El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

miércoles, 10 de julio de 2024

Misión imposible: Fallout



Dirección: Christopher McQuarrie.

Guión: Christopher McQuarrie (Serie TV: Bruce Geller).

Música: Lorne Balfe.

Fotografía: Rob Hardy.

Reparto: Tom Cruise, Henry Cavill, Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Sean Harris, Alec Baldwin, Angela Bassett, Vanessa Kirby, Michelle Monaghan, Wes Bentley, Frederick Schmidt. 

Un cliente ha contratado a un grupo terrorista denominado Los Apóstoles para que fabrique tres armas nucleares con las que podría desencadenarse una masacre a nivel mundial. El agente Ethan Hunt (Tom Cruise) recibe la misión de impedirlo.

Al final, se quiera o no, todas las sagas terminan cayendo en una especie de plagio continuo de sus anteriores entregas. Sucedió con James Bond, la primera saga de un héroe de acción y la mejor en muchos aspectos, y Misión imposible no ha escapado a ese peligro. Las historias se parecen demasiado, siempre con misiones tan difíciles que apelan sin rodeos al calificativo de imposible del título; siempre con traiciones, siempre con Tom Cruise erigiéndose en el salvador del mundo, única estrella de la función. Pero parece que el público se contenta con eso y acude fiel a cada nueva entrega esperando más de lo mismo. Y creo que los padres de la serie lo saben: nadie espera cosas nuevas, solamente ver de nuevo al héroe en acción haciendo lo que mejor sabe hacer.

Por eso, Misión imposible: Fallout (2018) carece de sorpresas argumentales, llevando una vez más las cosas al límite, jugando descaradamente con el engaño como medio de mantener al espectador enganchando a unas aventuras tan rocambolescas que es imposible tomarlas en serio. De hecho, esta vez el guión es tan rebuscado, engañoso y cambiante que cuesta seguirlo y se necesitan varias secuencias de largas explicaciones para intentar convencernos de que toda esa majadería tiene alguna lógica. 

Además, la trama sufre de cambios y giros inesperados, sorprendentes e increíbles. No nos engañemos, no se trata de un argumento inteligente que nos sorprende positivamente, son simples trucos de magia, recurso del que no sabe o no puede hacerlo mejor. Acaban por convertir la aventura en algo aleatorio y tramposo, dejando de interesarnos porque carece de lógica y de sentido todo lo que acontece.

Pero lo principal de la saga es la acción y aquí sí que el espectáculo no defrauda. Tenemos peleas, persecuciones y disparos en cantidad suficiente para alargar la aventura hasta casi dos horas y media. Sin duda harán las delicias de los espectadores más sumisos, pero encuentro que tampoco están libres de defectos. El principal es que son acciones imposibles, que desafían la lógica; además, creo que pecan de excesivas: algunas secuencias de acción, espectaculares, es cierto, se alargan demasiado en esa tendencia actual de confundir cantidad con calidad. No por durar más son mejores ni más convincentes.

Desde mi punto de vista, un buen film de acción ha de tener un equilibrio entre argumento y espectáculo y aquí esa fórmula no existe. Todo está llevado al límite y eso provoca que no puedas vivir las aventuras de Ethan y su equipo con un mínimo de interés, pues el argumento es descabellado y las hazañas increíbles. Solamente se podría disfrutar si la historia te importa un pimiento y no creo que eso deba ser así. 

Para colmo, salen a relucir los tópicos moralistas, convirtiendo a Ethan Hunt no solo en un super hombre invencible, sino también en la mejor persona, como amigo, como agente y como amante. Al final, hasta se le va a coger manía, pues tanta perfección cansa.

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