El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 19 de noviembre de 2019

Celebrity



Dirección: Woody Allen.
Guión: Woody Allen.
Música: Varios.
Fotografía: Sven Nykvist (B&W).
Reparto: Kenneth Branagh, Melanie Griffith, Winona Ryder, Leonardo DiCaprio, Judy Davis, Joe Mantegna, Charlize Theron, Famke Janssen, Michael Lerner, Bebe Neuwirth, Hank Azaria.

El periodista Lee Simon (Kenneth Branagh) sufre la crisis de los cuarenta y decide dar un giro a una vida en la que no es feliz. La primera gran decisión será divorciarse.

Toda película de Woody Allen es siempre un placer. Aunque uno sepa más o menos lo que se puede encontrar, pues es casi siempre fiel a unos temas y personajes, este director tiene la rara habilidad de no resultar nunca aburrido ni repetitivo.

En Celebrity (1998), Allen analiza la famosa crisis de los cuarenta, en este caso en la figura de un periodista con aspiraciones de escritor. La verdad, creo que acierta de lleno con las causas, las consecuencias y las, a menudo, fallidas soluciones que muchos hombres, llegados a esta encrucijada de sus vidas, deciden tomar.

En el caso de Lee todo pasa por cambiar radicalmente de vida. Y lo primero es dejar a su mujer Robin (Judy Davis), con quien lleva toda la vida. Y es que Lee siente la llamada de la sexualidad, desea poder probar los objetos de deseo, no tener que envejecer lamentando haber dejado pasar ciertas oportunidades. Por ello, también se compra un bonito deportivo. Es la desesperada lucha por recuperar una juventud y una vitalidad que se va a ir perdiendo irremediablemente.

Pero, como estamos ante una película de Allen, el tono siempre será ligero, sin caer en excesivas culpas ni dramatismos. Y cuando éstos aparecen, la mirada siempre es amable, con cierta comicidad en lo excesivo de algunas reacciones.

Por momentos, Celebrity parece que no cuente nada especial y el director se recrea en múltiples personajes que aparecen brevemente, en un mosaico de gente más o menos famosa, de ahí el título, que se va cruzando en el camino de Lee y de Robin. Es un mundo superficial, de postrero, apariencias y excesos; de gente esencialmente egoísta, vacía y superficial dónde Lee y Robin se verán forzados a buscarse la vida con diferente fortuna.

Curiosamente, o quizá no tanto, es Robin la que sale mejor parada de la situación, a pesar de que es ella la que se lleva la amarga sorpresa cuando Lee le pide el divorcio y le confiesa sus infidelidades, quedando gravemente afectada. Sin embargo, como suele suceder, las mujeres suelen ser más sensatas o al menos más realistas a la hora de analizar su vida y en cuanto Robin se centra un poco, encuentra un futuro más estimulante al lado de otro hombre y otro trabajo. Lee, por el contrario, en busca de una quimera que solo existe en su mente, no deja de tomar decisiones erróneas hasta encontrarse completamente solo.

Celebrity cuenta con una hermosa fotografía en blanco y negro, lo que no es una sorpresa en este director, que aporta un toque especial al relato. He de reconocer, sin embargo, que en esta ocasión me pareció un film que no llega al nivel de otras películas de Woody Allen. Toca, cómo no, los temas de siempre: el amor, las relaciones personales, la crisis de identidad, la religión, con una especial incursión en el catolicismo esta vez, pero el guión no alcanza los niveles de excelencia a que Allen nos tiene acostumbrados. Hay algo de inconsistente, como si algunas piezas del puzzle no encajaran del todo bien. Aún así, siempre es un placer sumergirse en el universo tan peculiar de un director con un talento especial.

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