El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

jueves, 10 de marzo de 2016

Hombres de negro



Dirección: Barry Sonnenfeld.
Guión: Ed Solomon (Comic: Lowell Cunningham).
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Donald Peterman.
Reparto: Tommy Lee Jones, Will Smith, Linda Fiorentino, Vincent D'Onofrio, Rip Torn, Tony Shalhoub, Siobhan Fallon, Mike Nussbaum, Richard Hamilton.

Desde hace muchos años, en la tierra habitan alienígenas llegados de otras galaxias en busca de refugio. Un departamento secreto del gobierno norteamericano se encarga de controlarlos y vigilarlos. Un día, el agente de policía James Edwards (Will Smith) se enfrenta sin saberlo a un alienígena. Este descubrimiento cambiará su vida.

Basada en un comic de Lowell Cunningham, Hombres de negro (1997) es una disparatada comedia con un gran éxito de taquilla en su momento, lo que ha dado lugar a dos secuelas más y una serie de animación.

La película no deja de ser un disparate de principio a fin. Lo que sucede es que para hacer disparates que funcionen, y esta película funciona bastante bien, hay que tener talento y sentido del ritmo. Y Sonnenfeld demuestra que los tiene. Además, es cierto, la película tiene mucho dinero detrás, con unos efectos especiales apabullares y una puesta en escena impecable. Hay que reconocer que en cine de puro espectáculo, los americanos tienen mucho arte, y más si detrás del proyecto está Steven Spielberg como productor.

Como es de esperar, en este tipo de películas el argumento es casi lo de menos. En este caso, un bicho extraterrestre llega a la tierra para robar una poderosa arma con la que desatar una guerra ínter galáctica. Bueno, hace falta un punto de partida en toda historia y ese es tan válido como otro cualquiera. A partir de ahí, se desata la locura: Tommy Lee Jones y Will Smith, los hombres de negro, en busca del malhechor alienígena que va desatando el caos por donde pasa, además de dejar un buen reguero de cadáveres tras de sí. Lo importante es el despliegue de efectos, especialmente con la creación de toda una fauna de extraterrestres más originales los unos que los otros, y mucha acción: carreras, persecuciones, disparos,... y como guinda de todo un humor que, sin ser nada realmente novedoso, sí que proporciona algunos momentos bastante logrados, como en el nacimiento del hijo de un alienígena ("Felicidades, acaba de tener un precioso... calamar") o cuando el agente J (Smith) descubre entre los alienígenas que viven mezclados con los humanos a Sylvester Stallone y a su profesora de primaria.

Tommy Lee Jones y Will Smith encabezan un buen reparto, aportando un talento innegable para este tipo de papeles, mezcla de tipos duros y chuletas de barrio. Genial también Vincent D'Onofrio, con una caracterización magnífica. Y no nos olvidemos de Linda Fiorentino, haciendo honor a su nombre.

Hombre de negro no es más que cine de palomitas, pero con una historia muy original y una puesta en escena cuidada al máximo, lo que garantiza que pasemos un rato muy entretenido dejándonos llevar por esta aventura surrealista e intergaláctica que se llevó el Oscar al mejor maquillaje con todo merecimiento.

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