El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Máximo riesgo




Dirección: Renny Harlin.
Guión: Michael france y Sylvester Stallone (Historia: Michael France).
Música: Trevor Jones.
Fotografía: Alex Thomson.
Reparto: Sylvester Stallone, John Lithgow, Michael Rooker, Janine Turner, Rex Linn, Caroline Goodall, Leon, Max Perlich.

Gabe Walker (Sylvester Stallone) es un experto alpinista, miembro de un equipo de rescate de alta montaña en Las Rocosas. Desgraciadamente, durante el rescate de su amigo Hal Tucker (Michael Rooker) y su novia Sarah (Michelle Joyner), no logra sujetar a Sarah, que muere despeñada. Agobiado por los remordimientos, Gabe abandona el trabajo. Cuando regresa, casi un año después, en busca de su novia Jessie (Janine Turner), se verá implicado en una peligrosa misión, la más arriesgada de su vida.

La carrera de Stallone, tras los éxitos de Rocky (John G. Avildsen, 1976) o Acorralado (Rambo) (Ted Kotcheff, 1982), había ido perdiendo fuerza a base de interpretar secuelas de esos films y otros de menor interés, tocando fondo con una poco afortunada inclusión en la comedia con ¡Alto! o mi madre dispara (Roger Spottiswoode, 1992). Así pues, Máximo riesgo (Renny Harlin, 1993) era una especia de apuesta para devolverlo al camino del éxito. Y la verdad es que la película tuvo una buena aceptación en su momento, aunque finalmente no consiguió relanzar la carrera de Stallone.

El principal problema de Máximo riesgo es su guión, en el que participa el propio Stallone. Se trata de un guión muy poco original, que abunda en tópicos, como el héroe atormentado por un accidente mortal o unos malos malísimos pero, a la vez, de dudosa credibilidad; una simplista e infantíl separación de buenos y malos sin medias tintas y con unos trazos tan claramente delimitados como artificiosos; una amistad a prueba de bombas que ha de superar un duro trance; los buenos son un dechado de virtudes sin tacha, etc, etc. En realidad, parece que se trata de crear un soporte más o menos interesante, con sus dosis de violencia y de drama lacrimógeno, para lo que de verdad es el eje de la película: una colección de imágenes impactantes y espectaculares de montañas y hombres escalándolas y luchando contra una naturaleza agreste. Esta es la verdadera fuerza de la película, lo único que puede justificar verla, pues la historia, como decía, no es más que un cúmulo de tópicos sin mucho interés.

A nivel de reparto, Sylvester Stallone es la figura principal, el alma de la película. Conocidas sus limitaciones como actor, el film parece que solo pretende poner en evidencia su espectacular físico en un escenario impresionante. Junto a él, un elenco de actores más o menos correctos y con alguna cara bonita en medio, como Janine Turner. Quizá se podría destacar a John Lithgow, el malo de turno, de una crueldad enfermiza, pero sin que su interpretación sea tampoco nada del otro mundo.

Renny Harlin, que había dirigido La jungla 2: Alerta roja (1990), muestra cierta pericia para filmar este tipo de historias, aunque es verdad que tampoco nos va a sorprender con un estilo novedoso u original. Se limita a filmar con criterio y dejar que el escenario y los efectos especiales hagan el resto.

Máximo riesgo es, en pocas palabras, un film de acción sin más, como tantas otras películas que se ruedan cada temporada. Cuenta con la ventaja de tener a Stallone, con el tirón que eso suponía en la época, y el detalle original de desarrollarse en medio de un paisaje espectacular. No le pidan mucho más que hacernos pasar un rato más o menos entretenido. Si tienen un espíritu crítico o una mirada escrupulosa, descubrirán todas las limitaciones y exageraciones del film y, entonces, mejor no pierdan el tiempo con esta historia.

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