El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Revenge



Dirección: Coralie Fargeat.

Guión: Coralie Fargeat.

Música: Robin Coudert.

Fotografía: Robrecht Heyvaert.

Reparto: Matilda Lutz, Kevin Janssens, Vincent Colombe, Guillaume Bouchède, Jean-Louis Trives.

Tres amigos se reúnen para su cacería anual en el desierto. Pero esta vez Richard (Kevin Janssens) acude con la joven Jennifer (Matilda Lutz), una hermosa mujer que despierta el deseo de sus dos socios.

Hay un subgénero cinematográfico denominado "Rape & Revenge", es decir, violación y venganza. Y Revenge (2017) acepta gustoso ese encasillamiento, sin disimulos. 

Uno de los aspectos más desetacables de Revenge es su simplicidad: en el argumento, reducido a lo más básico; en los paisajes, austeros, y en los personajes, limitados a tres básicamente. Es como si la directora-guionista del film quisiera remarcar que no busca nada original o novedoso, solamente poner en pie una película que se adapta sin disimulos a los códigos del género.

Así pues, el argumento va directo al grano y, tras la presentación de los personajes, Fargeat entra en materia de lleno: el ultraje a Jennifer y la venganza. Destaca, sin embargo, que la escena de la violación se narre de manera indirecta; tal vez por ser la directora una mujer y no desee incidir en un momento sin duda denigrante y muy duro para cualquier mujer. Sin embargo, a Coralie Fargeat no le tiembla la mano a la hora de mostrar la violencia y sus efectos físicos con toda la crudeza posible. Desde mi punto de vista, se trata de algo gratuito, pero no dudo que habrá muchos espectadores a los que ese lujo de detalles le aportará un plus de intensidad. Para otros, sin embargo, esta recreación en lo gore les impedirá terminar el film.

En lo que la directora se muestra quizá más original es el uso de los planos, la luz, el sonido y los colores, apoyándose en una potente fotografía, dando una cierta belleza extraña al film, a veces un tanto desconcertante, pero donde se advierte un deseo de aportar un punto de vista estético muy personal.

En cambio, el guión es excesivamente elemental, desde mi punto de vista, y con algunos detalles que se hacen un tanto inverosímiles y que requieren un acto de fe por nuestra parte para tragarnos aspectos clave del argumento. Se añade además un afán por parte de Coralie de alargar un poco artificialmente el metraje, con muchas escenas que se prolongan innecesariamente. Forma parte de la propuesta de la directora, naturalmente, pero creo que algo menos de duración se habría agradecido.

Los actores cumplen con solvencia, especialmente Matilda Lutz, tan sexy en la primera parte del film como desesperada y furiosa en la segunda. Resulta totalmente convincente en ambos aspectos de su personaje.

Hay quien afirma que se trata de un film de corte feminista, en cuanto la venganza la protagoniza una mujer que no duda en hacerse fuerte cuando la situación lo requiere y logra imponerse a tres brutales hombres. Sin embargo, la directora no logra esquivar cierto exhibicionismo muy de corte masculino y vemos a Matilda Lutz lucir constantemente sus encantos a lo largo de toda la cinta.

Revenge, sin duda, tiene su público. Hay una gran cantidad de amantes de este tipo de propuestas, donde se presentan instintos muy básicos casi sin edulcorar. Y tampoco niego que la película tenga sus aciertos y, dentro de su subgénero, sea un producto bien presentado. Dicho lo cuál, creo que se trata de un tipo de films que aportan muy poco y que, en general, cuanto menos se prodiguen más sale ganando el buen cine.

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