Dirección: James Cameron.
Guión: James Cameron.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Mikael Salomon.
Reparto: Ed Harris, Mary Elizabeth Mastrantonio, Michael Biehn, Leo Burmester, Todd Graff, John Bedford Lloyd, J. C. Quinn, Kimberly Scott.
Tras un accidente de un submarino nuclear estadounidense, las autoridades militares solicitan la ayuda de los operarios de una instalación petrolífera subacuática situada en la zona.
Proyecto personal de James Cameron, Abyss (1989) es un film ambicioso que combina diferentes géneros (aventuras, ciencia-ficción, drama romántico) dando como resultado una propuesta curiosa. que funciona a ratos.
Sin duda, lo mejor de Abyss son las espectaculares escenas submarinas que alcanzan un grado de intensidad y perfección técnica más que notables. No cabe duda que estos momentos están entre lo mejor que podemos ver en films de temática marina y proporcionan los mejores momentos de la cinta, al menos en el plano meramente de la acción.
Porque Abyss es, desde mi punto de vista, sobre todo un drama romántico en torno al matrimonio de Bud (Ed Harris) y Lindsey (Mary Elizabeth Mastrantonio). El planteamiento es un tanto vulgar: Bud y Lindsey están al borde del divorcio pero han de colaborar en la misión de investigar el accidente del submarino nuclear. Lógicamente, esta colaboración limará asperezas y sacará a relucir los verdaderos sentimientos que ambos albergan hacia el otro. Nada pues demasiado original, salvo por el gusto de James Cameron de llevar el drama a su máximo límite, primero con la "muerte" de Lindsey, salvada por los esfuerzos desesperados de su esposo, y después con la "muerte" del propio Bud, que aparece por sorpresa cuando ya lo daban por perdido definitivamente.
Cameron echa toda la carne en estos momentos buscando conmovernos sin ningún disimulo. Es cierto que habría que ser muy insensible para no emocionarse con las demostraciones de amor de la pareja protagonista y es gratificante comprobar un ejemplo, aunque sea algo excesivo, de un amor verdadero. Pero aún así tenemos el tufillo de la evidente manipulación sentimental.
El problema es que a nivel argumental y de diálogos encontramos un bajón tremendo de calidad respecto a las mencionadas escenas de acción. Y por aquí es por donde se constatan las debilidades de un guión demasiado elemental y muy mal desarrollado, donde los personajes son excesivamente básicos, los conflictos muy poco convincentes (en especial la demencia del teniente Caffey (Michael Biehn), por su escasa consistencia) y los diálogos de párvulos.
No es que sobre metraje, pues Cameron demuestra mucha solvencia para mantener la tensión en todo momento, de manera que la cinta nunca llega a aburrir, pero al final no se entiende tanta duración para lo poco que se cuenta.
Capítulo aparte merece la parte de ciencia-ficción, con unos extraterrestres que en esta ocasión son buenos y no pretenden aniquilar a la raza humana, pero donde de nuevo volvemos a constatar la simpleza del guión, quedándonos con la sensación de que tampoco en este apartado James Cameron logró sacarle todo el potencial a sus ideas.
Y no puedo dejar de mencionar el pasteloso final, con esa musiquilla típica de las películas de antaño sobre temas religiosos, y donde el director vuelve a evidenciar que en el terreno de los sentimientos su capacidad es bastante limitada para plasmar en imágenes convincentes lo que querría expresar.
Abyss pues termina siendo una película demasiado pretenciosa para lo que finalmente ofrece. Tiene elementos muy positivos, pero en general, es más lo que insinúa que la eficacia con la que lo consigue.
La película ganó un Oscar a los mejores efectos visuales.
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