Dirección: Joel Edgerton.
Guión: Joel Edgerton.
Música: Danny Bensi y Saunder Jurriaans.
Fotografía: Eduard Grau.
Reparto: Rebecca Hall, Jason Bateman, Joel Edgerton, Beau Knapp, Allison Tolman, David Denman, P. J. Byrne, Tim Griffin, Beth Crudele.
Simon (Jason Bateman) y Robyn Callem (Rebecca Hall) se trasladan a Los Ángeles por motivos de trabajo. Al poco de llegar, Simon encuentra a Gordon Moseley (Joel Edgerton), un antiguo compañero de instituto. Gordon empieza a visitarlos asiduamente, lo que incomoda bastante a Simon.
El regalo (2015) supone el debut como director del actor Joel Edgerton, que también firma el guión e interpreta a Gordon, el personaje que desencadena la crisis en el matrimonio de Simon y Robyn.
El regalo es un thriller basado en el suspense, donde las apariencias iniciales se van desvelando poco a poco como ficticias. El juego que nos presenta Edgerton se sustenta en mostrarnos una realidad que nos invita a imaginarnos una situación para, paulatinamente, ir desmontándola, de manera que nos lleva a dudar de todo y de todos y a cuestionar cuanto nos hemos imaginado.
Primero será Gordon quien parezca, al comienzo, el típico psicópata, o al menos es lo que suponemos, apoyados en tantos thrillers que se sustentan en ese tipo de personajes. Pero pronto las dudas comienzan a aparecer en relación al matrimonio Callem y ahora es Robyn y su adicción a las pastillas la que nos lleva a plantearnos nuevos interrogantes. Al final, Simon, que parecía ser el más equilibrado, también empieza a mostrar ciertas sombras relacionadas con su pasado.
Esta es la baza del guión: no dejar que nos asentemos en ningún terreno estable, haciendo que nos surjan las dudas conforme va avanzando la historia. Lo que hará que El regalo funcione, al final, será el grado de implicación del espectador con la propuesta del director; si nos dejamos llevar por su juego, puede que disfrutemos de un thriller ciertamente original. Sin embargo, no todo debe reducirse al desenlace, que no es malo, es cierto, pero un film no puede valorarse solamente por un detalle.
Y El regalo peca de falta de nervio. Joel Edgerton hace una exposición lenta, centrada en los detalles, que convierte la primera parte de la película en un relato un tanto anodino. Para darle algo de chispa, el director recurre a los típicos golpes de efecto, pequeños sustos demasiado habituales y que, en realidad, no esconden más que una falta de recursos más originales.
Después, cuando empezamos a comprender el juego de las falsas apariencias, es verdad que la historia gana en interés, pero solamente en tanto en cuanto esperamos desenredar el misterio, porque el desarrollo sigue siendo lento y sin demasiada fuerza. Puede que sea porque enseguida se puede adivinar el misterio final que esconde el argumento y que solamente un pequeño giro, el consabido truco del último minuto, enreda un poco más. Como decía, el final no decepciona, pero ya empiezo a estar algo aburrido de este tipo de propuestas que parecen descansar en un solo elemento, dejando el resto bastante desangelado. No es suficiente, al menos para mí.
Quizá uno de los problemas de El regalo es que el argumento se centra demasiado en el misterio sobre los personajes, que no adquieren un peso específico en el desarrollo. Falta desarrollar mejor la crisis del matrimonio anterior a su viaje a Los Ángeles, falta profundizar algo más en Gordon, del que no sabremos prácticamente nada hasta muy avanzada la película. La idea central me parece correcta, pero no está del todo aprovechada y ese gusto por los trucos, por ocultar deliberadamente tantas cosas es algo que nunca me ha gustado demasiado y que me parece un recurso fácil que no sirve para ocultar ciertas carencias.
En cuanto al trío protagonista, creo que es lo mejor de El regalo. Rebecca Hall está perfecta y sabe trasmitirnos sus dudas y sus miedos con total naturalidad. Jason Bateman también es el actor perfecto para dar vida a su personaje, un tipo con dos caras que Jason sabe encarnar convincentemente. Y Joel Edgerton tampoco desentona, si bien su personaje permanece más oculto que el resto, en espera del último rollo de película.
Como entretenimiento sin más, El regalo puede servir, pero creo que es una película que uno olvidará fácilmente una vez terminada.
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