El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Cellular



Dirección: David R. Ellis.
Guión: Chris Morgan (Historia: Larry Cohen).
Música: John Ottman.
Fotografía: Gary Capo.
Reparto: Kim Basinger, Chris Evans, Jason Statham, William H. Macy, Noah Emmerich, Jessica Biel, Valerie Cruz, Matt McColm, Richard Burgi, Eric Christian Olsen.

Una mañana, unos desconocidos entran en casa de Jessica Martin (Kim Basinger) y la secuestran. Jessica desconoce el motivo del secuestro y busca ayuda desesperada llamando al azar con un teléfono roto. Es así como contacta con Ryan (Chris Evans), un despreocupado joven que se convierte  en su única esperanza.

Cellular (2004) puede resumirse rápidamente: cine de palomitas. No hay que buscar más detrás de un título que parece, y algunos momentos del film así lo corroboran, una especie de propaganda hacia el mundo de los móviles, que empezaban a despegar como objetos con múltiples utilidades imprescindibles en la vida moderna.

La trama de la película es muy básica: un hombre que es testigo de unos asesinatos y un robo llevados a cabo por un grupo de policías corruptos desencadena el secuestro de su familia por parte de los malvados para recuperar la cinta de video que los inculpa. Más allá de que el guión no está demasiado bien desarrollado, resultando algo chapucero en algunos momentos, si conseguimos pasar por alto las no pocas incongruencias e inverosimilitudes de la historia, empezando con el detalle del teléfono destrozado, nos encontraremos con una historia que lo único que persigue es entretenernos. Así que lo fundamental a la hora de evaluar Cellular es analizar el grado de acierto de David R. Ellis a la hora de lograrlo.

Y si somos sinceros, hay que decir que la película tiene un ritmo bastante logrado, sin lugar a tiempos muertos, con el secuestro que tiene lugar nada más arrancar la cinta, por ejemplo, y con el punto a su favor de que se mantienen unos cuantos detalles básicos ocultos hasta que está bien avanzada la cinta, con lo que el interés inicial se mantiene intacto durante bastante tiempo. Es cierto también que pronto adivinamos que el desenlace no va a salirse de lo habitual y esperado en este tipo de películas, con lo que perdemos gran parte de la incertidumbre sobre el final, que se adivina triunfal para los buenos de turno desde muy pronto. Aún así, el mérito del director es haber sabido mantener un ritmo alto, con buenas escenas de acción, como las persecuciones en coche, y algunos detalles más o menos simpáticos para aligerar la tensión en momentos puntuales. Nada realmente novedoso, pero que aquí funciona correctamente.

Otro de los pilares de Cellular es un reparto bastante decente, empezando por una Kim Basinger al borde de la histeria durante toda la película pero que, en definitiva, resulta bastante convincente. Jason Statham es aquí el malo de la película, papel que cuadra perfectamente con su fisonomía. Completan el reparto un atractivo Chris Evans, convincente como joven irresponsable pero también en su papel de héroe a la fuerza, y un estupendo William H. Macy, siempre perfecto.

Así pues, un film meramente para pasar el tiempo, sin muchas pretensiones y sin mucho nuevo que ofrecer. Nos contentamos con una factura correcta y un reparto atinado. No hay nada más.

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