El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 7 de marzo de 2016

El amigo de mi hermana



Dirección: Lynn Shelton.
Guión: Lynn Shelton.
Música: Vince Smith.
Fotografía: Benjamin Kasulke.
Reparto: Emily Blunt, Rosemarie DeWitt, Mark Duplass, Mike Birbiglia, Kate Bayley, Mel Eslyn, Jeanette Maus.

Ya ha pasado un año de la muerte de Tom, pero su hermano Jack (Mark Duplass) sigue terriblemente abatido, por lo que su mejor amiga, Iris (Emily Blunt), le invita a que pase unos días de reflexión en una casa que tienen sus padres en una isla. Sin embargo, cuando llega a la casa, Jack se encuentra con la hermana de Iris, Hannah (Rosemarie DeWitt), que se ha refugiado allí tras un fracaso amoroso.

Siempre es de agradecer un film diferente, que rompa con las modas de la gran industria y tenga el atrevimiento de nadar contra corriente. Este es sin duda uno de los rasgos más meritorios de Lynn Shelton y su El amigo de mi hermana (2011), un film de escaso presupuesto que nos adentra en los problemas emocionales de tres personas en un momento crucial de sus vidas.

El amigo de mi hermana gira en torno a Jack, quién aún no ha sido capaz de superar la pérdida de su hermano Tom, aunque ya haya transcurrido un año. La expareja de Tom, Iris, es la mejor amiga de Jack, pero está enamorada de él, aunque tenga miedo a confesárselo y hasta a confesárselo a ella misma. Y por último está la hermana de Iris, Hannah, lesbiana, y que acaba de romper con su pareja tras siete años de relación. Y estas tres personas se juntan en una casa, aislados del mundo, con el fin de poner en orden sus vidas, aunque al final terminan por complicarlo todo un poquito más.

Como decía, me parece muy interesante el que películas intimistas e independientes puedan seguir abriéndose paso en medio de producciones millonarias. Es saludable para la industria y reconfortante para el espectador. Sin embargo, no por el mero hecho de ser una propuesta diferente hemos de darle nuestra aprobación sin reservas. Y en el caso de El amigo de mi hermana, aún reconociendo sus méritos, he de confesar que me dejó un tanto frío.

Los enredos entre los tres protagonistas me parecieron un tanto forzados. Es verdad que todos los acontecimientos parecen necesarios para desarrollar la historia y plantear los conflictos que se proponen, pero no deja de parecerme todo un tanto precipitado. Tampoco el final es del todo satisfactorio, con una reconciliación modélica, sin aristas, sin conflictos, tan idílica como los paisajes de la isla.

Pero quizá el principal problema de la película sea que no llega a profundizar realmente en los personajes. Hay un intento en el guión por adentrarse en los personajes, en sus problemas. Pero el enfoque huye de la dramatización y adopta un punto de vista muy actual, con diálogos en cascada que buscan un aire de normalidad. La idea puede que sea acertada, pero el resultado es que el guión se queda en la superficie de las cosas, los personajes permanecen distantes, incluso resultan extraños, no llegamos a conocerlos en profundidad. Y el resultado es que asistimos a sus problemas con cierto distanciamiento, no consiguen conmovernos; es todo un tanto liviano, como si la directora no supiera o no quisiera afrontar los problemas de los protagonistas de un modo más serio, quedándose en una exposición cool que agrade a todos.

Incluso la repetitiva sucesión de planos paradisíacos de la isla resulta un tanto forzada, sin llegar a casar del todo bien con el tono más intimista y prosaico de la historia.

Lo mejor, sin ninguna duda, es el gran trabajo de los tres protagonistas, con una naturalidad en sus interpretaciones maravillosa. Un ejemplo de actuación natural y sincera que nos aporta lo más fresco y auténtico de la cinta.

El amigo de mi hermana podría haber calado más hondo, porque los mimbres estaban ahí. Sin embargo, al final se queda en una historia agradable, pero un tanto insustancial. Y aún así, es una propuesta recomendable.

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