El cine y yo

Me resulta imposible imaginar mi vida sin el cine. De alguna manera me ha ido conformando en salas oscuras, donde el universo por entero brillaba ante mí y la realidad, la otra realidad, desaparecía milagrosamente para dar paso a una vida ilimitada. Al menos, cuando yo era niño era así.


Uno de los primeros recuerdos que tengo es de pánico y fascinación. La película se titulaba "Jerónimo" y yo tenía tres años. En un televisor en blanco y negro, con una imagen seguramente bastante pobre, aquella película me aterraba y me atraía en partes iguales, y yo sentía que estaba ante algo que me superaba. Desde entonces, mi vida y el cine han ido de la mano.


El cine me nutría de imágenes que abrían mi imaginación como quién abre una ventana a las montañas. El cine me proporcionaba una vida nueva infinita en aventuras y en heroicidades. El cine era un baúl, un escondite y una fuente. En el misterio estaba la plenitud.


El cine eran las sesiones de los sábados a las cuatro; eran las películas para adultos a las que accedíamos antes incluso de llegar a pisar la adolescencia, con el atractivo inmenso de todo lo prohibido; eran las fichas en cartulinas y los recortes de fotografías; eran los estrenos con colas interminables; era la conversación con aquella chica que me atrapó hasta hacerme olvidar donde estábamos... e incluso fue una declaración de amor.


No puedo imaginarme mi vida sin el cine. Nada sería lo mismo. Dejemos pues que pasen ante nosotros, en palabras, imágenes de toda una vida.

viernes, 16 de agosto de 2024

Abyss



Dirección: James Cameron.

Guión: James Cameron.

Música: Alan Silvestri.

Fotografía: Mikael Salomon.

Reparto: Ed Harris, Mary Elizabeth Mastrantonio, Michael Biehn, Leo Burmester, Todd Graff, John Bedford Lloyd, J. C. Quinn, Kimberly Scott. 

Tras un accidente de un submarino nuclear estadounidense, las autoridades militares solicitan la ayuda de los operarios de una instalación petrolífera subacuática situada en la zona.

Proyecto personal de James Cameron, Abyss (1989) es un film ambicioso que combina diferentes géneros (aventuras, ciencia-ficción, drama romántico) dando como resultado una propuesta curiosa. que funciona a ratos.

Sin duda, lo mejor de Abyss son las espectaculares escenas submarinas que alcanzan un grado de intensidad y perfección técnica más que notables. No cabe duda que estos momentos están entre lo mejor que podemos ver en films de temática marina y proporcionan los mejores momentos de la cinta, al menos en el plano meramente de la acción.

Porque Abyss es, desde mi punto de vista, sobre todo un drama romántico en torno al matrimonio de Bud (Ed Harris) y Lindsey (Mary Elizabeth Mastrantonio). El planteamiento es un tanto vulgar: Bud y Lindsey están al borde del divorcio pero han de colaborar en la misión de investigar el accidente del submarino nuclear. Lógicamente, esta colaboración limará asperezas y sacará a relucir los verdaderos sentimientos que ambos albergan hacia el otro. Nada pues demasiado original, salvo por el gusto de James Cameron de llevar el drama a su máximo límite, primero con la "muerte" de Lindsey, salvada por los esfuerzos desesperados de su esposo, y después con la "muerte" del propio Bud, que aparece por sorpresa cuando ya lo daban por perdido definitivamente.

Cameron echa toda la carne en estos momentos buscando conmovernos sin ningún disimulo. Es cierto que habría que ser muy insensible para no emocionarse con las demostraciones de amor de la pareja protagonista y es gratificante comprobar un ejemplo, aunque sea algo excesivo, de un amor verdadero. Pero aún así tenemos el tufillo de la evidente manipulación sentimental.

El problema es que a nivel argumental y de diálogos encontramos un bajón tremendo de calidad respecto a las mencionadas escenas de acción. Y por aquí es por donde se constatan las debilidades de un guión demasiado elemental y muy mal desarrollado, donde los personajes son excesivamente básicos, los conflictos muy poco convincentes (en especial la demencia del teniente Caffey (Michael Biehn), por su escasa consistencia) y los diálogos de párvulos.

No es que sobre metraje, pues Cameron demuestra mucha solvencia para mantener la tensión en todo momento, de manera que la cinta nunca llega a aburrir, pero al final no se entiende tanta duración para lo poco que se cuenta.

Capítulo aparte merece la parte de ciencia-ficción, con unos extraterrestres que en esta ocasión son buenos y no pretenden aniquilar a la raza humana, pero donde de nuevo volvemos a constatar la simpleza del guión, quedándonos con la sensación de que tampoco en este apartado James Cameron logró sacarle todo el potencial a sus ideas.

Y no puedo dejar de mencionar el pasteloso final, con esa musiquilla típica de las películas de antaño sobre temas religiosos, y donde el director vuelve a evidenciar que en el terreno de los sentimientos su capacidad es bastante limitada para plasmar en imágenes convincentes lo que querría expresar.

Abyss pues termina siendo una película demasiado pretenciosa para lo que finalmente ofrece. Tiene elementos muy positivos, pero en general, es más lo que insinúa que la eficacia con la que lo consigue.

La película ganó un Oscar a los mejores efectos visuales.

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