El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

domingo, 24 de junio de 2018

Despertando a Ned



Dirección: Kirk Jones.
Guión: Kirk Jones.
Música: Shaun Davey.
Fotografía: Henry Braham.
Reparto: Ian Bannen, David Kelly, Fionnula Flanagan, Susan Lynch, James Nesbitt, Paul Vaughan, Adrian Robinson, Maura O'Malley.

En el sorteo de la Lotería, el único acertante resulta ser un habitante de un pequeño pueblo de Irlanda de 52 habitantes. Jackie (Ian Bannen) y su amigo Michael (David Kelly) intentarán descubrir quién es el afortunado, a ver si pueden verse agraciados con algo del premio.

Interesante debut como director de Kirk Jones, que además es también el autor del guión de esta amable comedia de enredos.

Quizá lo más significativo de Despertando a Ned (1998) es el tono subversivo y negro de esta comedia ambientada en la idílica Irlanda, lo que nos puede recordar de alguna manera a El hombre tranquilo (John Ford, 1952). Sin embargo, el guión de Jones no se recrea tanto en los tópicos de las costumbres y las peculiaridades de los habitantes de la isla como en presentarnos un enredo un tanto morboso en torno a la muerte de un vecino al que le habían tocado casi siete millones de libras.

Pero, eso sí, la historia no pierde en ningún momento el tono complaciente y amable, con lo que las supuestas implicaciones morbosas o puramente ilegales del plan de Jackie y Michael se quedan muy desdibujadas. En Despertando a Ned no interesa demasiado cargar las tintas en lo macabro y avaricioso del plan de los protagonistas; lo fundamental es la comedia, el acercamiento cariñoso a un pueblo perdido en medio de la nada que ve como el azar, y algo de ingenio, les puede traer un poco de prosperidad.

Y para dejar claro que no se trata de un ramalazo de simple y repugnante avaricia por parte de Jackie, y en un giro un tanto socialista, el premio acabará beneficiando a todos los habitantes de Tullymore, que, como gentes de bien, se contentarán con una pequeña porción del premio en beneficio de la comunidad. Bueno, todos menos una solitaria y malhumorada anciana que verá su avaricia e insolidaridad oportunamente "recompensadas".

Como toda comedia, el final ha de ser feliz, por supuesto. Y aunque se trate de una estafa millonaria, en realidad todos estamos convencidos que la felicidad de esas buenas personas, a quién un cruel guiño des destino (la muerte de Ned) les iba a arrebatar la única posibilidad de tocar el cielo, bien justifica el engaño. Y al final, todos contentos, que es lo importante.

Kirk Jones, además, quizá siendo consciente de la necesidad de amueblar el eje central de la película, dibuja una serie de historias paralelas que afectan a varios habitantes del pueblo. Son, básicamente, historias de amor, a veces frustrado, a veces aplazado, que conforman un marco perfecto para la historia de la suplantación de identidad.

El reparto es excelente, con veteranos como Ian Bannen, David Kelly o Fionnula Flanagan que muestran su solvencia y una naturalidad absoluta a la hora de representar unos personajes que en seguida se nos hacen familiares y entrañables.

Es verdad también que a la película le falta algo, puede que sea algo más de chispa, una dirección más precisa, algunos diálogos más punzantes e incisivos... o quizá perfilar mejor a unos personajes que se nos quedan un poco desdibujados, superficiales. Porque en general, aunque la sensación es positiva, uno se queda con la impresión de que la historia podría haber sido algo mejor aprovechada.

A pesar de ello, Despertando a Ned es un magnífico ejemplo de que para hacer buen cine no es necesario un gran despliegue de medios. Con unos pocos buenos actores, una idea original y mucho sentido común es posible hacer películas como ésta.

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