El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 2 de abril de 2021

Tenías que ser tú



Dirección: Sasha Gordon.

Guión: Sasha Gordon (Historia: Sasha Gordon y Levi Abrino).

Música: Sasha Gordon.

Fotografía: Bobby Webster.

Reparto: Cristin Milioti, Dan Soder, Halley Feiffer, Mark Gessner, Kate Simses, Erica Sweany, Danny Deferrari, Kyle Mooney, Rachel York, Nick Mennell.

Cuando su novio Chris (Dan Soder) le va a pedir a Sonia (Cristin Milioti) que se case con él, ella siente miedo y le pide un tiempo para pensarlo.

Tenías que ser tú (2015) es una de esas rarezas que nos sorprenden agradablemente de vez en cuando; y se agradece aún más por la escasez de buenas comedias románticas en los tiempos actuales. La mayoría no dejan de ser repeticiones de un mismo tipo de argumento, sin demasiada originalidad. Pero en esta ocasión, Sasha Gordon logra darle un punto de originalidad al género, con una historia sencilla pero contada con inteligencia y, sobre todo, muy buen gusto.

Quizá lo que más me sorprendió fue que Gordon no pretendía ser gracioso a cualquier precio, lo que a menudo da lugar a situaciones tan forzadas que más que gracia provocan sonrojo. Es más, Tenías que ser tú es comedia por el tono ligero, sin dramas, con se aborda la relación de la pareja protagonista, pero no abundan los momentos en que la historia me sacaran una carcajada. Sin embargo, lo que sí sacas a cambio es una sensación placentera, casi de complicidad con la protagonista; el guión te mete en su piel de manera muy natural, a lo que también contribuye, y mucho, la gracia natural y el talento de Cristin Milioti, que termina por hacerse muy entrañable.

Los problemas de Sonia en relación al matrimonio, sin buscar una causa para ello obligatoriamente, lo cuál me parece genial, pues no siempre es necesario justificarlo todo, pues en la vida no siempre los actos tienen una clara razón, o al menos comprensible, resultan naturales y los desencuentros de la pareja, sin dramatismos innecesarios, nos adentran con delicadeza en las relaciones personales y el difícil equilibrio entre el amor, la búsqueda de una misma meta en el mismo momento o la necesidad de cumplir los sueños que se han visto aparcados por las obligaciones diarias.

Al final, Sonia termina resolviendo sus dudas de manera lógica, con lo que el desenlace llega sin sorpresas, naturalmente, sin forzar absolutamente nada. La escena final es entrañable y pone el punto y final perfecto a una historia sencilla pero cautivadora.

También se encuentra el mismo trato sensato y respetuoso con los personajes secundarios, las amigas de Sonia y el amigo de Chris, que tienen un peso limitado en el argumento pero que, al contrario que lo a veces es habitual, son personas de carne y hueso y no meros bufones.

Por poner un pero a un film notable, quizá sea que la figura de Chris queda un tanto en la sombra. Es verdad que la historia está narrada desde el punto de vista de Sonia, lo que justifica un menor protagonismo del novio, pero al lado de ella, Chris parece tener más sombras que luces. En todo caso, se trata de un detalle menor.

Tenías que ser tú nos reconcilia con el cine bien pensado y realizado con gusto y sentido común. Esa debería ser la norma, pero lamentablemente pocas veces se cumple. Un film menor, pero interesante y que nos deja una sonrisa en los labios.

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