Dirección: Marc Forster.
Guión: David Magee (Obra: Allan Knee).
Música: Jan Kaczmarek.
Fotografía: Roberto Schaefer.
Reparto: Johnny Depp, Kate Winslet, Julie Christie, Radha Mitchell, Dustin Hoffman, Freddie Highmore, Joe Prospero, Nick Roud, Luke Spill, Ian Hart, Kelly Macdonald, Mackenzie Crook, Eileen Essell, Angus Barnett, Oliver Fox, Toby Jones, Kate Maberly, Tim Potter.
James Barrie (Johnny Depp) es un dramaturgo cuya última obra no ha tenido mucho éxito. Un día, en el parque al que acude a pasear con su perro y a escribir apuntes para sus obras, conoce a una viuda y a sus cuatro hijos, entablándose una relación de amistad cada vez más profunda y a través de la cuál va encontrando la inspiración para escribir su próxima obra.
Se trata de una realización impecable en cuanto a ambientación y puesta en escena, donde se adivina un cuidado y un esfuerzo por alcanzar la máxima belleza visual. Formalmente estamos, por tanto, ante un film irreprochable. La labor de los actores resulta en todo momento convincente, con un trabajo más que remarcable de todo el reparto. Kate Winslet está perfecta y el encanto y carisma de Johnny Depp es innegable. A su lado, dos veteranos con galones: el maravilloso Dustin Hoffman y Julie Christie. Y no podemos olvidarnos del niño que hace el papel de Peter (Freddie Highmore), particularmente conmovedor en la escena final.
Quizá se puede achacar un cierto formalismo falto de genio. El director consigue una obra bien realizada pero sin una personalidad definida, aplicando los recursos con los que cuenta con eficacia pero de manera algo impersonal.
La película es un canto a los buenos sentimientos, a la necesidad de conservar la ilusión y el mundo de sueños de los niños para que todo pueda ser posible, hasta vencer a la muerte. En este sentido es inevitable rozar con frecuencia lo melodramático, con el riesgo que ello supone de ceder a un sentimentalisto fácil y engañoso para que los espectadores puedan realizar un juicio objetivo de la película. Pero en mi opinión no se cae en esa trampa; quizá en los momentos finales se esté muy cerca de ello, pero Forster lo evita in extremis. Y esta parte de la película consigue ponernos realmente un nudo en la garganta, cerrando la película de manera sobresaliente.
Por todo ello, creo que es un film digno, llevado con acierto en cuanto a ritmo y narración y que en general consigue transmitirnos lo que sin duda era la intención de sus creadores: un mensaje de optimisto y de exaltación del universo de la fantasía. Por último, señalar que de las siete nominaciones se alzó sólo con una recompensa: el Oscar a la mejor banda sonora.