Dirección: George Ratliff.
Guión: David Levinson.
Música: Bear McCreary.
Fotografía: Shelly Johnson.
Reparto: Aaron Paul, Emily Ratajkowski, Riccardo Scamarcio, Katy Louise Saunders, Alice Bellagamba, Francesco Acquaioli, Daphne Alexander.
Con problemas en su relación, Brian (Aaron Paul) y Cassie (Emily Ratajkowski) parten a Italia de vacaciones con el fin de arreglar la situación. Nada más llegar, conocen a Federico (Riccardo Scamarcio), su vecino, que despierta los recelos de Brian.
Últimamente resulta bastante complicado encontrar un thriller bien construido. En general, todos parecen moverse en terrenos muy vistos, con escasos signos de originalidad y buscando más los efectos puntuales que un relato sólido. Wellcome Home (2018) se mueve, por desgracia, por esos derroteros.
Quizá lo peor de todo es que desde el principio, cuando descubrimos al vecino que espía a la pareja protagonista con una sofisticada instalación de cámaras ocultas, podemos adelantarnos casi sin margen de equivocación sobre lo que va a suceder de ahí en adelante hasta el final. Anticipamos sin problema el lento acoso de Federico, como va logrando sus propósitos mientras Brian y Cassie ignoran por completo lo que está haciendo. Esto, naturalmente, le resta bastante emoción a la película. Tan solo nos queda esperar a ver que sorpresas nos depara el guión en el desenlace, pues estamos convencidos que un producto así no puede dejar de recurrir a ciertos giros sorprendentes, en la tradición de los thrillers menos elaborados, y tal vez algún detalle más o menos picante aprovechando la presencia de la espectacular Emily Ratajkowski.
Sin margen de error, conforme avanza la historia vamos comprobando lo acertado de nuestras predicciones, con cierta moralidad un tanto sorprendente pues, a pesar de los peores augurios, Federico no llegará a consumar sus deseos sexuales con la joven Cassie.
Wellcome Home tiene un desarrollo bastante plano, sin que el director consiga ni un ritmo aceptable ni un nivel de tensión que lo amortigüé, debido sobre todo a lo previsible y limitado del argumento, que además por momentos también resulta muy poco creíble. ¿Es normal abrir las puertas de tu casa a un desconocido?, ¿es lógico que Brian le cuente a Federico sus problemas de pareja sin conocerlo de nada? Demasiadas incongruencias para que nos tomemos muy en serio todo el planteamiento.
El trabajo de los actores es bastante correcto, tanto por parte de Aaron Paul como de Emily y también de Riccardo Scamarcio, que da vida con bastante solvencia al típico villano medio pirado tan común en este tipo de historias.
Lo curioso en esta ocasión es que lo mejor de todo está en la esperada sorpresa final. Sabíamos que habría un último truco pero, al contrario que sucede en otras películas que ese momento suele ser chapucero y tramposo, aquí resulta ciertamente original y deja una sombra de duda acerca de impunidad final de los protagonistas, acorde con esa moralidad que recorre el film y donde un par de asesinatos no deberían quedar sin castigo. Y al mismo tiempo nos advierte del peligro de ciertos contenidos de internet, donde la vida privada puede quedar expuesta para cualquiera. Hay un malicioso sentido del humor negro en este final sorpresa.
Sin embargo, en su conjunto, Wellcome Home no deja de ser un film menor, muy escaso de originalidad, de recursos y de ritmo. Es de esas películas que parecen hechas a base de tópicos sin demasiada ambición.
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