El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 13 de junio de 2018

Desafío total



Dirección: Len Wiseman.
Guión: Kurt Wimmer (Historia: Philip K. Dick).
Música: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: Paul Cameron.
Reparto: Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel, Bryan Cranston, Bill Nighy, John Cho, Bokeem Woodbine, Steve Byers.

Douglas Quaid (Colin Farrell), un obrero en una fábrica de robots, sufre una pesadilla que se repite invariablemente. Al mismo tiempo, está aburrido de su monótona vida y sueña con acudir a Rekall, una empresa que te implanta recuerdos en el cerebro, para que puedas vivir nuevas experiencias.

Remake del año 2012 de la película homónima dirigida por Paul Verhoeven en 1990, y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, esta versión tiene puntos fuertes donde creo que supera a la original, si bien para muchos no será más que una actualización inferior.

He de admitir que la película de 1990 tenía la gracia de su originalidad, con un argumento muy imaginativo que te sorprendía, además de su peculiar ambientación y su universo de tipos raros y deformes. En muchos aspectos, se quedó en el imaginario colectivo como un hito diferente dentro del género.

Pero si somos sinceros, vista hoy en día, la cinta de Verhoeven ha envejecido realmente mal, con unos efectos especiales y una estética que parecen casi cómicos. En este sentido, la actualización de Wiseman nos ofrece una película visualmente mucho más lograda, en especial en el tema de la ambientación, logrando crear un mundo futurista mucho más plausible, con claras referencias a Blade Runner (Ridley Scott, 1982), y sin necesidad de recurrir al planeta Marte, lo que nunca me terminó de convencer de la primera versión.

En cuanto a la historia, este Desafío total sigue la trama de la primera, si bien en el desarrollo establece unas cuantas variaciones que, en general, creo muy acertadas. Por un lado, porque los que, como yo, ya han visto la primera versión, se ahorran ver una copia de aquella, lo que a menudo sucede en algunos remakes demasiado literales. Así, si bien la base de la película es la misma, el desarrollo cambia, con lo que podemos disfrutar de un film relativamente nuevo. Para aquellos que no tienen la referencia de la primera versión, será un espectáculo lleno de acción y sin un minuto de reposo, con algunos giros argumentales interesantes y una cierta intriga muy bien llevada.

En cuanto al aspecto visual, como decía, la película se beneficia de nuevas técnicas de efectos especiales y una mejor ambientación, lo que crea un universo más creíble, que contribuye a una mejor inmersión en el universo de Desafío total.

Quizá lo que menos me convenció fue que esta versión está mucho más orientada a la acción pura y dura, llenando la pantalla por momentos de un espectáculo pirotécnico y circense un tanto increíbles. Pero es el cine que se lleva actualmente y puede gustar más o menos, pero no se le puede negar su espectacularidad. Personalmente, prefiero historias que lleven dentro algún dilema, alguna reflexión y no sean un mero cúmulo de efectos especiales, sin que con ello no se pueda disfrutar de vez en cuando de ofertas como esta, siempre que tengan un cierto nivel de calidad, como es el caso aquí.

El reparto creo que cumple con nota. Colin Farrell me parece un Douglas Quaid más creíble que el encarnado por Schwarzenegger, además de ser mucho mejor actor, con lo que la película sale ganando en este aspecto. En cuanto a Kate Beckinsale, su personaje gana protagonismo en esta ocasión y compone una villana realmente convincente y peligrosa. En general, me gustó más este elenco que el de la versión original.

A pesar de no gustarme demasiado las comparaciones, en esta ocasión ha sido casi inevitable establecerlas. Y si en general suele ser cierto que no hay segundas partes buenas, en esta ocasión este Desafío total me pareció una digna versión de la primera, con cierta originalidad, visualmente impactante y que te permite disfrutar de un cine de palomitas muy bien construido y lleno de ritmo. Quizá el final resulta muy poco original, con lo que, por lo esperado del mismo y por cómo se desarrolla, no deja un buen sabor de boca como colofón a la historia. Pero es no se trata de un film con más pretensiones que crear un espectáculo apabullante, una especie de montaña rusa de acción pura y dura. Y Len Wiseman lo sabe hacer bastante bien.

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