Dirección: Pierre Morel.
Guión: Don MacPherson, Pete Travis y Sean Penn (Novela: Jean-Patrick Manchette).
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Flavio Martínez Labiano.
Reparto: Sean Penn, Idris Elba, Javier Bardem, Ray Winstone, Mark Rylance, Jasmine Trinca, Peter Franzén, Mark Schardan.
Jim Terrier (Sean Penn) es un mercenario contratado por una multinacional para proteger sus intereses en el Congo, incluyendo el asesinato. Ocho años más tarde, cuando Jim ha cambiado de vida, descubre que alguien intenta matarlo.
El cine de acción actual parece moverse en un terreno muy poco original. La esencia es generar el máximo de acción, sin escatimar en todo lo que produzca espectáculo, en un formato nervioso. La clave parece ser no dar mucho respiro al espectador. Caza al asesino (2015) está adscrito a esa línea y puede satisfacer a una clientela no muy exigente, pero hay que reconocer que tras los artificios no se esconde mucho más.
Es evidente que la tecnología actual permite un alto nivel de eficacia en todo lo relacionado con persecuciones, peleas y muertes. Y este film es un buen ejemplo de ello. Técnicamente es un producto muy bien trabajado y te mete de lleno en la acción con escenas perfectamente orquestadas. Sin embargo, visto que es un apartado que se consigue en muchos films similares, no parece que ello deba extrañarnos, ni mucho menos que debamos valorar la película centrándonos en eso.
Sería aconsejable esperar algo más. Y Caza al asesino parece contener una dosis de intriga suficiente como para mantenernos en vilo más allá del mero espectáculo visual. Al menos, al principio de la película, la intriga para conocer quién y por qué persigue a Jim sirve para que nos interesemos por alcanzar el desenlace. El problema es que las expectativas no se ven del todo recompensadas y el interés inicial se va desinflando conforme avanzamos. Es tal la dosis de acción, a veces un tanto desmesurada, que el misterio va perdiendo presencia paulatinamente y, cuando finalmente se desvela, nos damos cuenta que no es más que algo secundario a lo que el guión no da una gran importancia. Su misión era crear las circunstancias para la explosión de escenas de acción. Es más, todo el argumento está asentado en estereotipos y su falta de originalidad, ejemplificada en el final tan trillado como vulgar, nos deja un sabor amargo cuando se termina la película.
Sean Penn es un grandísimo actor y, a pesar de la edad, su trabajado físico le permite encarnar con solvencia a su personaje. El resto de reparto son rostros poco conocidos, salvo Javier Bardem que, para ser sincero, me parece que está bastante desaprovechado. Si al principio su personaje tiene la fuerza que sabe darle el actor, a mitad de la película se transforma en una caricatura a la que Bardem intenta salvar como puede, pero sin lograrlo. Es un ejemplo más de cómo el guión descuida todo lo que no sea la acción pura y dura. Todo parece girar en torno a ella y el resto se asemeja a un decorado construido con una economía de imaginación alarmante.
Está claro que si solo se busca pasar el rato, Caza al asesino es un film hecho para ello. Pero no se le pueden buscar ni mensajes, ni personajes sólidos, ni una historia coherente. En eso parece que nadie se ha preocupado mucho.
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