincuente, y por lo tanto según la moralidad en boga deberá recibir un castigo por su conducta. Castigo que sería mucho mayor en caso de delitos más graves, por lo que el guión se encarga de precisar que en todos sus atracos a bancos, Foley nunca utilizó un arma. Además, pudiendo huir con los diamantes, vuelve a la mansión donde se comete el robo para salvar a una mujer de una violación segura y su intervención ayuda además a frustrar las intenciones de los malvados de turno. Es decir, todo está enfocado para ofrecer una imagen positiva de Foley, que es cierto que es detenido por Karen, pero el final abre una posibilidad a un final feliz de la pareja de amantes. Entiendo que la película procure dar una cierta imagen ética y de justicia, pero la manera de hacerlo me resulta demasiado infantil.

En cambio, la cosa funciona algo mejor en la parte del romance, no específicamente porque el guión aquí se muestre más certero que en lo concerniente al thriller, sino por el evidente encanto y atractivo de Jennifer López y de George Clooney, dos sex-symbols en el momento del rodaje que justifican con creces ese adjetivo; sobre todo en el caso del actor, con muchas más tablas y encanto que Jennifer López, cuya belleza es innegable pero que resulta bastante más fría.

Pero en líneas generales, esperaba más de esta cinta pues ni la trama del robo, ni los personajes, ni siquiera el romance terminan resultando lo suficientemente atractivos e interesantes como para que te impliques realmente en lo narrado. Me pareció todo un tanto superficial, realizado con un claro interés comercial y para lucimiento de la pareja protagonista, pero sin que se diera la suficiente entidad e importancia al resto: toda la parte del thriller es muy poco consistente, el componente de comedia es realmente pobre y el romance nos deja con ganas de más.

Al final, todo queda reducido a lo mínimo y solamente la elección de los protagonistas salva realmente el resultado.