El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 11 de diciembre de 2018

Up in the Air



Dirección: Jason Reitman.
Guión: Jason Reitman y Sheldon Turner (Novela: Walter Kirn).
Música: Rolfe Kent.
Fotografía: Eric Steelberg.
Reparto: George Clooney, Vera Farmiga, Anna Kendrick, Jason Bateman, Amy Morton, Melanie Lynskey, J.K. Simmons, Sam Elliott, Danny McBride, Zach Galifianakis, Chris Lowell.

Ryan Bingham (George Clooney) es un experto en despidos de personal, lo que hace que se pase la vida viajando, lo cuál es lo que más le gusta de su trabajo. Sin embargo, para reducir costes, su empresa planea reemplazar los viajes por despidos a través del ordenador.

Up in the Air (2009) nos muestra el reverso del sueño americano en dos planos: el profesional y el personal a través de Ryan Bingham, un hombre que parece estar fuera del sistema.

Ryan se dedica a despedir empleados de empresas en dificultad o con recortes de personal. Intenta hacerlo de manera lo menos dolorosa posible, pero el drama está ahí: a la persona a la que despides se le cae el mundo encima y Ryan procura suavizar el proceso y no implicarse demasiado, porque entonces no podría hacer su trabajo. Y el despido es todo lo contrario al sueño americano, a la ilusión de bienestar, seguridad, éxito. Las frases estereotipadas que suelta Ryan suenan a simples clichés vacíos frente al dolor del despedido. Para Ryan es casi una rutina: una nueva ciudad, caras nuevas desconocidas, la fórmula establecida y vuelta a empezar.

Pero a Ryan esa vida parece gustarle, porque ha decidido no atarse a nada ni a nadie. Ryan huye de responsabilidades, compromisos, afectos que puedan condicionarle. Incluso imparte conferencias donde insiste en el pesado fardo que todos llevamos a cuestas: objetos personales, muebles, la casa, familia, relaciones .... y su solución es desprenderse de todo lo que suponga una carga, liberarse de todo para ser feliz consigo mismo.

Sin embargo, todo eso irá cambiando poco a poco. Por un lado, se amenaza su modo de vida, de aeropuerto en aeropuerto, con el cambio planeado en su empresa, y la idea de no poder viajar le parece terrible, no solo para su trabajo, sino también por atarle a una ciudad, una vivienda, unos vecinos. Pero es que, además, Ryan conocerá a Alex (Vera Farmiga), una especie de alma gemela cuyo trabajo también hace que esté todo el tiempo viajando. Y lo que parece al principio una relación libre, ocasional, se va convirtiendo para él en algo más, porque de pronto, se da cuenta que los momentos más felices en la vida de una persona siempre son en compañía de alguien.

Up in the Air es un film que nos lleva a reflexionar sobre las prioridades en la vida, sobre el paso del tiempo, la familia, el amor, la soledad y los miedos de toda persona, al despido, al amor, al compromiso, a la muerte. Desde este punto de vista, me parece una película interesante, con el mérito de salirse de la comedia simplona para adentrarse en terrenos más profundos.

El problema es que Jason Reitman no termina de profundizar en los temas que toca. Es más, un film con estos temas debería resultar mucho más conmovedor, implicarnos más, pero la mayor parte de la película el director nos ofrece un discurso un tanto frío, que no nos deja adentrarnos en la persona de Ryan lo suficiente. Solamente en el tramo final, cuando los conflictos han de resolverse, entonces sí que hay algunos momentos en que los que el film nos toca más de cerca, convirtiendo los problemas en muy cercanos. Una lástima que el director no se haya entregado con esa claridad en el resto de la historia.

En cuanto a los actores, la presencia de George Clooney me parece un acierto y está perfecto en su papel. Es un actor que siempre me gustó, encuentro que tiene una gran personalidad y eso lo trasmite al espectador. El resto del reparto, con caras muy poco conocidas, cumple también con nota. Lástima quizá de la presencia solo anecdótica de J.K. Simmons y Sam Elliott.

Up in the Air recibió nada menos que seis nominaciones a los Oscars, entre ellos a mejor película, si bien no logró ninguno.

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