El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 6 de octubre de 2025

Misterio en Venecia



Dirección: Kenneth Branagh.

Guión: Michael Green (Novela: Agatha Christie).

Música: Hildur Guõnadóttir.

Fotografía: Haris Zambarloukos.

Reparto: Kenneth Branagh, Tina Fey, Kyle Allen, Camille Cottin, Jamie Dornan, Jude Hill, Ali Khan, Emma Laird, Kelly Reilly, Riccardo Scamarcio, Michelle Yeoh.

La escritora Ariadne Oliver (Tina Fey) invita a su amigo Hércules Poirot (Kenneth Branagh) a una sesión de espiritismo para que intente desenmascarar a una supuesta vidente (Michelle Yeoh).

Misterio en Venecia (2023) es el tercer acercamiento de Kenneth Brannagh al universo de Agatha Christie, tras Asesinato en el Orient Express (2017) y Muerte en el Nilo (2022), una apuesta bastante segura teniendo en cuenta el atractivo para todo tipo de públicos de las novelas de misterio de la célebre escritora.

La cinta está basada parcialmente en la novela Las manzanas (Hallowe'en Party) y los más reseñable sin duda es llevar el relato a Venecia y darle un toque cercano al terror, ambientándola en un oscuro palacio en medio de una tormenta. Es esta ambientación junto a una maravillosa fotografía lo más hermoso de la película porque, a nivel argumental, la historia no depara nada especialmente memorable.

Da la impresión de que Kenneth Branagh ha puesto el énfasis sobre todo en el apartado visual donde, además de la ambientación antes señalada, disfruta con juegos de cámara y encuadres, logrando con todo ello, es verdad, una atmósfera muy interesante.

Pero donde no logra algo similar es a la hora de desarrollar el misterio que, aunque sigue las pautas tradicionales, con los asesinatos misteriosos y las entrevistas a los sospechosos, no logra ahondar en ningún momento en el misterio ni en los personajes con la fuerza suficiente como para atraparnos en el misterio. Puede que no ayude el toque sobrenatural que intenta darle, pues sabemos claramente que todo tendrá al final una explicación racional. Pero, más allá de eso, el problema está en que no se presenta ningún culpable claro, no sentimos los progresos del detective y la solución se presenta de repente, sin preámbulos, resolviéndose todo de un modo muy poco atractivo y sin nada de garra.

Es como si todo el meollo de la intriga se difuminara en medio de los efectos visuales, sin adquirir el protagonismo necesario. Misterio en Venecia es una producción muy cuidada, pero le falta contenido. Una pequeña decepción.

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