El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 5 de septiembre de 2025

Sin malos rollos



Dirección:  Gene Stupnitsky.

Guión: Gene Stupnitsky y John Phillips.

Música: Mychael Danna y Jessica Weiss.

Fotografía: Eigil Bryld.

Reparto: Jennifer Lawrence, Andrew Barth Feldman, Laura Benanti, Matthew Broderick, Natalie Morales, Scott MacArthur, Ebon Moss-Bachrach, Kyle Mooney, Hasan Minhaj.

Para no perder su casa, Maddie (Jennifer Lawrence) decide responder a un anuncio que ofrece un coche a cambio de "espabilar" a un joven introvertido y virgen.

Nueva comedia romántica que tiene en su inverosímil premisa inicial lo único realmente chocante. El resto: nada nuevo.

Sin malos rollos (2023) plantea algo inusual como punto de partida para poder meternos de lleno en lo sustancial de toda comedia romántica: el ligoteo de los protagonistas. Y eso tan inusual reside en que, para salir del bache económico en que se encuentra Maddie, a la que le han embargado el coche con el que podría reunir el dinero suficiente para salir adelante, decide aceptar una oferta de unos padres preocupados por la inmadurez de su hijo Percy (Andrew Barth Feldman) y cuya recompensa, ¡qué casualidad!, es un coche.

Si aceptamos esta manera de prostitución, presentada con toda delicadeza, nos metemos de lleno en la relación que se establece entre la madura y desinhibida Maddie y su joven aprendiz. El problema de Sin malos rollos es que a partir de aquí la historia se convierte en algo mil veces visto y lo que era un mero trámite para Maddie, hacer que Percy perdiera la virginidad, se va complicando a medida que los sentimientos empiezan a florecer entre ambos. 

Lógicamente, hemos de pasar por el consabido conflicto que los distancia antes de la reconciliación final.

Uno de los problemas de la película es que elige la vía más conservadora, evitando conflictos o salidas de tono. De este modo, no nos cuesta adivinar desde el principio que el planteamiento inicial de sexo a cambio de un coche, que podría resultar moralmente cuestionable, no va a producirse o, al menos, de una manera tan edulcorada que resulta algo ridícula en su intento de cumplir con lo propuesto pero sin cumplir realmente con ello. Es lo que tiene intentar ser demasiado correctos. Lo mejor habría sido directamente no plantear la propuesta inicial si no puedes llevarla hasta el final y buscar otra manera más suave de emparejar a los protagonistas. Estamos, una vez más, ante una evidente falta de imaginación por parte de los guionistas.

Afortunadamente, contamos con la presencia siempre maravillosa de Jennifer Lawrence, productora de la cinta, que compone un personaje lleno de encanto, una mujer decidida, atractiva y con un gran corazón, lo que al final es indispensable para que la relación entre ella y Percy llegue a tocarnos un poco la fibra sensible.

Sin embargo, todo es demasiado convencional como para convertir Sin malos rollos en algo memorable. Se limita a cumplir gracias a algunos momentos inspirados, un ritmo ágil, la presencia de Jennifer Lawrence y seguir a rajatabla los tópicos del género. 

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