Dirección: Barry Levinson.
Guión: Roger Towne y Phil Dusenberry (Novela: Bernad Malamud).
Musica: Randy Newman.
Fotografía: Caleb Deschanel.
Reparto: Robert Redford, Glenn Close, Robert Duvall, Kim Basinger, Wilford Brimley, Alan Fudge, Joe Don Baker, Barbara Hershey, Richard Farnsworth, Robert Prosky.
Roy Hobbs (Robert Redford) ha nacido con un talento natural para el beisbol. Desgraciadamente, no será hasta la treintena cuando logre jugar en primera división, asombrando a todos con su juego.
El mejor (1984) es una película de Robert Redford, hecha para su lucimiento personal. En apariencia, parece que nos propondrá la consabida historia de una estrella del deporte; sin embargo, pronto vemos que parece que esconde algo más.
El comienzo de El mejor es lo más interesante del film y donde reside la clave para que la película me intrigara lo suficiente como darle una oportunidad. Me refiero claramente al momento en que el joven Roy parte para pasar unas pruebas que lo pueden llevar a un equipo profesional de beisbol, su gran sueño, y en el viaje conoce a una enigmática mujer, Harriet Bird (Barbara Hershey), que acabará disparándole en el estómago.
Este detalle es sorprendente y da un giro del todo inesperado a la película. A partir de aquí, quedamos enganchados a ese misterioso incidente, esperando saber más. Entonces, la historia da un salto de dieciséis años en los que nada sabemos de la vida de Hobbs. Parece que, al fin, podemos estar ante un film original y sorprendente.
Desgraciadamente, es entonces cuando El mejor empieza a desinflarse sin remedio y mientras seguimos aguardando una explicación al incidente del comienzo y cómo pasó esos dieciséis años Roy, la película va cayendo en una simplicidad y vulgaridad descorazonadoras. Como si el disparo careciera de importancia, el argumento se orienta decididamente hacia la historia tan vista del deportista que deberá superar obstáculos cada vez más difíciles para lograr su meta, desde apuestas amañadas, a un juez corrupto (Robert Prosky) o una hermosa mujer (Kim Basinger) cuya tarea es descentrarlo para que no juegue a su nivel.
Descubrimos así que El mejor se convierte en una historia sin gancho, predecible y plana. Con un guión que, salvo al comienzo, se va revelando como meramente vulgar. No solamente toda la historia resulta del todo improbable, sino que incluso está muy mal explicada, desperdiciándose momentos interesantes sobre los que el director pasa por encima, sin sacarles todo el jugo posible. Y eso que estamos hablando de un film de larga duración, con lo que no vale como excusa la falta de tiempo. Es como si el film se deshilvanara en momentos intrascendentes sin saber concretar en nada de lo fundamental.
Por si la historia no tuviera bastante con su poca originalidad y superficialidad, los guionistas aún consiguen estropearlo más con un final absolutamente vulgar, que encima cae en una sensiblería tristísima (los niños animando desesperados a un errático Hobbs en el partido crucial, éste que descubre que tiene un hijo que está viendo el partido) y pone la guinda con esos fuegos artificiales lamentables. Un final tan lleno de tópicos que casi sentimos vergüenza ajena.
El mejor cuenta con un buen reparto, es cierto. Pero al final, lastrado todo por la historia, hasta parece que los actores están un tanto desaprovechados. Ni Robert Redford está en su mejor papel ni el resto parecen tener bastante credibilidad. Quizá podríamos excluir a las dos mujeres fatales de la historia: Barbara Hershey y Kim Basinger, pues cumplen con su rol de hermosas mujeres fatales y su papel es tan breve que, al menos, conserva cierto misterio que resulta muy beneficioso.
Quizá lo mejor venga por la parte técnica, con una dirección artística sumamente cuidada, destacando la fotografía de Caleb Deschanel.
Película pretenciosa pero fallida, la única manera de que podamos asimilarla es si la reducimos a un cuento moralizador, porque si la tomamos de una manera seria, resulta una experiencia decepcionante.
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