El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 7 de marzo de 2021

Tesis



Dirección: Alejandro Amenábar.

Guión: Alejandro Amenábar. 

Música: Alejandro Amenábar y Mariano Marín.

Fotografía: Hans Burmann.

Reparto: Ana Torrent, Fele Martínez, Eduardo Noriega, Nieves Herranz, Rosa Campillo, Miguel Picazo, Xabier Elorriaga.

Ángela (Ana Torrent), mientras prepara una tesis sobre la violencia en el mundo audiovisual, descubre un vídeo donde una estudiante es salvajemente torturada y asesinada. Con ayuda de un compañero, Chema (Fele Martínez), comienza a investigar.

Tesis (1996) supone el debut de Alejandro Amenábar y, para muchos, sigue siendo su mejor largometraje. Se trata de un thriller con un interesante argumento que plantea una oportuna reflexión sobre la violencia.

Lo más destacable de Tesis resulta la habilidad de un director debutante a la hora de controlar el ritmo de la narración y saber llevar con muy buena mano una tensión que sin duda se adueña de la pantalla. Quizá le penalice un poco una duración excesiva, si bien es cierto que el metraje parece en todo momento justificado, sin el recurso a escenas de relleno. Todo parece necesario y oportuno, si bien finalmente el alargar tanto el desenlace, no muy original, es cierto, y predecible, a pesar de los trucos del argumento para intentar confundir al espectador (el limitado número de personajes no ayuda a la intriga), puede llegar a ocasionar cierto cansancio.

Lo que no se puede negar es que el guión está trabajado hasta el más mínimo detalle, con lo que nunca sentimos que se nos esté engañando, ni siquiera con el final, lo que a menudo suele suceder con este tipo de películas que juegan al engaño y a veces lo estropean todo con desenlaces imposibles. No es el caso en Tesis, si bien el final resulta un tanto forzado y requiere que pongamos de nuestra parte y no planteemos demasiadas cuestiones.

En cambio, en donde se nota la inexperiencia de Amenábar es en algunos cortes y secuencias, no del todo logradas. Son pequeños defectos de principiante, pero nada serio. Lo que sí se aprecia es una gran cultura cinematográfica detrás del director, con influencias notables de clásicos del género.

El reparto es, desde mi punto de vista, el punto más endeble de Tesis y lo que hace que las intenciones de Amenábar no encuentren fiel reflejo en la pantalla. Ana Torrent resulta solamente correcta, aunque un tanto inexpresiva, y no me parece que de el tipo de "tía buena" con el que se la describe en el film. Fele Martínez se pasa la película gritando, tal vez porque crea que esa es la manera correcta de actuar y Eduardo Noriega parece que no tenga sangre en las venas: hierático, plano y aburrido. Incluso Xabier Elorriaga, más curtido en la interpretación, me pareció muy poco natural.

Intriga aparte, Tesis nos plantea el problema del ser humano hacia lo violento y desagradable. En teoría, sentimos repulsa por ciertos actos, pero también existe ese morbo que nos lleva a pararnos a mirar un accidente de tráfico, aún sabiendo que lo que podemos ver puede ser terriblemente desagradable. Amenábar lo expone claramente con el accidente del metro que abre el film y cierra Tesis con otro momento muy habitual: la explotación con fines de audiencia de escenas desagradables por parte de las cadenas de televisión, bajo la premisa de que son noticia. Lo que en realidad está detrás es ese morbo de las personas que alimentan ese tipo de contenidos, de los que las películas snuff (vídeos breves de temas muy violentos que están en la base argumental del film) serían el ejemplo más extremo.

Tesis tuvo una buena acogida en el momento de su estreno y se llevó nada menos que siete premios Goya. Sin ser una gran película, al menos cumple con lo que promete y representa un inmejorable punto de partida para la carrera de Amenábar.

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