Dirección: Gene Stupnitsky.
Guión: Gene Stupnitsky y John Phillips.
Música: Mychael Danna y Jessica Weiss.
Fotografía: Eigil Bryld.
Reparto: Jennifer Lawrence, Andrew Barth Feldman, Laura Benanti, Matthew Broderick, Natalie Morales, Scott MacArthur, Ebon Moss-Bachrach, Kyle Mooney, Hasan Minhaj.
Para no perder su casa, Maddie (Jennifer Lawrence) decide responder a un anuncio que ofrece un coche a cambio de "espabilar" a un joven introvertido y virgen.
Nueva comedia romántica que tiene en su inverosímil premisa inicial lo único realmente chocante. El resto: nada nuevo.
Sin malos rollos (2023) plantea algo inusual como punto de partida para poder meternos de lleno en lo sustancial de toda comedia romántica: el ligoteo de los protagonistas. Y eso tan inusual reside en que, para salir del bache económico en que se encuentra Maddie, a la que le han embargado el coche con el que podría reunir el dinero suficiente para salir adelante, decide aceptar una oferta de unos padres preocupados por la inmadurez de su hijo Percy (Andrew Barth Feldman) y cuya recompensa, ¡qué casualidad!, es un coche.
Si aceptamos esta manera de prostitución, presentada con toda delicadeza, nos metemos de lleno en la relación que se establece entre la madura y desinhibida Maddie y su joven aprendiz. El problema de Sin malos rollos es que a partir de aquí la historia se convierte en algo mil veces visto y lo que era un mero trámite para Maddie, hacer que Percy perdiera la virginidad, se va complicando a medida que los sentimientos empiezan a florecer entre ambos.
Lógicamente, hemos de pasar por el consabido conflicto que los distancia antes de la reconciliación final.
Uno de los problemas de la película es que elige la vía más conservadora, evitando conflictos o salidas de tono. De este modo, no nos cuesta adivinar desde el principio que el planteamiento inicial de sexo a cambio de un coche, que podría resultar moralmente cuestionable, no va a producirse o, al menos, de una manera tan edulcorada que resulta algo ridícula en su intento de cumplir con lo propuesto pero sin cumplir realmente con ello. Es lo que tiene intentar ser demasiado correctos. Lo mejor habría sido directamente no plantear la propuesta inicial si no puedes llevarla hasta el final y buscar otra manera más suave de emparejar a los protagonistas. Estamos, una vez más, ante una evidente falta de imaginación por parte de los guionistas.
Afortunadamente, contamos con la presencia siempre maravillosa de Jennifer Lawrence, productora de la cinta, que compone un personaje lleno de encanto, una mujer decidida, atractiva y con un gran corazón, lo que al final es indispensable para que la relación entre ella y Percy llegue a tocarnos un poco la fibra sensible.
Sin embargo, todo es demasiado convencional como para convertir Sin malos rollos en algo memorable. Se limita a cumplir gracias a algunos momentos inspirados, un ritmo ágil, la presencia de Jennifer Lawrence y seguir a rajatabla los tópicos del género.