El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Su mejor historia



Dirección: Lone Scherfig.
Guión: Gaby Chiappe (Novela: Lissa Evans).
Música: Rachel Portman.
Fotografía: Sebastian Blenkov.
Reparto: Gemma Arterton, Sam Claflin, Jack Huston, Bill Nighy, Jake Lacy, Paul Ritter, Rachael Stirling, Richard E. Grant, Henry Goodman, Jeremy Irons.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la joven Catrin Cole (Gemma Arterton) consigue un puesto como guionista para el Ministerio de Información británico, necesitado de ideas brillantes para levantar la moral de la población.

Lo primero que se me ocurre sobre Su mejor historia (2016) es que es un film que intenta abarcar demasiado y, al final, termina por no profundizar en ninguno de los múltiples temas que trata.

La primera queja viene del tono de comedia que impregna la película, al menos en la primera parte. Pienso que, dada la seriedad de los temas que afronta, ese tono no es el más adecuado. De hecho, el último tercio de la historia se convierte en un drama con todas las letras, lo que crea una especie de contradicción entre ambas partes. Esta alternancia en el tinte dramático viene a reflejar lo comentado antes: a la película le falta concretar.

Por ejemplo, la historia aporta pequeños toques feministas, reivindicando la validez de la mujer para cualquier oficio, como demuestra la protagonista al hacerse respetar por sus compañeros de profesión por su talento y su capacidad, más allá de que sea una mujer. Sin embargo, esta defensa del papel de la mujer se queda solamente en pequeños detalles, pero no podríamos decir que se trate de un film abiertamente feminista.

Y tampoco es un film romántico. Hay una especie de historia de amor entre Catrin y Tom (Sam Claflin), otro guionista, pero de nuevo el guión se muestra tan tibio que no llegamos a vivir el romance como tal, sino una especie de amistad y admiración de Tom hacia Catrin que termina con una declaración de amor tan abrupta como sorprendente. Y para rematar el desaguisado, entra en juego una especie de apaño argumental que me dejó muy mal sabor de boca: para justificar y propiciar el romance entre Catrin y Tom se revela, de sopetón, que ella en realidad no está casada y, además, para facilitar aún más las cosas, se recurre a la socorrida infidelidad para dejar vía libre al amor entre ella y Tom, algo que, de otra manera, parece que no sería moralmente del gusto de los productores. En fin, un arreglo incongruente, tosco y moralista que me decepcionó terriblemente. Estamos en el siglo XXI, pero algunos siguen pensando como en el Medievo.

Y si Su mejor historia no termina de funcionar ni como comedia, ni como reivindicación feminista y mucho menos como film romántico, el detalle de cine dentro del cine, que tanto gusta a muchos críticos, tampoco me resulta convincente, pues de nuevo el tono de comedia lo impregna todo y el film que cuyo guión co-escribe Catrin, que termina siendo buenísimo, en las escenas que vemos se parece más a un film de serie B que a una verdadera gran película. De nuevo aquí creo que el tratamiento ligero termina por ser contraproducente.

Incluso la ambientación no me pareció muy lograda. Se notaba el esfuerzo por aportar credibilidad a la historia, pero yo sentía el decorado en cada detalle, por lo que la película tenía un constante aire artificial.

Para colmo, el guión alarga el desarrollo de una manera excesiva, proponiendo además varios momentos álgidos que serían un final correcto, pero no, la película continúa torpemente estirando la historia de un modo que resulta algo forzado.

En cuanto al reparto, un despliegue de actores con oficio, pero la verdad es que sin mucha emoción, tal vez por culpa del guión. Solamente algunos destellos de Gemma Arterton al final, cuando la historia se torna dramática, y ese aire de estrella algo excesiva de Bill Nighy que, sin ser del todo perfecto, sí que aporta algo a su trabajo, siendo quizá el más correcto. El resto, sin defectos, pero tampoco brillantes. Jeremy Irons, por desgracia para nosotros, solamente aparece en una breve escena.

En definitiva, un film entretenido, es cierto, con algunos detalles sueltos interesantes, pero que en conjunto carece de cohesión y de fuerza, quedando un tanto frío, sin garra y sin concretar si debemos tomarlo a la ligera o sentirlo como un drama intenso.

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