Dirección: Howard Hawks.
Guión: John Fenton Murray y Steve McNeil.
Música: Henry Mancini.
Fotografía: Russell Harlan.
Reparto: Rock Hudson, Paula Prentiss, Maria Perschy, John McGiver, Charlene Holt, Roscoe Karns, James Westerfield, Norman Alden, Forrest Lewis, Regis Toomey.
Roger Willoughby (Rock Hudson) es vendedor de artículos de pesca en unos grandes almacenes y autor de un método de pesca muy reputado. De ahí que le inviten a participar en un concurso de pesca, lo que lo coloca en un gran aprieto ya que ¡nunca ha pescado!
Su juego favorito (1964) nos hace pensar de inmediato en La fiera de mi niña (1938), no solo por estar dirigidas ambas por Howard Hawks, sino por la evidente similitud del planteamiento. Por si nos pudiera quedar alguna duda, Hawks vuelve a incluir escenas muy similares, como la del vestido abierto por la parte de atrás, si bien en esta ocasión con alguna ligera modificación; el encuentro de los protagonistas también tiene lugar en un aparcamiento y el leopardo es reemplazado ahora por un oso.
Es evidente pues que estamos ante una especie de remake, que no le sienta demasiado bien a Su juego favorito. No se trata de compararlas, si bien es inevitable en algunos momentos, pero la frescura de La fiera de mi niña, acrecentada por su originalidad, desaparece por completo en esta ocasión. Cuando una película es redonda, me parece siempre innecesario intentar emularla, sea con el pretexto que sea. Al menos, al tratarse del mismo director, está claro que no podremos hablar de plagio.
La base de Su juego favorito es de nuevo la guerra de sexos con una posición de superioridad de la mujer. Abigail Page (Paula Prentiss), una joven enérgica y decidida, pone en constantes aprietos al desorientado Roger que, en sus manos, es una marioneta sin poder de decisión. En base a esta premisa, asistimos a una serie de situaciones en las que Roger es víctima de toda una serie de accidentes y contratiempos que soporta con cierta resignación.
El problema es que muchas de estas situaciones son excesivamente infantiles y previsibles, de manera que casi siempre vamos un paso por delante de los acontecimientos. Si la base de la comicidad es la sorpresa, podemos afirmar que en esta ocasión no abunda. Quizá podría destacar los momentos en que Roger participa en el concurso de pesca y, por mera casualidad, logra ir saliendo airoso con unas capturas muy afortunadas. Pero son en realidad muy pocos minutos para un film bastante largo, lo que no habla mucho en su favor.
Pero, a parte del tema de la comicidad, que no deja de responder a cuestiones muy personales, creo que el argumento tampoco resulta del todo coherente. Es como si el guión quisiera ir en una dirección pero ciertas necesidades lo llevaran por caminos un tanto extraños. Por ejemplo, el personaje de Abigail se presenta como fresco e irreverente pero, hacia el desenlace, parece transformarse y algunas de sus reacciones no parecen consecuentes con su manera de ser. Se trata, evidentemente, de crear un pequeño conflicto que parezca entorpecer la relación amorosa de ella y Roger, pero no termina de resultar convincente. De la misma manera que resulta algo forzado el apaño moralista por el que Abigail y Roger han de desvelar el engaño de que este nunca había pescado. De nuevo, parece como una especie de imposición para dejar claro que los protagonistas deben ser absolutamente ejemplares.
Rock Hudson es verdad que tiene la buena presencia necesaria para dar a su personaje un evidente atractivo y un porte digno, por lo que me parece una elección muy acertada para encarnar al protagonista. Y Paula Prentiss posee el suficiente encanto y naturalidad para resultar totalmente creíble en su capacidad de atormentar a Roger primero y enamorarlo después.
La conclusión final a la que llego es que se trata de una versión muy simplificada de La fiera de mi niña y en la simplificación también reside su debilidad, pues los personajes son más superficiales, la comicidad menos natural y la alteración de los roles masculino y femenino se debilita con ese giro moralizador que roba el lado transgresor al argumento para convertir la película en algo demasiado correcto.
Pero intentando evitar la comparación entre ambas películas, Su juego favorito me pareció un film muy previsible, con un humor demasiado elemental como sorprender y divertir y donde falta sin duda ritmo, diálogos más incisivos, personajes secundarios con más carisma... en definitiva, una comedia agradable, pero carente de ingenio.
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