El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 27 de mayo de 2013

Enemigo mío



Dirección: Wolfgang Petersen.
Guión: Edward Khmara.
Música: Maurice Jarre.
Fotografía: Tony Imi.
Reparto: Dennis Quaid, Louis Gossett Jr., Brion James, Richard Marcus, Bumper Robinson, Carolyn McCormick, Lance Kerwin.

En el siglo XXI, la humanidad ha alcanzado la paz en la tierra y ha comenzado a explorar el espacio exterior para explotar sus recursos. Sin embargo en esa expasión los humanos descubren que no están solos y en una remota galaxia se encuentran con los Dracos, una raza alienígena de reptiles humanoides que también están colonizando el universo. La guerra entre ambas civilizaciones es inevitable.

Enemigo mío (1985) está basado en un relato corto de Barry Brookes Longyear. Sin embargo, las similitudes con Infierno en el Pacífico (John Boorman, 1968) hacen que para muchos sea un remake un tanto original de ese film belíco. En todo caso, Enemigo mío no dejará de sorprender a todo aquel que la vea por primera vez.

El planteamiento de la película es bastante sencillo: dos enemigos se verán obligados a ayudarse mútuamente cuando se encuentren solos en medio de un planeta desértico. Además, en un principio es el piloto humano Willis Davidge (Dennis Quaid) el que se muestra mucho más agresivo, intentando matar al piloto draco al que derribó, Jeriba "Jerry" Shigan (Louis Gossett Jr.), que por el contrario se mostrará más compasivo con Willis una vez que lo ha hecho su prisionero. Pronto, sin embargo, el odio se va transformando en curiosidad y en colaboración a medida que comprenden que se necesitan. El desconocimiento del otro es muchas veces el motor de los recelos y los odios, fruto del miedo y la ignorancia. En cuanto Willis y Jerry comienzan a conocerse empezarán a comprenderse y a respetarse.

Un planteamiento por lo tanto muy humano, antibelicista e incluso antiracista que, sin embargo, no alcanza un nivel demasiado bueno en su puesta en escena. En parte, sin duda, por lo "cutres" que resultan hoy en día los efectos especiales y los decorados. Tampoco ayuda lo extraño que resulta la convivencia entre el humano y ese lagarto con patas. Hay que hacer por lo tanto, de entrada, un gran esfuerzo para tomarse la situación en serio. Y es que además, la película arranca con cierto todo un tanto ligero que parece restar algo de dramatismo a los hechos. Pensé, en ese momento, que le vendría mucho mejor un mayor dramatismo para ayudar a que nos metiéramos más en la situación. Pero cuando el film comienza a ponerse más serio, la cosa no hace sino empeorar, y es que resultan un tanto forzadas algunas situaciones, como el embarazo de Jerry, que uno no sabe muy bien como tomarse.

Tampoco ayudan demasiado unos diálogos en general demasiado banales y muy poco elaborados que se quedan muchas veces a nivel del tópico más manido. A todo ello hemos de añadir un desarrollo un tanto irregular, con momentos bastante intimistas de ritmo pausado, quizá excesivamente pausado, que de pronto dan paso a escenas de acción que resultan excesivamente precipitadas, rodadas de manera un tanto tosca, muy previsibles y que no terminan de convencernos. Y es que Enemigo mío destila un aire de serie B inconfundible. Y tal vez sea parte de su encanto... tal vez.

Lo que sí es verdad es que poco a poco, conforme nos vamos metiendo en el extraño universo del film, vamos saboreando algunos buenos momentos, especialmente aquellos en que los dos amigos se van ayudando y se van contando cosas de su pasado y su familia. Es entonces cuando Enemigo mío alcanza sus mejores minutos y llegamos a olvidar las limitaciones técnicas y visuales de la película. Por desgracia, en cuanto la historia tiene que afrontar el desenlace, la película decae gravemente en una sucesión de escenas mal engarzadas y peor resueltas que dejan en evidencia la capacidad de Wolfgang Petersen, que en principio no era el encargado del proyecto, pero que se hizo con el mismo tras las desavenencias de los productores con el director inicial de la película, Richard Loncraine.

Sin embargo, uno de los punto fuertes de la cinta es el trabajo de sus protagonistas. Dennis Quaid va creciendo poco a poco y, sin hacer un trabajo excepcional, termina por resultar bastante convincente. Por su parte, Louis Gossett Jr. borda su trabajo dando vida al draco Jerry. A pesar de la máscara que oculta su rostro, Louis consigue resultar conmovedor en no pocos pasajes.

Enemigo mío fue un sonoro fracaso en el momento de su estreno. Con el paso del tiempo se ha ido ganando un sitio entre los incondicionales de este cine de ciencia ficción un tanto cutre pero con cierto encanto. Y ahí está hoy en día. No esperen ver un film excepcional, es más bien una pequeña curiosidad con algunos buenos momentos, dentro de un nivel general bastante normalito.

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