El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 2 de mayo de 2025

La perfecta desconocida



Dirección: Joshua Marston.

Guión: Joshua marston y Julian Sheppard.

Música: Danny Bensi y Saunder Jurriaans.

Fotografía: Christos Voudouris.

Reparto: Rachel Weisz, Michael Shannon, Michael Chernus, Azita Ghanizada, Omar Metwally, Chris Lowell, Frank De Julio, Condola Rashad, Danny Glover, Kathy Bates.

El día del cumpleaños de Tom (Michael Shannon), un amigo suyo aparece con Alice (Rachel Weisz), una joven a la que acaba de conocer. 

La perfecta desconocida (2016) nos ofrece una muestra más de lo curioso e imaginativo que puede ser el cine independiente, último refugio de propuestas serias. Pero, por desgracia, es un tipo de cine que, por su propia naturaleza, está alejado del gran público. Y esta película nos demuestra el motivo.

La perfecta desconocida tiene muchos detalles interesantes pero, al mismo tiempo, patina en otros, como por ejemplo un ritmo demasiado cansino o los esfuerzos del director en dejar su impronta, lo que da como resultado algunas imágenes sugestivas y otras muchas innecesariamente personales. 

Pero prefiero quedarme con lo positivo de la película.

En primer lugar, el argumento realmente original donde se nos cuenta una historia de amor truncada y, a pesar de todo, auténtica. Porque Alice, que entonces tenía otro nombre, y Tom tenían una historia de amor en su época de estudiantes. Pero ella, un día, desapareció sin dejar huella. Quince años después, regresa con la sola intención de ver de nuevo a Tom. Descubrimos entonces, a la vez que su antiguo novio, los motivos de su desaparición que no son otros que la necesidad de Alice de reinventarse, cambiar de vida, de oficio, de nombre, viajando por todo el mundo y, cuando siente que su nueva vida se ha agotado, emprender un nuevo cambio.

La verdad es que, aunque algo inverosímil, Alice ejemplifica el deseo de muchos de poder cambiar su rutina, escapar de una realidad insatisfactoria y empezar de nuevo. Casi nadie tiene el valor de hacerlo y en la película se ofrece una imagen un tanto idealizada, pues presentan a Alice como alguien que consigue destacar en cada nueva profesión, algo al alcance de muy pocos. Pero el contraste que se establece con Tom, que lleva toda su vida con un trabajo que no le gusta y al que es incapaz de renunciar, valida la elección de Alice y, al mismo tiempo, explica el porqué no pueden estar juntos: son demasiado diferentes, a pesar del amor que se tuvieron y que aún sienten.

Me parece maravillosa la escena en que Alice involucra a Tom en sus mentiras, dándole una nueva identidad que debe adoptar a la fuerza. Es uno de los mejores momentos de la película.

La perfecta desconocida me parece una singular y original historia de amor, alejada de los tópicos y del consabido final feliz. Pero por ello, muy sincera y creíble y contada con mucha delicadeza. Sin caer en excesos, percibimos el dolor de ambos protagonistas por lo que no pudo ser y su resignación ante un futuro alejados de nuevo. Pero en la última escena, Tom tal vez parece que ha encontrado la fuerza para acompañar a su esposa (Azita Ghanizada) a su nuevo destino. Puede que no esté todo perdido para él. 

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