El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 15 de enero de 2025

Un viaje de diez metros



Dirección: Lasse Hallström.

Guión: Steven Knight (Novela: Richard C. Morais).

Música: A.R. Rahman.

Fotografía: Linus Sandgren.

Reparto: Helen Mirren, Om Puri, Manish Dayal, Charlotte Le Bon, Michel Blanc, Vincent Elbaz, Juhi Chawla, Amit Shah, Farzana Dua Elahe. 

Cuando pierden su restaurante en La India, la familia de Hassan Kadam (Manish Dayal) abandonan el país buscando su futuro en Europa. Tras una estancia en Londres, finalmente se establecen en un pequeño pueblo del sur de Francia.

Un viaje de diez metros (2014) es una película amable y tierna que nos cuenta una historia de esfuerzo y superación de un joven hindú dotado con un talento natural para la cocina que, a base de esfuerzo y apego a su propia cultura, consigue triunfar en un mundo tan exigente como la cocina francesa.

Este es el resumen de una película muy elegantemente dirigida por Lasse Hallström, que nos sumerge en unas imágenes cargadas de preciosismo que casan perfectamente con el espíritu de la historia. El problema fundamental es que la misma carece de originalidad y nada en su desarrollo nos sorprende, ni para bien ni para mal. 

Así que estamos ante un bonito relato donde todo va encajando según se espera y según se desea, sin  sorpresas y, lamentablemente, sin fuerza. Incluso los momentos más delicados o los personajes malvados, pocos, pero alguno hay, carecen de verdadera entidad, quedando la parte del drama seriamente diluida en medio de un film demasiado plano. Lo más grave, sin embargo, es que tampoco la parte positiva, como el ascenso y triunfo de Hassan o su romance, logra sacarnos del sopor en el que nos sumerge el director que busca lógicamente crear un relato con tintes poéticos pero se olvida de darle consistencia, algo que queda patente en momentos puntuales donde se percibe que estamos en una escena clave de la historia y comprobamos cómo los diálogos no están a la altura ni la emoción brota desde la pantalla.

Y por eso la película llega a hacerse demasiado larga, pues falta algo que rompa el ritmo, faltan momentos especiales que nos sacudan en los asientos, llegando casi a desear que llegue el final, que ya conocemos por anticipado y donde de nuevo el director demuestra una falta de energía preocupante.

La única manera que encontré de darle algo de sentido al relato, que de tan previsible y blando resultaba del todo increíble, era imaginarme que Hallström en realidad nos estaba contando un cuento. Así se podría entender algo tan acaramelado y tenue, tan poco original. Si somos capaces de dar ese paso, tal vez Un viaje de diez metros tenga al fin algo más de sentido.

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