El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

martes, 16 de julio de 2024

Asesinato (Murder)



Dirección: Alfred Hitchcock.

Guión: Alma Reville (Obra: Clemence Dane y Helen Simpson).

Música: John Reynders.

Fotografía: J. J. Cox (B&W).

Reparto: Herbert Marshall, Norah Baring, Phyllis Konstam, Edward Chapman, Miles Mander, Esme Percy, Donald Calthrop. 

Diana Baring (Norah Baring), una joven actriz de teatro, es acusada de haber asesinado a una compañera. Aunque no existe ninguna prueba concluyente, es declarada culpable. Uno de los miembros del jurado, Sir John Menier (Herbert Marshall), arrepentido de su voto, intentará demostrar la inocencia de la joven.

Asesinato (1930) es una rareza dentro de la filmografía de Alfred Hitchcock, pues entra en lo que se denomina en inglés un "Whodunit", es decir, un film de misterio donde se ha de descubrir al culpable, al estilo de las novelas de Agatha Christie. Al director inglés este tipo de relatos no le parecían muy interesantes, pues solamente habría que esperar al final para ver resuelto el misterio y eso, para Hitchcock, carecía de emoción.

Pero en la comedia en que está basada la película, el director encontró ciertos elementos interesantes. Por ejemplo, era el primer film sonoro de Herbert Marshall, que realizó un muy buen trabajo. Hitchcock además realizó algunos experimentos, como recurrir a un monólogo interior para desvelar los pensamientos del protagonista o permitir que los actores improvisaran en algunas escenas, lo que no salió demasiado bien, pues se nota una alarmante vacilación a la hora de hilvanar los diálogos con la consiguiente pérdida de fluidez.

En lo referente a la intriga en sí, esta es bastante elemental y su resolución carece de verdadera emoción, por lo que no encontraremos nada especialmente interesante en ella. Sí que es en otros detalles donde podremos apreciar algo más de imaginación y acierto por parte del guión y de la labor del director.

Fiel a su estilo, Hitchcock llena el relato de detalles humorísticos, especialmente a la hora de establecer con nitidez las diferencias de clase, lo que queda claramente de manifiesto en la relación entre Sir John, refinado y elegante, con el matrimonio Markham, Ted (Edward Chapman) y Doucie ((Phyllis Konstam), donde a la diferencia de clase se suma la de la educación y el dinero. Pero Hitchcock no se muestra mordaz ni crítico con el matrimonio, incluso se permite cierta mirada tierna y hasta comprensiva.

Otro detalle interesante es que se toca de manera bastante evidente el tema de la homosexualidad, que está en el origen del asesinato, pues el asesino, Handel Fane (Esme Percy), mata precisamente para evitar que se desvelen detalles de sus inclinaciones sexuales.

Asesinato no deja de ser un film menor dentro de la obra de Alfred Hitchcock, una mera curiosidad para los amantes del director. Se deja ver, pero sus carencias resultan bastante notorias.

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