Dirección: John Woo.
Guión: Robert Towne.
Música: Hans Zimmer (Tema: Lalo Schifrin).
Fotografía: Jeffrey L. Kimball.
Reparto: Tom Cruise, Dougray Scott, Thandie Newton, Richard Roxburgh, Ving Rhames, John Polson, Brendan Gleeson, Radé Sherbedgia, Anthony Hopkins.
Un científico (Radé Sherbedgia) muere en un accidente de avión. Poco antes había pedido ayuda a su amigo Ethan Hunt (Tom Cruise) en relación a algo denominado Quimera, que resulta ser un peligroso virus.
Tras el éxito de Misión imposible (Brian De Palma, 1996), que se basaba en la serie televisiva del mismo título creada en los años sesenta del siglo XX, llegó la consabida segunda parte. Empezaba así una serie que parece seguir un poco los pasos de James Bond, aunque con un estilo algo diferente.
Lo que sí que es común a ambas series es la banalidad del guión, que solo busca sentar las bases para unos desarrollos algo estereotipados donde la acción es la clave.
Y como se trata de films de acción pura y dura, parece lógica la elección de John Woo para dirigir esta secuela, pues si algo caracteriza a este director es un marcado estilo donde brilla una puesta en escena cuidada y unas coreografías que rozan lo circense. De ahí que este sea precisamente uno de los puntos que pueden criticarse a Misión imposible 2: la falta total de verosimilitud en las escenas de acción. Para aquellos espectadores sin embargo que valoren el espectáculo por encima de todo, Wood no les decepcionará, pues las piruetas de Tom Cruise corriendo en moto o colgado de un acantilado son realmente impactantes.
A nivel argumental, la trama tampoco se sostiene e pie y menos aún los trucos del guión con el típico uso de máscaras, una seña de identidad de la serie que, sin embargo, aquí se lleva demasiado lejos. Si ya el recurso de las máscaras resulta en sí mismo bastante forzado, en esta entrega se juega pasando el límite con la única intención de engañar al espectador llevando el suspense a un punto imposible. Sinceramente, a esta alturas, creo que solo los espectadores más inocentes pueden caer en el engaño.
Lo que sí que presenta cierta novedad es el rol de la protagonista femenina (Thandie Newton), obligada a una especie de "prostitución", incluso contra los deseos de Ethan, y que plantea una cierta duda a nivel moral. Es la única vez en la serie que Hunt va en contra de lo moralmente correcto. Además, ese detalle nos remite a la película Encadenados (Alfred Hitchcock, 1946), donde también el protagonista debía permitir que la mujer a la que amaba se entregara al villano de turno.
Pero los parecidos con Alfred Hitchcock no terminan ahí, pues la relación entre los dos malos de la historia, Sean Ambrose (Dougray Scott) y Hugh Stamp (Richard Roxburgh), es similar a la que veíamos en Con la muerte en los talones (1959), donde la presencia de Eve Marie Saint despertaba los celos de Martin Landau, lo que llevaba a pensar en una atracción de tipo homosexual de este hacia James Mason.
Dejando de lado este tipo de detalles, Misión imposible 2 creo que ofrece a los amantes de este tipo de cine aquello para lo que pagan la entrada: acción perfectamente orquestada, sin ningún tipo de limitación para mayor gloria del protagonista, en este caso un Tom Cruise que sabrá explotar la serie para convertirla en un clásico contemporáneo del cine de palomitas. No es cine de "verdad", es sólo espectáculo, pero empaquetado con todo lujo.