El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 13 de febrero de 2018

Pacto de silencio



Dirección: Robert Redford.
Guión: Lem Dobbs (Novela: Neil Gordon).
Música: Cliff Martinez.
Fotografía: Adriano Goldman.
Reparto: Robert Redford, Shia LaBeouf, Nick Nolte, Julie Christie, Richard Jenkins, Chris Cooper, Susan Sarandon, Sam Elliott, Anna Kendrick, Brendan Gleeson.

Nick Sloan (Robert Redford), un antiguo activista radical en los años de la Guerra del Vietnam, ha cambiado de identidad y lleva una vida tranquila como abogado civil en Albany. Pero cuando el FBI detiene a una camarada de lucha y la prensa descubre su identidad, Sloan deberá huir de nuevo.

Se nota que Robert Redford es un veterano en esto del cine. Pacto de silencio (2012), bajo el manto del thriller, es un film que nos ofrece mucho más que intriga. De alguna manera, me ha parecido una película no de esta época, en la que las historias suelen ser más escuetas y se cede el protagonismo a la acción y a argumentos trufados de trampas.

En Pacto de silencio hay cierta intriga, es cierto, especialmente en la primera parte de la película, que es en un primer momento lo que capta nuestra atención. Y dentro del juego, es verdad que Redford no nos muestra todas las cartas abiertamente, dejando para más tarde la revelación de la implicación de Sloan en el atraco al banco que está detrás todo.

Pero la película es mucho más que eso, de ahí que cuando se vayan desvelando todas las claves que mantenían la intriga vigente, junto al hecho de que vamos anticipando el verdadero nudo del pasado del protagonista, la historia no pierde interés, pues el argumento nos ha ido adentrando en el aspecto más humano de los personajes, creando una red de relaciones, recuerdos, fracasos y miedos que se encargan de llevarnos de la mano hacia el final, previsible, es cierto, pero donde la resolución no es la clave de todo, como en otros muchos thrillers que basan su interés casi exclusivamente en el desenlace. Porque Pacto de silencio ofrece mucho más que un simple thriller al uso.

Y de ahí que me parezca que es una película más clásica, con ese sabor de los films de antes. Y en eso el veterano Redford ha de tener mucho que ver. Incluso en esas secuencias largas, pausadas, de diálogos íntimos, que no parecen casar muy bien con el género. Además, en Pacto de silencio no veremos huidas espectaculares, ni persecuciones ni disparos. Es otra cosa.

En cuanto al reparto, sin duda ese es otro de los puntos fuertes de la película, con la presencia de grandes actores como Susan Sarandon o Nick Nolte. También nos reencontramos con Julie Christie, Sam Elliott o Brendan Gleeson. Todo un regalo aunque sus apariciones sean puntuales en muchos casos. También es un grato descubrimiento el buen hacer de Shia LaBeouf en el papel del periodista que va haciendo de hilo conductor en su busca de un reportaje histórico.

Sin embargo, también es verdad que en algunos momentos se hubiera agradecido un metraje algo menor, en especial en la parte central del relato, pues hay momentos en que la historia parece perder vigor. También se hubiera agradecido una explicación menos enrevesada en algunos pasajes, aunque poco a poco vayan encajando las piezas. Son pequeños detalles que si se hubieran pulido habrían ayudado a que la película fuera más intensa y ágil.

Sin duda, Robert Redford demuestra que ha sabido hacerse con el papel de director tras su brillante carrera delante de las cámaras. Su estilo no es el de estos tiempos, lo que se agradece. Y es que Redford viene de unos años en que las películas se cuidaban bastante, no solo en el aspecto técnico, y eso se nota en este caso.

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