El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

lunes, 5 de febrero de 2018

La conspiración de noviembre




Dirección: Roger Donaldson.
Guión: Karl Gajdusek y Michael Finch (Novela: Bill Granger).
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Romain Lacourbas.
Reparto: Pierce Brosnan, Luke Bracey, Olga Kurylenko, Will Patton, Caterina Scorsone, Eliza Taylor, Bill Smitrovich, Patrick Kennedy, Lazar Ristovski.

Peter Devereaux (Pierce Brosnan), antiguo agente de la CIA, vive un retiro tranquilo en Suiza cuando son requeridos sus servicios para una misión especial: sacar de Rusia a una antigua amiga que posee información confidencial muy valiosa.

La primera impresión que nos da La conspiración de noviembre (2014) es la de una especie de versión de los films de James Bond, algo que se refuerza por la presencia de Pierce Brosnan en un papel que bien podría jugar el agente 007. Si además le sumamos la presencia de una chica Bond, Olga Kurylenko, parece que ya no falta nada.

Además, el argumento de La conspiración de noviembre parece una mera excusa para dar rienda suelta a un film lleno de peleas, persecuciones, espionaje, agentes que no son lo que parecen, conspiraciones internacionales... es decir, un coctel que podríamos encontrar sin problemas en una de las entregas de la saga Bond.

Y La conspiración de noviembre en realidad no se plantea nada más que ser un mero vehículo de entretenimiento, un film de acción pura y dura con toda la serie de elementos típicos de este género. Así, nos encontramos con el agente implacable que ha de hacer frente a la que puede ser su última misión y, además, la más dura, pues no sólo tendrá que ver morir a su antigua amante, sino que su propia hija estará en peligro y, por si todo esto no fuera suficiente, deberá enfrentarse a un antiguo discípulo suyo que ahora va tras sus pasos.

Sí, es cierto, todo suena a demasiado visto, el argumento no es precisamente muy original. Es quizá el principal problema de esta película: no aporta en realidad nada nuevo al género, con una acumulación  constante de tópicos y, por lo tanto, con la sensación de que todo lo que nos cuenta está ya muy explotado. Y cuando queremos buscarle sentido a la trama, enrevesada y caótica por momentos, nos damos cuenta que en realidad no es del todo coherente. Y es que parece que tampoco es lo que se pretendía; es el conocido MacGuffin de Alfred Hitchcock, es decir, una mera disculpa que da igual que se entienda o no, que sea coherente o no, basta que sirva para crear una base mínima de intriga sobre la que montar la película.

Porque lo que en realidad importa es la acción, hacer un film dinámico, sin pausas, sin detenerse en nada que no apoye el ritmo frenético.

Eso sí, el director cuenta con la ayuda inestimable de Pierce Brosnan, sin duda un actor muy dotado para encarnar este tipo de personajes, a los que aporta glamour y credibilidad a partes iguales.

¿Consigue finalmente Roger Donaldson su propósito? Si lo que pretendemos es pasar un rato entretenido, sin demasiadas complicaciones, la película cumple con su función. Hay nervio, hay  tensión, intriga, el final no decepciona y el director consigue mantener el interés sin problemas.

Sin embargo, también constatamos que la historia podría haber aportado algo más. La saga de Jason Bourne, a la que nos recuerda también esta película, demostró que un film de acción puede ser muy bueno, no solo como mero pasatiempo, sino aportando algo más y sin salirse de los cánones del género. Aquí tenemos la sensación de que el argumento es demasiado rutinario, los personajes parecen casi caricaturas de unos modelos ajenos e incluso en algunos momentos tenemos la impresión de que algunas escenas están mal rematadas o metidas con calzador, con personajes que no se sabe muy bien qué aportan. En resumen, que parece un entramado algo chapucero, hecho sin el cuidado suficiente.

Seguramente a aquellos que no busquen más que pasar el rato, la película les entretendrá, pero siempre se puede pedir algo más que un producto que la impresión de estar prefabricado.

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