El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 7 de febrero de 2019

Más allá de la duda



Dirección: Peter Hyams.
Guión: Peter Hyams (Remake: Douglas Morrow).
Música: David Shire.
Fotografía: Peter Hyams.
Reparto: Jesse Metcalfe, Amber Tamblyn, Michael Douglas, Joel David Moore, David Jensen, Randal Reeder, Orlando Jones.

C.  J. Nichols (Jesse Metcalfe) es un ambicioso periodista de investigación que sospecha que el fiscal del distrito (Michael Douglas) está manipulando pruebas para obtener la condena en los casos de que se ocupa. Para poder demostrar su teoría, Nichols idea un arriesgado plan.

Remake de la película de Fritz Lang de mismo título de 1956 donde Peter Hyams se encarga del guión, la fotografía y la dirección, todo un alarde por su parte. Sin embargo, el resultado dista mucho de ser satisfactorio.

Para empezar, la película tiene un aire a telefilm bastante preocupante. Ello se debe, por un lado, a un pobre trabajo de Hyams como director, limitándose a una puesta en escena rutinaria y una ambientación un tanto básica. No hay nada que destaque especialmente y las escenas se suceden de manera mecánica, sin emoción. Y ello también está motivado, en parte, por un guión sin alma, que se dedica a exponer los hechos de modo totalmente esquemático, sin profundidad, con lo que nos queda una trama muy elemental, además de evidentemente previsible, salvo un detalle del que hablar más tarde. Así que un argumento con ciertas posibilidades se queda convertido en casi nada, solamente nos queda esperar a ver de qué manera el guión se las ingenia para sacar a Nichols del lío en que se ha metido para demostrar sus sospechas sobre las trampas del fiscal; sospechas que tampoco quedan debidamente justificadas, presentándose, una vez más, de un modo tan elemental que resulta casi pueril.

Pero si la puesta en escena y el argumento tan mal desarrollado no bastaran, el reparto viene a añadir otra muesca más en el debe de Más allá de la duda (2009). Y es que Jesse Metcalfe es un actor plano, sin vida ni carisma, lo que es un lastre en el desarrollo de la película. Su trabajo es bastante pobre y en ningún instante logra que empaticemos con sus problemas. Y tampoco Amber Tamblyn demuestra que tiene algo más que una cara bonita. La presencia de Michael Douglas en el reparto, al final, se demuestra que parece ser solamente un reclamo publicitario para la taquilla, pues su trabajo resulta bastante breve, siendo, eso sí, lo mejor del reparto.

Sin embargo, Peter Hyams aún nos reservaba lo peor para el final y no es otra cosa que el consabido giro argumental de última hora. En general, este tipo de sorpresas no suelen gustarme en absoluto, me parecen una tomadura de pelo, un mal truco que busca en lo inesperado cierto broche espectacular y, por lo general, no suele funcionar. Hay veces, si el guión es muy bueno, que este truco puede tener cierto sentido, pero en esta ocasión me parece casi una broma de mal gusto; no casa con nada de lo que se nos ha ido contando a cerca de Nichols, se presenta de una manera del todo precipitada y no termina de resultar convincente en ningún momento. Es, por desgracia, la gota que termina colmando el vaso.

Al final, Más allá de la duda se queda reducida a muy poca cosa: una película bastante plana que puede entretenerte sino le exiges demasiado y si no has visto muchas películas, con lo que un guión tan malo aún te puede sorprender.

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